img
Libros 2015-05-07 11:09

Disertan sobre la conexion entre modismos, migraciones y pobres

Disertan sobre la conexión entre modismos, migraciones y pobres en la FIL Buenos Aires

· Abordan Daniel Saldaña París, José Luis Moure y Óscar Conde la importancia de la jerga en el habla de los habitantes de la capital de uno y otro país, lo cual ha derivado en un nuevo español

· En otra de las actividades organizadas por la Ciudad de México como Invitada de Honor en la Feria argentina, los poetas Carla Faesler, Myriam Moscona y el propio Saldaña París revelaron cómo llegaron a escribir novela

· También hubo una mesa para analizar las posibilidades de la danza para crear una ciudadanía “rebelde”



BUENOS AIRES, Argentina.- El lenguaje y sus modismos, el cruce de fronteras entre la poesía y la novela, así como el papel de la danza en la comprensión de los problemas sociales fueron de los temas puestos sobre la mesa este miércoles en la 41 Feria Internacional del Libro (FIL) de Buenos Aires 2015, con la presencia de escritores, poetas y especialistas tanto en lingüística como en danza

Las actividades organizadas por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en el marco de la participación de la capital del país como Invitada de Honor a la Feria se multiplicaron, de tal forma que en una conversación a tres bandas, que se llevó a cabo en el Salón Alfonso Reyes del Pabellón Amarillo del Predio de La Rural, el escritor mexicano Daniel Saldaña París y los especialistas argentinos en lingüística José Luis Moure y Óscar Conde, hablaron sobre el lenguaje y los modismos que predominan en las calles de una y otra ciudad.



Al abrir la charla Chilango y Lunfardo: la lengua de las calles, Saldaña destacó el hecho de que el español que se habla en el Distrito Federal, en especial en sus calles y barrios, está totalmente marcado por las migraciones internas que ha vivido desde los años 40 y 50 del siglo pasado, lo que dio paso a un choque de idiomas, dialectos y modismos que terminaron construyendo un nuevo español.



Por su parte, José Luis Moure, doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires, centró su plática en el tema del lunfardo, la jerga o el lenguaje que se habla en las calles y barrios de la capital de Argentina, y que a principios del siglo pasado se le denominaba como el lenguaje de los delincuentes, ladrones y del arrabal, aunque actualmente hay una tendencia a calificar como lunfarda a cualquier expresión de Buenos Aires.



“Esta definición nació de una visión xenófoba de la alta sociedad hacia la inmigración, a la que veía como un elemento peligroso que se estaba generando en su propia clase y consideraban que sus conductas ponían en peligro los conceptos hispánicos, por lo que se llegó a una denostación, en donde la conjunción de la pobreza, la marginación y la migración daban como resultado al lunfardo, por lo que podemos apreciar que la connotación tiene más un sentido sociológico que lingüístico”, aclaró.



En su oportunidad, el poeta, ensayista y miembro de la Academia Porteña del Lunfardo, Óscar Conde, destacó que el modismo del lunfardo debe considerarse como uno de los muchos argots que se hablan en el mundo y que, en el caso de Buenos Aires, le da identidad a sus habitantes, pero además les proporciona un salvoconducto especial ya sea en la misma ciudad o en sus barrios.



Destacó que contrario a la idea general que se tiene en Argentina, el término lunfardo no tiene sus orígenes en el lenguaje delincuencial ni mucho menos con que sus usuarios fueran presidiarios que intentaban establecer un código para que los carceleros no supieran de qué hablaban.



Era realmente, aseguró Conde, el lenguaje de los pobres, de las clases más desprotegidas de finales del siglo XIX y principios del XX, porque a partir de las investigaciones que ha realizado en los últimos años tiene la certeza de que esa forma de expresión era el lenguaje que utilizaban las clases pobres, pues la gran mayoría de las palabras que se utilizan y se califican de ese modo no tienen nada que ver con la delincuencia.



Por otra parte, durante la Mesa Transitar entre fronteras: novelistas y poetas, Carla Faesler, Myriam Moscona y Daniel Saldaña París, hablaron sobre el salto que dieron de un género al otro y los motivos por los que lo hicieronEn primer término, la poeta Myriam Moscona subrayó que pese a que había dicho que “jamás iba a escribir una novela”, no porque no le interesara, sino porque no se sentía capaz de hacerlo, logró concluir con ese proyecto luego de que tomó la decisión de “mandar al diablo” esa supuesta frontera que existe entre la poesía y la novela.



El también poeta Daniel Saldaña destacó que su salto hacia la novela se dio porque siempre le ha gustado trabajar con otros formatos literarios, en especial con la novela de ficción.

Señaló que actualmente es mucho más cotidiano que un poeta escriba una novela en México, dejando de lado aquella antigua lógica de la segunda mitad del siglo pasado en la que el camino que seguían los poetas para variar sus estilos era realizar ensayos, pues era mal visto que realizaran novelas.



Al hacer uso de la palabra, la poeta Carla Faesler señaló que su transición hacia la novela surgió de su propio interés por no mantenerse sólo en un género, y abrirse a otro tipo de expresiones, aunque inicialmente se le dificultó realizar un texto de ese tipo.

Explicó que al principio conformó una serie de poemas encapsulados en un texto, pero después de varios intentos y de un momento de frustración, tomó la decisión de retomar sus escritos y empezar “a contar la historia exactamente como lo tenía en la cabeza”.



Finalmente, en el Stand CDMX de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires también se llevó a cabo la mesa La danza contemporánea de la Ciudad de México: cuerpos, subjetividades, rebeldías, ciudadanías, en la que participaron los especialistas Mariana Arteaga, Javier Contreras y Silvio Lang.

Durante el desarrollo de la misma, los panelistas hablaron sobre la danza como factor de manifestación y rebeldía ciudadana ante las diferentes acciones gubernamentales y delincuenciales, específicamente, que afectan a la sociedad, tanto en su individualidad como a nivel comunidad, partiendo del hecho de que las acciones corpóreas pueden constituirse como un referente de mayor impacto y de menor riesgo de represión.



Mariana Arteaga señaló que desearía que en un futuro este tipo de manifestaciones se pudieran implementar, sin embargo dijo que para lograrlo se necesita un proceso paulatino y encontrar las condiciones.

“Para que quienes deseen realizarlo, nos encontremos colectivamente e iniciar con un proceso de experiencia, tomando este término como de experimentación”, dijo.



En este tenor, destacó que uno de los problemas para lograr un movimiento de esta naturaleza es que en las escuelas de danza en México aún se sigue la tendencia de priorizar la técnica sobre los procesos de pensamiento del estudiantado, así como de ver el contexto social y político a su alrededor, lo que les permitiría entender su realidad.

Mas Articulos