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Libros 2018-04-23 19:09

Todo lo que yo escribo es una carta de amor a Cuba: Gabriela Guerra Rey



Todo lo que yo escribo es una carta de amor a Cuba: Gabriela Guerra Rey



· La escritora presentará su novela Bahía de sal en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia



· Libro ganador del Premio Bellas Artes Juan Rulfo para Primera Novela en 2016



· Participarán Gustavo Borges, Jorge Ruiz Esparza y la autora



A los 10 años, la escritora Gabriela Guerra Rey atravesó La Habana y se fue a vivir con sus padres a un pueblo pequeño dejado de la mano de Dios, y en aquel tiempo se inspiraron algunos momentos de su novela Bahía de sal, con la cual ganó el Premio Bellas Artes Juan Rulfo para Primera Novela en 2016. La historia de esta novela puede ser real o simplemente una ficción y vivir en los recuerdos, en la imaginación y anhelos de quienes un día simplemente abandonaron el lugar donde habitaban.



Gustavo Borges, Jorge Ruiz Esparza y la autora presentarán este libro el próximo martes 24 de abril a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en avenida Nuevo León 91, Colonia Condesa.



“La geografía de Bahía de sal está relacionada con el lugar donde me fui a vivir cuando tenía 10 años y donde mis padres residen todavía. Algunas de estas historias nacen de aquellos años de secundaria y de las cosas que me sucedieron ahí. Mis amigas de esa época, que se encuentran en diferentes lugares del mundo, sienten que este libro es de ellas y que estoy contando su historia, pero para nada… A veces es así: hay quien interpreta y se apropia esa ficción como si fuera su realidad misma; sentimos que de alguna manera tenemos algo que ver con esto que estamos leyendo”, dice en entrevista Gabriela Guerra Rey.



María de la Sal es la pequeña protagonista de esta historia, quien cuenta su andar, el de su familia y el éxodo que emprende. La religión, los libros, la libertad y hasta el amor se le presentan por primera vez, y el lector los descubre junto a ella en esto que se define como un bildungsroman (novela de aprendizaje). También se podría decir que ella es el otro personaje importante de este relato, porque Bahía de Sal, el sitio donde vive, adquiere por sí mismo relevancia al ser un lugar de tintes míticos donde suceden las tragedias y dramas de sus habitantes, quienes están arraigados a este rincón rodeado de mar.



“En mi tierra hay una frase que dice׃ pueblo chico, infierno grande, porque ocurre que conoces las historias de todo el mundo. Estuve un poco nutrida por eso, por recuerdos de la infancia, esas cosas que vives o que la gente te cuenta, no solo en Cuba, sino en muchos lugares del mundo donde he estado, en muchos lugares de Latinoamérica”, cuenta la autora, ahora naturalizada mexicana. “Bahía de Sal es un sitio imaginario, pero que en mi cabeza se parece a algunos pueblos de Cuba y a algunos pueblos de México; a algunos pueblos de nuestro continente, incluso a pueblos europeos, porque al final hay mucha similitud en cómo vivimos los seres humanos en aldeas pequeñas”, dice.



Las mujeres son el otro epicentro en Bahía de sal: marcan la pauta en los hechos, se rebelan (se revelan) y su presencia se experimenta como generadora de un nuevo mundo, de nuevas posibilidades en un futuro próximo. Al respecto, la escritora, quien ha publicado también un libro de crónicas con el título de Nostalgias de La Habana, señala que este elemento no es fortuito en su novela: “Yo soy una mujer, comenzando un siglo nuevo, comenzando un milenio nuevo, que ha tenido que ver y distinguir qué es lo que estamos viviendo en nuestras sociedades modernas, especialmente en cuanto les ocurre a las mujeres frente a una sociedad que todavía parece de hombres. Eso de alguna manera me lleva también a escribir sobre las mujeres, porque para mí es una responsabilidad que en la literatura podamos tratar los temas de nuestra época, de lo que nos ha tocado vivir”.



No han sido pocos los escritores marcados por su condición de exiliados, y esa experiencia ha dejado impronta en su obra. Han pasado ocho años desde que Gabriela Guerra Rey dejó Cuba. “Es un camino que te convierte en transterrado”, dice. El poeta cubano Virgilio Piñera, su compatriota, alguna vez habló de “la maldita circunstancia del agua por todas partes”. Para ella no ha sido muy diferente: “Tienes que aprender a vivir fuera, lejano a tus raíces, a tu tierra. El caso de los cubanos es excepcionalmente doloroso: estamos muy ligados a nuestra cultura; más que a nuestras tradiciones, a nuestra cultura en sí, a nuestra música, a nuestro mar. Esa cercanía con el mar me golpeó duramente al salir de La Habana. Para mí es mucho más que eso: nuestra historia ha estado llena de separaciones. Parte de mi familia se había ido de Cuba antes de que yo naciera. Vine al mundo marcada por la condición de la separación, de los adioses, del que está del otro lado, de las despedidas, de los migrantes.



“He necesitado dos libros, y quizá tres o no sé cuántos más, para plasmar todas las vertientes, todas las aristas que esto implica. Los seres humanos hemos emigrado desde los albores de la humanidad, así que es una historia muy larga, pero cuando la gente está obligada a hacerlo en circunstancias en las que siente que no puede seguir viviendo, y tiene que lanzarse a buscar otras realidades, tiene un camino muy lindo por delante, que es el de qué me espera, pero tiene uno terrible que es el de qué es lo que estoy dejando atrás, incluida la familia. Todo lo que yo escribo es una carta de amor a Cuba. Soy una patriota y estoy profundamente enraizada a mi tierra”, finalizó

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