Entrecruzamientos, ritual dancístico que reflexiona sobre las relaciones humanas





o Creación de Shanti Oyarzabal, interpretado por la compañía que dirige, Teatro Inercia



o Se presentará el 29 de septiembre y el 1 y el 2 de octubre en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque



o Estreno en el marco de la temporada Grupos consolidados





Todos los seres humanos, a pesar de nuestras diferencias, estamos constantemente entrecruzándonos y relacionándonos de mil maneras, por lo que es absurdo crear barreras.



Esta es la esencia del montaje coreográfico Entrecruzamientos, estreno de la compañía Teatro Inercia que será escenificado el jueves 29 de septiembre a las 20:00, el sábado 1 de octubre a las 19:00 y el domingo 2 a las 18:00 en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, en el marco de la temporada Grupos consolidados.



Se trata de un ritual de la vida moderna que expone las relaciones que se establecen cuando diferentes personajes de la variada naturaleza urbana se entrecruzan. Muestra, asimismo, la relación de seis cuerpos en el espacio; seis personajes y seis historias que se entretejen continuamente, en las cuales los sentimientos y emociones de cada uno de ellos se mezclan y se desbordan para crear una sucesión de escenas y situaciones cargadas de un fuerte contenido expresivo.



Shanti Oyarzabal, fundador y director de Teatro Inercia, explica que los personajes de la obra son productos típicos del entrecruzamiento de razas, ideologías y conductas diferentes, y están formados por capas y retazos de otras épocas que se acumulan y agolpan en sus cuerpos, lo cual constituye una naturaleza híbrida.



“Son seres que se mueven desesperadamente hacia el progreso, arrastrando su pasado ancestral, sin poder desligarse nunca de su condición animal; se relacionan unos con otros, celebrando infinidad de saltos, caídas, giros y alianzas que provocan múltiples cambios y transformaciones”, refiere.



La obra es una sucesión de solos, dúos, tríos y coreografías de grupo que se entrelazan unas con otras, como se relacionan entre sí las piezas de un rompecabezas, lo cual crea una atmósfera sobrenatural en medio de la vida cotidiana capaz de desatar un sinnúmero de asociaciones en los espectadores.



El coreógrafo asevera que existe una necesidad urgente en nuestro país de presentar una alternativa a la situación que vivimos cotidianamente. “En este sentido, por una parte, la obra es un oasis, un respiro, un bálsamo que acaricia el alma de los espectadores, ya que presenta, de una manera artística, cuerpos diferentes que se encuentran en el mismo espacio, celebrando alianzas y relacionándose de diferentes formas, haciendo posible la tolerancia, el respeto y la solidaridad.



“Por otro lado, dentro de la situación artística actual, donde la separación entre la danza y el teatro es abrumadora, esta obra se centra en la infinidad de posibilidades de expresión del cuerpo en el espacio, diluyendo de esta manera las fronteras entre ambas disciplinas”, concluye.



Teatro Inercia aborda los conflictos existenciales del ser humano mediante el uso de toda la gama de posibilidades de expresión que brinda el lenguaje corporal con sus diferentes, formas, ritmos y calidades de movimiento, con lo cual impregna a cada obra de un estilo propio que disuelve las fronteras establecidas entre el teatro y la danza.



Se ha presentado en festivales de artes escénicas en Alemania, Polonia, Bélgica, Noruega, España, Francia y Rumania, así como en diferentes foros y espacios públicos de México.



Shanti Oyarzabal estudió antropología social, pantomima, danza, actuación y entrenamiento corporal. En 1990 fundó Teatro Inercia en Berlín, Alemania, con el que ha creado y desarrollado sus propias obras. Es beneficiario del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en el periodo 2014-2016.