Inició temporada de Viaje a la Luna, obra pensada para generar espacios de convivencia





Ø Se escenifica los sábados y domingos a las 12:30 horas, hasta el 12 de julio, en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque



Ø No se trata de educar, sino de abrir la posibilidad de expresar emociones: Verónica Albarrán, directora del montaje




“Más que una obra teatral, Viaje a la Luna es una experiencia singular para que el espectador se acerque al otro”, refirió Verónica Albarrán, directora de la obra que inició temporada en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque, y que permanecerá en cartelera hasta el 12 de julio. Las funciones son los sábados y domingos a las 12:30 horas.



Viaje a la Luna es un proceso en el que el público se embarca para, paulatinamente, adentrarse a un nuevo mundo. Al inicio del montaje, una caja misteriosa de títeres recibe a los espectadores. En ella puede verse a un ángel que intenta atrapar a la Luna para guardarla en un cofre. A continuación, un extraño ser invita a todos a descalzarse y sumergirse en un descubrimiento del otro.



“Lo que queremos hacer, más que una obra tradicional, es ofrecer una experiencia escénica en la que el público pueda, a través de su imaginación, armar los cuadros, construir la historia y vivir una atmósfera que lo envuelva, desde la iluminación, las plumas y la tela, hasta la disposición de quitarse los zapatos para entrar a la sala y ser parte del ambiente”.



En la sala, llena en humo, dos ángeles invitan a las personas a pasar: se presentan y los acomodan en sus asientos, lo cual provoca la curiosidad del público, sobre todo de los niños. A decir de la directora, este es un ejercicio para generar espacios de convivencia.



Y es que, de acuerdo con Albarrán, la obra es resultado de seis meses de investigación sobre la violencia infantil. “Descubrimos que más del 50 por ciento de los pequeños sufren bullying, no solamente de los adultos, sino de los propios niños.



“Este proceso nos hizo reconocer que la violencia proviene de una educación visual guiada por juegos de video, televisión e internet. El problema es que muchos de los niños no pueden ensayar en algún espacio cercano una manera más amorosa de relacionarse con otro ser humano”.



Durante la obra, llena de instantes en los que cada persona puede expresarse bajo la pregunta ¿qué es la Luna?, se transita por diversas emociones: la felicidad, la tristeza, el desamor, el amor.



Este proyecto, construido en colectividad con niños y niñas morelenses, se montó a partir de las vivencias de “estos chiquitos, quienes más que una historia, apostaron por un espectáculo que fuera un remanso; que en él hubiera la posibilidad de relacionarse con los actores y, entre ellos, de pasarnos la Luna (pelota) para escuchar al otro, para que quizá a través de este ensayo podamos curar los dolores que cada uno tenga y encontrar una manera más armoniosa de estar en contacto con los demás.



“No se trata de educar sobre cómo sentir, sino simplemente de abrir la posibilidad de expresar emociones. Hemos notado que esta experiencia toca diferentes fibras personales e imaginativas. Lo que nos da mucho gusto es poder compartir con niños y adultos la propia mirada de otros niños”.



Finalmente, afirmó que el Teatro El Granero “es un espacio muy generoso en el que esperamos que la obra florezca para crear un ambiente circense de fiesta, porque es un sitio muy íntimo en el que uno se siente cerca del otro y existe la posibilidad de vernos”.