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Musica 2016-07-29 10:36

Contradanza estrenó la coreografía Latidos en Bellas Artes

Contradanza estrenó la coreografía Latidos en Bellas Artes



o En el marco de la Temporada de Danza en el Palacio 2016



o La compañía dirigida por Cecilia Appleton reflexionó sobre los procesos de pérdida y muerte



El duelo, la incertidumbre, el dolor y los afectos humanos son los ejes de reflexión de Latidos, pieza coreográfica que estrenó la compañía Contradanza, dirigida por Cecilia Appleton, en la S ala Principal del Palacio de Bellas Artes.



Este trabajo surgió a partir de una reflexión sobre los procesos de pérdida, para entender cómo afrontamos lo inevitable, una propuesta que rompe el tiempo lineal y propone uno simultáneo.



Con once bailarines en escena y una proyección multimedia, durante poco más de una hora, la agrupación ofreció al público un montaje escénico donde la idea de vida y muerte se desdibujaron, y llevó al espectador a replantearse su condición y el acto significativo que representa la despedida de un ser amado.

Se trata de “una obra muy personal, intimista, que contiene las reflexiones de Cecilia Appleton, derivadas de su propia convivencia con el tema, realizada in memoriam a su padre”.



Latidos transita diversas cualidades de energía y movimiento, donde el cuerpo se torna vehículo de miedos, angustias y dolor, figuras dislocadas que aluden a la muerte, utilizando imágenes visuales proyectadas en el escenario, con un ambiente sonoro minimalista.



Eduardo González, quien estuvo a cargo de la composición musical, apuntó que su proceso de creación tuvo como motor la comunión en cuanto a lo que significa la muerte, sin afirmarla de forma trágica, “no quise hacer una música que apoyara una idea de tragedia sino una propuesta musical donde la muerte fuera luz”.



Con esta pieza, la coreógrafa Cecilia Appleton insiste en la cercanía que los seres humanos tenemos con la muerte, la dicotomía existencial que se presenta ante nosotros, trazos escénicos donde cuerpos cubiertos con mantas evocan “la incertidumbre que sentimos los humanos cuando un ser querido que ha marcado nuestra vida está al borde de la muerte”.



Dividida en dos momentos: uno de lucha, cuando nos abatimos ante el dolor y el miedo, y el segundo, de aceptación, de rendirse ante lo inevitable. Estos se integran orgánicamente en secuencias de movimiento con distintos niveles de intensidad.



En Latidos, la compañía, fundada en 1983, invitó a los asistentes a replantearse estos temas de forma diferente, a través de un montaje ligado a “la profundidad de las entrañas”, donde el lenguaje dancístico trastoca al espectador.



Ante la pregunta ineludible de cómo “vivimos la muerte”, la bailarina y coreógrafa presentó en una continua oscilación, la confusión, la perplejidad y la revelación, para entender estos proceso desde un lugar no tan literal, sino mucho más profundo, para trastocar la individualidad en un proceso de reconocimiento.

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