Títeres al ataque. Dedicado a los padres que no saben cómo educar a sus hijos





La obra infantil Zorbas. El poder de las promesas, dirigida y adaptada por Ihonatan Ruiz, se escenificará del 23 de mayo al 5 de julio en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque



Adaptación de la novela Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar de Luis Sepúlveda





Después de presentarse exitosamente durante casi tres años en diferentes espacios de Guadalajara, la obra infantil Zorbas. El poder de las promesas se estrenará en la Ciudad de México. Del 23 de mayo al 5 de julio, los sábados y domingos a las 13:00 horas, se escenificará en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.



“Las mejores obras de teatro de títeres no provienen de la dramaturgia, sino de las adaptaciones de cuentos y novelas”, aseguró Ihonatan Ruiz, director tanto de la obra como de la compañía que la presenta: El Tlakuache.



En entrevista, refirió que Zorbas es la adaptación libre, realizada por él mismo, de la novela Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar de Luis Sepúlveda, y que está dirigida al público de seis años de edad en adelante. “Antes que nada me gustaría señalar que la novela me interesó por el conflicto existencial que padece de principio a fin el protagonista”, señaló.



Zorbas “es la historia de una gaviota que, por los estragos de la contaminación de una plataforma petrolera en el mar, muere. Durante su agonía le suplica al gato Zorbas que cuide y eduque a su cría, a lo cual accede solamente por piedad, antes de que la gaviota fallezca. Ahí es cuando se desencadena un profundo conflicto interior: Zorbas debe pelear contra su propio instinto, por lo que le resulta muy difícil mantener su promesa”.



En la puesta en escena “ponemos a un gato con dudas humanas y existenciales, uno que no sabe a ciencia cierta si va o no a cumplir sus promesas a la gaviota. Es una analogía con los padres que no saben cómo educar a sus hijos”.



Ruiz afirmó que los mensajes que transmite esa obra de títeres son varios, desde la solidaridad hasta el cumplimiento de las promesas. “A los niños hay que hablarles sobre la importancia de cumplir sus promesas.



“La mejor forma de hacer llegar este tipo de mensajes es el teatro de títeres y marionetas, pues, además de mostrar artículos bellos y artesanales, nosotros, los actores, les dotamos de vida y por eso la gente los ve vivarachos. Es inevitable que muchas personas crean que un ser inerte tenga más vida que un ser humano”.



Como a sus integrantes no les gusta competir con el cine o las altas tecnologías, El Tlakuache recurre a materiales sencillos y apuesta por la imaginación de los espectadores.



“Sin embargo, en la actualidad es complicado hacer montajes de teatro de títeres, pero no deja de ser tremendamente divertido. Mucha gente tiene la idea que el teatro de títeres es muy banal, soso y ñoño, y en realidad es exactamente lo contrario. Luchamos contra prejuicios. No es fácil, pero queremos sorprender al público”.



Para Ihonatan Ruiz, el público infantil es el más difícil y el más noble. “Esto lo hemos constatado en los últimos diez años, ya que nuestro repertorio está enfocado principalmente a los niños y jóvenes”.

-¿El teatro para títeres es una buena forma de educar a los pequeños?, se le preguntó finalmente.



-Sí, de hecho, para mí es el mejor vehículo de comunicación. Creo que, en la medida en que se le dote de vida, un títere se vuelve mucho más confiable que un adulto. Para nosotros, los títeres son una gran responsabilidad.



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