VICKY NIZRI Y MARIANELA DE LA HOZ PRESENTAN EL LIBRO “IMPROBABLES”





La escritora Vicky Nizri y la pintora Marianela De La Hoz coinciden en una misma búsqueda: darle rostro a lo invisible



Una antología de 28 cuentos cortos y pinturas conforman Improbables, intercambio epistolar entre las autoras


Ciudad de México, a 21 de marzo de 2017, el jueves pasado se llevó a cabo la presentación del libro Improbables de las autoras Marianela de la Hoz y Vicky Nizri, en un evento realizado en el Claustro de Sor Juana frente a medios de comunicación y amigos que se dieron cita, para presenciar el nacimiento de esta interesante obra.



Improbables, es un libro de coincidencias en donde las dos autoras se hermanan en una pluralidad de temas cuyo hilo conductor es un tránsito entre la turbulencia y el desamparo.

Durante el evento, María Elena Noval, historiadora y periodista, Mónica Meyer, pionera del arte feminista en México y Rodrigo Garnica, medico narrador y premio Nacional de Novela, tomaron el estrado y presentaron algunas de las lecturas de Improbables, en donde las coincidencias entre texto y pintura no sólo son evidentes, sino inusitadas.



En la caravana de personajes que deambula por este libro, hay viejos olvidados y estorbosos, mujeres que atraviesan el lindero entre la locura y la cordura, una pareja sordomuda que discute a gritos, un ama de casa abnegada que se concede un momento de privacidad, un niño en busca de un cenzontle. Estos protagonistas, que ante todo comparten el desamparo, responden al desasosiego de sus creadoras. En tono tenso e incómodo, Marianela de la Hoz y Vicky Nizri develan lo imperceptible: lo etéreo engullido por lo cotidiano. Pintura y narración fluyen, cada una por su propio cause, para conformar las piezas imprescindibles en el rompecabezas de Improbables. Se entrega al lector una exquisita consonancia entre arte, narración, y diseño. Este libro es una joya editorial.



“Dedicamos este libro a lo improbable, es decir, a lo que no se puede probar. A un espíritu vigilante. A las teologías negativas. A una poesía anhelada, de lluvias, espera y viento. A un realismo que agrave en vez de resolver, que designe lo oscuro, que considere la claridad como luz que desgarra”, comentaron las autoras.