Se presentará La letra encantada: rincones oficiales de la literatura infantil de María Eugenia Negrín Muñoz





Ø El martes 26 de mayo a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes



Ø Los niños merecen un nivel literario digno, igual que los adultos, afirma la autora del volumen





La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes reunirá a Martha Diana Bosco, Anamari Gomís, José Manuel Mateo y Orlando Ortiz para conversar con María Eugenia Negrín Muñoz sobre su libro La letra encantada: rincones oficiales de la literatura infantil, el cual será presentado el martes 26 de mayo a las 19:00 horas.



Para la doctora en letras mexicanas María Eugenia Negrín Muñoz, finalmente ha llegado el momento de asumir que la literatura infantil forma parte del universo literario y que hay que reconocerla y estudiarla como tal. Es por eso que La letra encantada es el resultado de un análisis del entorno de la literatura para niños y jóvenes, en términos de proyectos editoriales de fines del siglo XX en nuestro país.



“La literatura infantil en nuestra cultura y en muchas otras ha sido la gran ausente en antologías y estudios sobre el tema. Para contribuir al conocimiento de la materia, decidí explorar el proyecto más valioso del universo editorial contemporáneo de nuestro país: Libros del Rincón. Dentro de este programa, elegí el periodo 1986-2000”, explicó en entrevista María Eugenia Negrín Muñoz, y agregó que su interés en el tema de la infancia la llevó a revisar las políticas oficiales en torno a la literatura infantil, ya que, consideró, las lecturas que se ofrecen a los niños y jóvenes no siempre han sido preparadas expresamente para ellos. “Los niños merecen un nivel literario digno, igual que los adultos”, resaltó.



“A fines del siglo pasado inicié una exploración sobre el tema y finalmente tuve que acotar mis intereses al universo oficial (la Secretaría de Educación Pública), a la narrativa –específicamente al cuento, género preferido por los infantes– y a un período aproximado de 15 años, a riesgo de perderme en una especie de boom de la literatura infantil que coincidía con este estudio”.



Negrín Muñoz señaló que, aunque actualmente el panorama de la literatura infantil es mucho más rico que en décadas pasadas, todavía continúan las prácticas que someten la actividad de la lectura a los marcos de estudio y a su evaluación en clase. De esta forma se pierde de vista la intimidad que implica leer, afirmó.



“El proyecto Libros del Rincón se declaró contra estas prácticas y privilegió el sentido estético de los libros. Esa es una de las virtudes del programa: ofrecer en los textos símbolos, imágenes, representaciones que conducen al niño a pensar, a analizar, a ampliar su vocabulario y su mundo conceptual”.



En La letra encantada, la doctora en letras mexicanas subraya que, para evitar caer en historias cuyas temáticas son la visión del mundo del adulto que redundan en lo práctico y moral, debe existir una buena comunicación y retroalimentación entre los autores de literatura infantil y los niños lectores. En este sentido, María Eugenia Negrín explicó que la retroalimentación se da en las siguientes circunstancias:



“Primero, asumir que la infancia de quien escribe no necesariamente es del interés de los niños de hoy (las condiciones son muy diferentes); considerar que los pequeños no son tontos, simplemente manejan códigos diferentes a los del adulto; ofrecerles sentido del humor (blanco y negro) para su hilaridad; plantear esquemas lúdicos, tanto a nivel lingüístico como narrativo, y superar las moralejas transparentes que ya no satisfacen a nadie”, apuntó la entrevistada.



Negrín Muñoz aclaró que no se trata de dejar de lado las temáticas relativas a los valores, “pero sí hay que dosificar la intención de convertir en moralejas las fabulaciones. Finalmente, la imaginación y la técnica constituyen los pilares de la estética literaria.



“Entre los autores que menciono en el libro, sin duda Francisco Hinojosa y Alfonso Morales son figuras importantes. Otro escritor al que le debo reconocimiento es a Orlando Ortiz, quien desde los títulos invita a los niños a la imaginación y al desarrollo del sentido del humor. Aline Pettersson constituye un ejemplo más y, por supuesto, Emilio Carballido nos legó textos divertidos y de gran calidad literaria”, concluyó la autora.