Fue impartida conferencia en la SAPS sobre la labor de Siqueiros como editor



· La creación de un ideario político, a cargo de Rodrigo Castillo



La falta de dinero orilló a David Alfaro Siqueiros a incursionar en el mundo editorial, cuando se encontraba en Barcelona, sin recursos económicos, y el cónsul de México en la ciudad española en aquel entonces, Amílcar Zentellas, ofreció al pintor 400 pesetas para que hiciera una revista.



Vida Americana tuvo un único número, que salió a la luz en 1921, con un costo de 40 centavos de dólar, dos pesetas o cuatro francos. En ella, Siqueiros escribió sobre lo que ocurría en América, el trabajo que realizaban los artistas en esta parte del mundo y otros temas, como el béisbol, al cual era aficionado.



Siqueiros editor. La creación de un ideario político fue la conferencia que dictó Rodrigo Castillo, docente en edición, producción editorial contemporánea y creación de libros de artista, la noche del jueves 18 de enero en la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), donde abordó la trayectoria editorial que desarrolló Siqueiros a la par de su carrera como pintor.



Castillo indicó que, a partir de esta primera incursión en el ámbito editorial, Siqueiros fue conformando su ideario político, profundo y en ocasiones también criticado.



Fue así como Vida Americana se convirtió en el detonador de las siguientes publicaciones que editó.



El conferencista resaltó el diseño de la portada de Vida Americana, muy moderno para la época, y lo comparó con el de Urbe de Manuel Maples Arce, de 1924, y el de la revista ecuatoriana Hélice, que también aluden a la modernidad con automóviles, edificios y fábricas.



Con la llegada de José Vasconcelos a la Secretaría de Educación Pública y el otorgamiento de muros para que los artistas expresaran sus ideas, Siqueiros se sumó a este movimiento. Sin embargo, a la salida de Vasconcelos y sin muros que pintar, tomó el periódico El Machetepara expresarse.



De la segunda quincena de marzo de 1924 a febrero de 1925, El Machete, bajo la dirección de David Alfaro Siqueiros, tocó temas como el petróleo, la desaparición de líderes sindicales y las huelgas, y llegó a tener un tiraje de diez mil ejemplares, que eran distribuidos en las fábricas, algunas hasta con el consentimiento de los dueños de las mismas.



Castillo resaltó la participación de Graciela Amador, primera esposa de Siqueiros, quien además de ser la administradora del periódico, también escribía poesía, corridos y realizaba actos teatrales.



Alejado de la estética europeizante de Vida Americana, El Machete medía 90 centímetros de alto y su portada era considerada arte público, pues su propósito era ser pegada en las paredes de las calles para que la clase obrera se enterara de los temas que ahí se manejaban.



A El Machete le sucedieron diversas publicaciones, como el semanario Documental, en el que también intervino Siqueiros y el cual contenía elementos tipográficos más visuales, y donde además plasmó su pensamiento político, económico y social.



El ideario político de Siqueiros se fue haciendo más sólido y continuó en la publicación 1945, con tipografía grande, para culminar con Arte Público, de la que se editaron tres números y un folleto, entre 1952 y 1955.



En esa época, Siqueiros ya era un personaje con poder de convocatoria y lazos con artistas y políticos. En dicha revista destacó el uso de la imagen fotográfica. La primera portada muestra los murales de Ciudad Universitaria en los que trabajaba.



Arte Público también fue distribuida en países como Chile, Estados Unidos y España, y con ella Siqueiros logró su madurez como editor e imprimió su esencia de lo estético.