La Medalla Bellas Artes, merecido reconocimiento a la pianista Luz María Puente, coinciden sus discípulos



· Se le entregará el martes 5 de diciembre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes

Pianista desde los cinco años, Luz María Puente recibirá la Medalla Bellas Artes el martes 5 de diciembre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del coloso de mármol.


El Instituto Nacional de Bellas Artes le otorgará su máximo galardón por su larga trayectoria profesional, así como por su labor como docente y formadora de innumerables generaciones de intérpretes, quienes coinciden en que esta distinción es un merecido reconocimiento a su maestra.


Alfredo Isaac Aguilar, Enrique Bárcena, Fernando García Torres y Jorge Federico Osorio, hijo de Puente, estarán presentes en el presídium, en representación de todos los pianistas que han tenido la fortuna de ser sus discípulos.


Luz María Puente nació el 20 de noviembre de 1923 en Los Ángeles, California, Estados Unidos, y llegó a radicar a la Ciudad de México a temprana edad.


Desde niña practicaba en el piano en casa de su abuela, y a los 14 fue admitida en el Conservatorio Nacional de Música, donde estudió con el maestro Alberto Montero.


Se perfeccionó en música de cámara con Sandor Roth y en técnica pianística con Bernard Flavigny y Jörg Demus, en México, y con Michele Campanella y Guido Agosti en la Accademia Chigiana de Siena, Italia.


Ha sido solista con casi todas las orquestas de México y se ha presentado en las principales salas de concierto de Estados Unidos, Bélgica, Alemania, Francia, Italia y Austria, bajo la batuta de directores como Enrique Bátiz, Sergiu Celibidache, Carlos Chávez, Luis Herrera de la Fuente, Lorin Maazel, Eduardo Mata y José F. Vásquez. En 2015 fue galardonada con la Medalla Mozart.


Entre los testimonios que han proporcionado quienes la conocen, se encuentra el de Carlos Miguel Prieto, director de la Orquesta Sinfónica Nacional: “Es un privilegio poder hablar de alguien a quien admiro y quiero tanto: la maestra Luz María Puente. Se me hace un justísimo reconocimiento que se le otorgue esta medalla.


“Lleva toda la vida dedicada al piano y a la enseñanza. La he conocido de toda la vida y es alguien que siempre he visto con una sonrisa, cara generosa, amable. Mi mayor contacto con ella ha sido porque he trabajado con Jorge Federico. Es el pianista con el que más he trabajado.


“El apoyo que ella le da me parece muy emotivo. Hay pocas cosas que me dan tanto gusto como verla cómo llega a felicitar a Jorge, y nunca deja de felicitarme a mí también, en nombre de la orquesta.


“Es una persona que combina la generosidad auténtica, la bondad y el talento. He podido hacer con ella y con Jorge el Concierto doble de Mozart. Es uno de los recuerdos que mantengo con mucha emoción”, refirió Prieto.


Enrique Bárcena, egresado y ahora profesor del Conservatorio Nacional de Música, además de concertista, comentó que desde que era estudiante ha admirado a la maestra Puente y a su hijo: “La había escuchado tocar como solista en recitales y pensé que, si quería mejorar en la música, tenía que estudiar con ella. Demostraba que era una gran maestra teniendo a su hijo como ejemplo.


“Insistí, hasta que me dijo que podía asesorarme una vez al mes. Algo le ha de haber gustado, ya que después de la primera ocasión me dijo que trabajaría conmigo cada semana, y así lo hizo durante cinco años, de 1974 a 1979.


“Aún ahora la sigo consultando y pidiéndole que me escuche cuando tengo algún concierto importante. Es una persona muy linda, generosa, dispuesta a ayudarlo a uno y a organizar ensayos en su casa. Continúo recibiendo sus consejos y sugerencias.


“Es una persona con mucho sentido del humor. Con frecuencia en las clases acabábamos muertos de la risa. Teníamos que interrumpir por algún comentario que había hecho alguno de los dos; nos contagiábamos y no parábamos de reír.


“Sigue siendo una maestra excelente. Me parece justo este reconocimiento. La maestra ha sido pilar de la música en nuestro país como pianista, intérprete, solista. En su faceta como docente ha creado una escuela pianística.


“Este será un evento trascendental en la vida del país: reconocerle su trayectoria y su contribución al desarrollo de la música en México”, concluyó Bárcena.


Alfredo Isaac Aguilar, concertista de Bellas Artes, recordó que fue alumno de la maestra desde que tenía 13 años. “La fortuna de haberla conocido me cambió la vida, no solo en la cuestión pianística, sino en lo que soy como ser humano. Lo que más aprendí de ella fue la avidez por siempre estar atento a aprender cosas, no nada más del piano.


“El impacto que tuvo en mí lo transmití a mis compañeros. Les platicaba sobre ella y se sentían interesados en saber qué me enseñaba. Es su grandeza pedagógica.


“Tiene una visión que va más allá de todo. Esa manera de saber escuchar que aprendí de ella es importante para convertirse en músico. El rigor y la disciplina me los enseñó con el ejemplo. Todo alrededor de ella tiene disciplina y orden. Para mí es la mejor maestra de México”, aseveró Aguilar.


Para Claudia Angélica Machuca, Luz María Puente ha sido y es su modelo como persona, pianista y mujer: “Me permitió conseguir mi sueño y mi pasión por la música”.


Recordó que a los seis años recibió de regalo de Navidad un piano y desde entonces supo que se quería dedicar a la música. “A los 11 años conocí a Luz María Puente. La vi tocar y pensé: Yo quiero ser como ella. En cuanto mis padres me autorizaron mudarme a la Ciudad de México se convirtió en mi tutora”.


Alejandro María Sabre, también alumno directo, mencionó que gracias a ella cambió su perspectiva sobre el significado de estudiar piano. “Es una maestra sumamente paciente, llena de recursos, cariñosa. Es, fue y sigue siendo una fuente de inspiración para mí; una persona con un corazón enorme, lleno de amor y lleno de música”.