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Noticias 2017-03-06 15:51

Analizan la relación ciencia-arte en la Nueva España

Analizan la relación ciencia-arte en la Nueva España


*** Se realizó un coloquio como parte de las actividades de la exposición Artificios para la mirada, que se exhibe el Museo Nacional del Virreinato hasta abril próximo



*** Otros temas fueron la percepción de “lo flamenco” en la Nueva España y su influencia en la creación plástica


En la Nueva España, los jesuitas también se dedicaron a construir instrumentos tecnológicos para explorar los fenómenos de la naturaleza y del cosmos, que eran observados bajo la curiosidad científica, con la intención de poner a la ciencia al servicio de Dios y glorificar en un discurso teológico sus creaciones, con lo que desviaban la atención a lo propuesto por la scienza nuova de Galileo Galilei.



“Si bien la actividad astronómica y de observación era permitida e incluso promovida por los jesuitas, había un discurso moralizante, cuyo objetivo era fortalecer la interpretación bíblica como respuesta a las observaciones del astrónomo italiano con el telescopio y a los aparatos especulares que exploraban el universo”, afirmó Linda Báez Rubí, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.



Durante su participación en el Coloquio “Artificios para la mirada”, que forma parte de la exposición homónima que actualmente se exhibe en el Museo Nacional del Virreinato (MNV), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Báez Rubí destacó que la cultura humanista promovía en el siglo XVI una filosofía natural vinculada con la práctica y la experimentación, que se abría paso en los secretos de la naturaleza, ya no sólo para imitarla, sino para superarla.



En su conferencia Convertir por medio de la ciencia: óptica y pintura en la producción cultural de la Nueva España, Báez mencionó que dicha “física católica” encontró su articulación visual en los frontispicios de las obras escritas por jesuitas, donde se dejó en claro que, a pesar del empleo de esta tecnología, sin la luz de la razón y la iluminación divina, le sería imposible al ser humano interpretar correctamente los fenómenos naturales percibidos y llegar al conocimiento.



Expuso que el telescopio como instrumento de “conversión” tiene su lugar en la representación plástica. En la Nueva España no sirvió únicamente para justificar el acheiropoieton (lo no hecho por la mano humana) guadalupano, sino también para otras representaciones de la Virgen en su calidad de Inmaculada dentro de la pintura iberoamericana.



Ejemplo de ello es la pieza La Purísima Concepción (1796), del pintor novohispano Andrés López, que cuenta con elementos teológicos como la estrella matutina, la torre de marfil y la fuente de sabiduría, que son incorporados al paisaje y a la historia que se lleva a cabo en el plano terrestre.



En esta pieza, que forma parte del acervo del MNV, se aprecia una isla con una torre en el plano del fondo, mientras que en el primero se erige la fuente tota pulchra (antigua oración) con sus atributos apocalípticos: la Virgen sobre un dragón y los cuernos de la luna; al costado inferior izquierdo de la representación mariana hay una nave sobre las aguas con dos personajes, cada uno porta un telescopio con las inscripciones tota pulchra y macula non est in te (no hay mancha en ti).



Se trata de una imagen religiosa que muestra al aparato óptico no sólo para visualizar algo, sino también como elemento de conversión. “El sorprendente aparato de retórica visual jesuita construido para operar en los territorios católicos a ultramar, empleó los artificios mecánicos para lograr una cristianización real del ser humano, pues al operar físicamente (manual-operativa) echaba a andar a la vez toda una maquinaria espiritual implicada”.



Abraham Villavicencio, historiador por la UNAM, quien participó con la ponencia Imaginar Nueva España como países de Flandes. Aproximaciones a la construcción del espacio en la pintura flamenca y novohispana: siglos XVI-XVII, expuso que en el territorio novohispano, la manera en cómo se figuró el paisaje pictórico derivó directamente de los modelos flamencos que llegaron por España.



Resaltó que entre los recursos plásticos para ambientar y crear la atmosfera que envuelve las escenas en las pinturas flamencas tempranas del siglo XV, se aprecian los paisajes que asoman por las ventanas, elemento incluido en las obras y con lo que se crea una escena de interior con el exterior.



Otro recurso es el uso de los espejos que amplían la visión, incluso a 360 grados, del área captada en la pintura. Por su parte, el formato de tríptico en la obra da profundidad a la imagen pintada.



“En el mundo novohispano este legado llegó a través de grabados y pinturas flamencas, que permitieron la configuración de los primeras representaciones del paisaje de Nueva España, gracias al uso de ciertos colores, soluciones, composiciones y espacios derivados de esos modelos”, puntualizó.



El doctor en historia por la Universidad Lovaina, Bélgica, César Manrique, en su conferencia La percepción de ‘lo flamenco’ en Nueva España: algunas consideraciones sobre la presencia de la cultura material de Flandes en el virreinato, abundó en ciertas particularidades terminológicas, semánticas y teóricas de esta expresión, así como en la percepción novohispana de la misma.



Comentó que los Países Bajos históricos fue un área cultural caracterizada por sus aportes a la cultura, las artes, literatura, tipografía y tecnología de Occidente que, sin ser una potencia hegemónica europea, se consolidó como uno de sus motores económicos y un centro generador de saberes de primer orden, particularmente en los siglos XV y XVII.



Manrique afirmó que la Nueva España se benefició rápidamente y desde su época formativa, de este capital material constituido por los saberes que generaron los Países Bajos. Personajes como Fray Pedro de Gante (Pieter van der Moere), relevante en el establecimiento de la nueva cultura material entre los naturales del centro de México en los años inmediatos a la Conquista, así como pintores de la talla de Simon Pereyns, enriquecieron la cultura material y el arte novohispano por lo menos hasta el primer cuarto o mediados del siglo XVII.



“El aprecio y aporte de lo flamenco podía ser susceptible de ser imitado o copiado con resultados benéficos para la incipiente cultura material y religiosa de una sociedad en formación como la novohispana”, concluyó.



También se contó con la participación de Marco Antonio Silva, con la ponencia Signo y seña: características de la representación de la indumentaria en la tradición pictórica neerlandesa. Siglos XVI y XVII; y de Elsa Arroyo, con Las pinturas de Martín de Vos en México, iconografía, técnica y función.



La exposición Artificios para la mirada, que ha sido visitada por más de 30 mil personas y aborda la influencia de Flandes en la estética pictórica novohispana, permanecerá hasta abril próximo en el Museo Nacional del Virreinato

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