Con List Arzubide, el tiempo del lenguaje y el de la historia se entrecruzan



· El 31 de mayo se cumplen 120 años del natalicio del escritor, ensayista, dramaturgo y poeta





El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recuerda que en un día como hoy, 31 de mayo, pero de 1898, nació en Puebla el poeta, narrador, ensayista y dramaturgo Germán List Arzubide.



El ganador de los premios, Nacional de Periodismo Cultural 1983, Puebla 1986, Rosete Aranda 1994 y Nacional de Lingüística y Literatura 1997, escribió los libros de cuentos, El río, El robo de la mujer de Rubens y Arco iris de cuentos mexicanos, entre otros, así como de ensayos El movimiento estridentista (1926), Opiniones sobre el libro El movimiento estridentista (1928) y Ramón López Velarde y la Revolución Mexicana (1963).



También escribió los poemarios Esquina (1924), Plebe (1925), ¡Mueran los gachupines! (1926), Viajero en el vértice (1927), Cantos del hombre errante (1960) y Poemas estridentistas (1986), además de los dramas Tres comedias de teatro infantil, Tres obras de teatro revolucionario, Cinco comedias del laboratorio teatral, Troka, el poderoso y Teatro guiñol.



En su ensayo, List Arzubide: La vanguardia y la muchacha, Cristopher Domínguez Michael escribió: “Germán List Arzubide nació en 1898 y es el decano entre los escritores mexicanos. Tantos años multiplican el poder de resurrección de un poeta. Generaciones sucesivas olvidan y recuerdan una obra dilatada a través del siglo. No estamos, ciertamente, ante libros que han cambiado con el tiempo. List Arzubide se mantiene en el ámbito estético de su juventud: creación inmóvil que ha visto rotar a su alrededor los planetas en movimiento de la crítica”.



Comentó que “A diferencia de Manuel Maples Arce, que intenta la épica y a quien Jorge Cuesta le reprochó su romanticismo vergonzante y su métrica conservadora, List Arzubide es un poeta del tono menor. No grita, deletrea. Prefiere el telégrafo que la locomotora”.



Señaló que “aun cuando se esfuerza por hacer de la velocidad una inmanencia trasplantada en el texto, el poeta de vanguardia queda anclado en la contemplación. Que se nos perdone el sacrilegio: es como un Amado Nervo que reniega del cisne, pero no del lago”.



De acuerdo con el crítico literario, “Leer los Poemas estridentistas de Germán List Arzubide es descubrir cómo el tiempo de la historia y el tiempo del lenguaje se entrecruzan en la ciudad. La vanguardia y la muchacha, son una estampa bucólica a estas alturas, pastoreo de un poeta por una ilusión cancelada. List Arzubide es un poeta legible: que su modo ya no sea el nuestro ratifica su fuerza y su permanencia”.



Por su parte, el poeta Sergio Mondragón indicó que “List es un estridentista muy curioso: es un estridentista que atestigua en silencio, como en un sueño marcado por una dorada lucidez, a la manera de algunos pintores expresionistas, la hermosa y carnicera farsa en la que le ha tocado alentar”.





Para el investigador Víctor Toledo, “dos luceros iluminan la vida de Germán List Arzubide: la vanguardia poética y la pasión social, que en realidad son una sola estrella, elección de un sólo destino: el ser revolucionario, ´el más alto escalón al que puede aspirar un ser humano´ diría otro guerrero poeta que, como Garcilaso de la Vega, murió asaltando el cielo”.



Recordó que a List Arzubide se le acusó de mal poeta o de poeta menor, “olvidando que su libro El movimiento estridentista, es un clásico, no sólo mexicano, sino universal; es un libro escrito en prosa, pero de intensa poesía, ´uno de los libros más bellos que he leído´, diría Gabriela Mistral”.



Si Maples Arce era el gran poeta en verso, List Arzubide fue el bardo, el seguidor principal de esa fe, el propagandista y unos de los mejores poetas del movimiento en prosa; es una magnífica prosa poética, escrita por un poeta, añadió Toledo.



Aseguró que El movimiento estridentista “es un deliciosa obra inmortal de la que los mexicanos y latinoamericanos debemos estar profundamente orgullosos —así como no cualquier país tiene una gran poesía prehispánica, y después un gran poeta en la Colonia, como Sor Juana, así, no cualquiera cuenta con un movimiento inaugural de la vanguardia mundial—, sin este libro fundamental, el movimiento —basado también en la poética-táctica de la propaganda de guerra— perdería buena parte de su brillantez, humor y frescura”.



Germán List Arzubide murió en la Ciudad de México el 17 de octubre de 1998.