Olmedo, España, vibra y disfruta con la función La hija del aire de la Compañía Nacional de Teatro


· “Los actores sintieron la obra para poder apropiarse de ella, aprehendiéndola para transmitirla como lo hicieron, de una manera sublime”: Bernardo Romero



· La obra reunió y sorprendió a cientos de espectadores en España



· El Festival llegó a su máximo apogeo con la representación de La hija del aire de la CNT de México





La hija del aire, obra del repertorio de la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), fue celebrada por la prensa ibérica durante sus presentaciones en el Festival de Teatro Clásico de Olmedo y el Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla. A partir de la versión de José Gabriel López Antuñano, con dirección de Ignacio García y el elenco estable de esta agrupación artística, la puesta en escena recibió una gran acogida por parte de espectadores y crítica especializada.



La obra fue esperada como “el plato fuerte” en el Festival de Teatro Clásico de Olmedo, tierra en la que Lope de Vega dejó como legado el maravilloso texto de El caballero de Olmedo. Se presentaron, durante 10 días, compañías de teatro de primera división.



El conductor del programa La hora cultural, de Radio Televisión Española, se preguntaba si al espectador le costaría hacerse, es decir, aceptar el acento mexicano, a lo que Germán Vega, codirector del Festival de Teatro Clásico de Olmedo respondió: “Tendrá que hacerse, es decir, no nos creamos los españoles poseedores exclusivos del castellano; hay más gente en México que habla castellano que en España. Que nosotros pronunciemos la ‘z’ no quiere decir que sea la forma única de hacerlo”.



Al término de las funciones ofrecidas, el crítico Bernardo Romero, del medio Huelva24.com, publicó: “Como ocurre con la lengua española al otro lado del mar ocurre en el teatro, que se conserva mejor allí que aquí. La Compañía Nacional de Teatro de Méjico viene a refrendarnos todo esto poniendo sobre las tablas un clásico de Calderón en el que se mantiene viva la esencia misma del barroco. Y esto ocurre en el verso interpretado con una perfección rotunda, adobada de una belleza embaucadora, con lo cual queremos decir que la obra, desde que el primer actor entra en escena, es como el buen teatro debe ser, creíble.



“Hay una buena dirección artística, pero luego está la perfección que alcanzan los actores, muy metidos en la obra, sintiéndola para así poder apropiarse de ella, aprehendiéndola para poder transmitirla como lo hicieron, de una manera sublime”.



Noticiascyl publicó por su parte: “Ha sido un jueves espectacular y para enmarcar en Olmedo con la puesta en escena y estreno a nivel nacional de La hija del aire de la Compañía Nacional de Teatro de México, que consiguió reunir y sorprender a cientos de espectadores en la Corrala del Palacio del Caballero.




“El público esperaba con mucha expectación la obra y ha abarrotado la Corrala para ver una representación trepidante en la que Semíramis, reina de Asiria y fundadora de Babilonia, era la protagonista. La reina se enfrenta, en una puesta en escena espectacular, al dilema que todos los seres humanos tenemos a la hora de obrar ante esa usurpación de poder o el secuestro de la soberanía popular.



“Una obra bien llevada y elegida que ha hecho las delicias de todos en la villa olmedana y que no ha dejado indiferente a nadie, en unos días en los que el Teatro Clásico toma las calles de Olmedo, haciendo que todo el mundo disfrute de esta bella manifestación cultural”.



La participación de esta agrupación artística del INBA contó con la actuación de su elenco estable integrado por Érika de la Llave, Andrés Weiss, Eduardo Candás, Óscar Narváez, Laura Padilla, Ana Isabel Esqueira, Marco Antonio García, Rodrigo Vázquez, Antonio Rojas, David Calderón, Misha Arias de la Cantolla, Paulina Treviño, Ana Paola Loaiza y el actor invitado David Lynn.



La hija del aire de Pedro Calderón de la Barca es una puesta en escena bajo la dirección de Ignacio García, en versión de José Gabriel López Antuñano, con dirección residente de Antonio Rojas. Integra los diseños de escenografía de Jesús Hernández; iluminación de Matías Gorlero; vestuario de Carlo Demichelis; maquillaje y peinados de Maricela Estrada; movimiento corporal de Rossana Filomarino; y música original de Ignacio García y Ernesto Anaya