Michael Jackson presente en exposición de Rufino Tamayo


· Un cuadro del cantante se muestra en el Museo de Arte Moderno

El rockero, una de las últimas obras que pintó Rufino Tamayo, puede verse en la muestra “Rufino Tamayo, éxtasis del color”, que estará en el Museo de Arte Moderno hasta el 27 de agosto.



Lo pintó a los 91 años, ya un poco enfermo, sin embargo es un cuadro lleno de vitalidad, fuerza y expresión, señaló Juan Carlos Pereda Gutiérrez, subdirector de Colecciones del Museo Tamayo Arte Contemporáneo.



Es un retrato irónico del cantante Michael Jackson, lo inmortalizó haciendo el paso tan característico de él, si lo vemos con cuidado hay cierta ironía, un grado de cuestionamiento y de burla, refiere el curador.



El tratamiento que le da a la figura está relacionado con el arte prehispánico, podemos pensar que con las urnas funerarias zapotecas; al mismo tiempo, Tamayo le dio una expresión de movimiento y expresión corporal que se refleja en el baile del artista.



Cuando se analiza el color, casi se nota el sonido que puede tener la música que está interpretando, reproducido en esas enormes bocinas de color plateado que llaman poderosamente la atención.



La ironía está centrada en el rostro del personaje, conserva los rasgos del cantante, pero convertido en un personaje característico de un Tamayo de la posguerra, donde cuestionaba la fisonomía exterior del hombre, confrontándola con la interior.



Es un cuadro que si no se tiene noticia de que Tamayo lo pintó siendo un hombre de 91 años, por el formato, la fuerza y potencia que tiene el poder de la imagen, se podría pensar que lo realizó un artista joven, en la plenitud de sus días, porque es un cuadro lleno de poder, energía e ironía.



Tamayo siempre estuvo experimentando con la pintura y siempre estaba insatisfecho con los resultados, por eso siempre fue un innovador, experimentando, buscando y por eso logró también esa fisonomía siempre tan novedosa y desconcertante en su obra.



En este cuadro utilizó un azul verde ácido, conjuntado con el rosa y plateado de las bocinas, lleva a la evocación de ese sonido estridente, crudo, molesto.



Sin embargo se trata de una pintura muy tradicional, un óleo sobre tela (lino), y la aplicación de una textura, generalmente utilizaba cristales de cuarzo, piedra pómez o polvo de mármol para darle luminiscencia al cuadro, lo cual se puede apreciar con luz natural.



Pereda Gutiérrez comentó que Rufino Tamayo, nunca dijo que se trataba de un retrato de Michael Jackson, sin embargo eso se colige al ver en la obra el característico gesto de subirse el pantalón, enseñar los calcetines, el guante blanco, corte de pelo, los rasgos de una persona afroamericana y es posible que tampoco el cantante lo supiera, porque no era la intención de Tamayo hacer un retrato de él.

Lo hizo después de ver un anuncio donde salía, se fascinó con la imagen y lo pintó. Además este cuadro formó parte de una gira con obra de Tamayo que se exhibió en Rusia, Moscú, San Petersburgo, Noruega, Alemania, Nueva York, el cuadro estuvo en México hasta tres años después de que lo pintó



Durante el tiempo que estuvo en itinerancia no podía ponerse a la venta, por lo que se quedó en el acervo del propio Tamayo y ahora pertenece a una de sus sobrinas, quien lo prestó para la exposición.