En el Museo del Palacio de Bellas Artes

Con largas filas de gente cierra la muestra Rojo mexicano

Hasta las 15:00 horas de este domingo, 3 mil 500 personas ya la habían apreciado

La muestra Rojo mexicano. La Grana cochinilla en el arte, provocó en su último día de exhibición, hoy 4 de febrero, largas filas a las afueras del Palacio de Bellas Artes, en un corte de las 15:00 horas, 3 mil 500 personas ya la habían recorrido.

Con el propósito de que más personas tuvieran la oportunidad de apreciar el montaje que planteó un recorrido por más de 300 años en la historia del arte a través de obras de los artistas que utilizaron la grana para dar color a sus trabajos, extendió sus horarios de exhibición.

El viernes 2 y sábado 3 de febrero el Museo del Palacio de Bellas Artes cerró hasta las 21:00 horas. Hoy domingo 4 de febrero cerrará a las 23:00 horas. En el último día, al igual que en los dos anteriores, grupos de jóvenes, parejas de novios o amigos, familias completas, personas adultas y en solitario, hicieron una larga fila para visitar la muestra que al sábado 3 de febrero había alcanzado cifra de 204 mil visitantes.

“Esperamos llegar a los 207 mil visitantes, mínimo, hay mucha gente. La instrucción es que a las 23:00 horas se reparta la última cortesía y que estén saliendo los últimos espectadores a las doce de la noche. Hay mucha gente, vamos a tratar de que entre y se vaya satisfecha”, apuntó Paola García González, coordinadora de mediadores y del programa de adultos mayores del Museo del Palacio de Bellas Artes.

En este último día, las personas interesadas en ver la muestra tuvieron que formarse por su cortesía gratuita, el tiempo estimado de espera para ingresar fue de 50 minutos aproximadamente y la fila alcanzaba hasta la avenida Hidalgo a la altura del Franz Mayer.

La exposición abrió sus puertas el 10 de noviembre de 2017. Se integró de una introducción, una Sala de divulgación, y los núcleos: Textil y artes plásticas; La cochinilla, el color del poder; La cochinilla, color del poder civil; y La cochinilla en el siglo XIX.

En ella se pudo apreciar pobras maestras de Tiziano Vecellio, Peter Paul Rubens, Diego Velázquez, Joshua Reynolds, Anton van Dyck, Joseph Mallord William, Eugène Delacroix, Paul Cezanne, Paul Gauguin, Vincent van Gogh y Pierre-Auguste Renoir.

La muestra dedicada principalmente a dar cuenta del uso del pigmento de origen nacional en el arte mundial, planteó la importancia de este producto milenario que traspasó fronteras, así como sus aplicaciones en la actualidad. Asimismo, los visitantes conocieron las facetas del cultivo de la cochinilla mexicana y sus características genéticas.

“La temática de la exposición fue muy interesante para el público, la calidad de las obras que estuvieron, la reproducción de la recamara de Van Gogh, todo llamó la atención y conforme pasaron los días de exhibición hubo un incremento en el número de visitantes que fue tanto de locales como de extranjeros”, planteó la colaboradora del recinto museístico.

Para Claudia Sagredo la exposición fue interesante y muy informativa sobre la grana cochinilla, pero lo que le encantó de ella y describió como un placer, fue el haber visto La recamara de Van Gogh en Arlés (1889) del pintor neerlandés.

Esta obra prestada por el Musée D’Orsay, de París, generó que la circulación en la sala donde se encontraba colgada fuera lenta, ya que la mayoría de los visitantes quería verla de frente, tomarse una selfie o admirarla, disfrutando lo más posible de su textura y colores.

Más adelante, al salir de la exposición, una nueva fila se podía observar para tomarse la fotografía en una instalación donde se halla una reproducción en 3D de la pintura de Van Gogh que por primera vez se exhibe en México, con la que los visitantes experimentaron estar dentro de ella.

“Me gustó mucho la exposición, pero lo que más me agradó fueron las obras del Greco y Velázquez, la caja de pinturas de Turner, y poderme tomar una foto dentro de la recámara de Van Gogh. Fue una chulada”, expresó un entusiasmado Manuel Azpiroz, quien visitó la muestra acompañado de su mamá.

Martín, de la Ciudad de México, se dijo sorprendido de la cantidad de información que ofrece la exposición, como el conocer el por qué la grana cochinilla llegó a ser una material de exportación tan importante como la plata, a la vez que lujoso.

“Es maravilloso poder ver obras de Renoir, Gauguin y Van Gogh que sólo viajando a Europa sería posible. Me gustó mucho la reproducción de la recámara de Van Gogh, uno hasta se podía acostar. Les quedó idéntica a la del cuadro, los detalles, sus cuadros, la ropa, su sombrero, los utensilios. De diez”.

Mónica Santillán salió muy satisfecha de la exposición. “Las piezas internacionales son un lujo para la vista, pero independientemente de ellas, el trabajo de investigación y desarrollo de la exposición fue extraordinario”.

Rojo mexicano. La Grana cochinilla en el arte tuvo su origen en 2014, con el Coloquio internacional sobre la grana cochinilla en el arte, organizado por el Museo del Palacio de Bellas Artes y la Secretaría de Cultura de Morelos.

La mayoría de las piezas exhibidas datan del siglo XVI hasta fines del XIX, evidencian el impacto de la grana cochinilla como mercancía mundial de la temprana globalización y manifiestan el valor simbólico, el impacto geográfico y la trascendencia actual de este producto mexicano.

Las obras se ubicaron en dos salas del museo y provienen de instituciones prestigiosas como la National Gallery de Londres, el Art Institute of Chicago, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y el Musée d’Orsay de París.

En el montaje se explica que el rojo de la grana cochinilla fue tan codiciado que llegó a ser sinónimo de prestigio, status y poder, y que pintores como Cristóbal de Villalpando, Luis Morales “El divino” y Diego Velázquez lo utilizaron para inmortalizar a personajes religiosos, de poder político, militar o social, pero que luego cayó en desuso.

La muestra contó con diferentes interactivos y videos, como el que explica que para avalar la presencia de grana cochinilla en los cuadros exhibidos, especialistas de diversos museos y galerías utilizaron sofisticadas técnicas para su detención.

DAF