La amistad entre Sergio Pitol y Juan Manuel Torres será recordada en una tertulia literaria



· A Sergio Pitol le hubiese encantado que, para homenajearlo a él, recordásemos a su amigo: José Luis Nogales Baena



· Estará acompañado de Arturo Beristain y Héctor Orestes Aguilar



· El martes 19 a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia



En el marco del Homenaje Nacional al escritor Sergio Pitol, la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes invita al público a la tertulia Juan Manuel Torres, primer oscuro hermano gemelo de Sergio Pitol el martes 19 a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Participarán Arturo Beristain, José Luis Nogales Baena y Héctor Orestes Aguilar.



El escritor y cineasta Juan Manuel Torres (1938-1980) es uno de los autores y cineastas mexicanos de culto del siglo XX más provocadores y audaces. Con un puñado de películas y un par de libros heredó un legado muy estimable que exige ser redescubierto. Amigo entrañable de Sergio Pitol, a quien introdujo en Polonia, esta tertulia busca dar luz sobre su lugar en la historia cultural de México.



La amistad que existió entre Pitol y Torres nació en la UNAM en la década de los cincuenta, donde compartieron amigos y proyectos en común, pero su amistad tuvo su apogeo en el tiempo que vivieron en Polonia. “Torres vivió en la ciudad de Lodz desde 1962 hasta finales del 68, y Pitol en Varsovia desde septiembre del 63 hasta 1966. A pesar de estar en ciudades separadas, se reunieron con frecuencia y realizaron juntos alguno que otro viaje. Además, tradujeron juntos del polaco y compartieron entre sí sus escritos y traducciones, vivencias, lecturas, etc. A partir de esos años, no dejaron nunca de estar en contacto, y todo ello se refleja en la obra de ambos de muy diversos modos”, comentó en entrevista el doctor José Luis Nogales Baena.



De acuerdo con Baena, la amistad entre Pitol y Torres se basaba en las vivencias compartidas en Polonia, en las charlas en torno a la literatura, escritos y traducciones en los que trabajan cada uno. “Los unió una amplia gama de gustos e intereses en común, así como una especie de ‘pasado dorado’ de sus años en el país eslavo”.



Dentro del mundo literario, los dos jóvenes estaban interesados en escritores poco conocidos en México, especialmente autores polacos, los cuales ellos mismos tradujeron. “Witold Gombrowicz o Bruno Schulz fueron, sin duda, sus favoritos, y los más representativos, pero hubo muchos otros, por ejemplo, Jan Kott. Sus gustos y lecturas en común se filtran luego a su literatura, y en la obra que escribieron ambos en la segunda mitad de los sesenta es plenamente perceptible. No solo coinciden en ciertas características de estilo, sino en algunos temas y motivos que se repiten en sus cuentos de aquellos años”, dijo Nogales Baena.



Al releer a Juan Manuel Torres a través de Pitol y observar el esfuerzo que el maestro puso en homenajearlo y recordarlo en sus escritos, se pueden comprender rasgos fundamentales de su obra, y “la valía que le da el autor de El arte de la fuga a la amistad. No es casualidad que dos de sus mejores cuentos incluyan a Torres como protagonista, o que un tercero sea un diálogo con otro de sus mejores amigos, el español Enrique Vila-Matas —me refiero al cuento El oscuro hermano gemelo, título del que se ha sacado el nombre para nuestra tertulia—. Los tres textos son frutos de una voluntad artística que quiere entretejer amistad, recuerdos, ficción y literatura. El objetivo último es construir no solo una obra de arte, sino un monumento a la vida y la amistad, un archivo de recuerdos compartidos que, fundidos con lo literario, se reavive con cada relectura. Esto de homenajear la amistad, lo vivido y, en concreto, a sus mejores amigos, es algo que se repite de muy diversas formas todo a lo largo de la obra de Sergio Pitol”.



Después del fallecimiento de Juan Manuel Torres, Pitol recordó su amistad con él a través de su cuento Nocturno de Bujara, “que en opinión de muchos es su mejor cuento. Precisamente este relato surge, mayormente, del recuerdo de Pitol de sus charlas en Varsovia con Juan Manuel, así como de la reescritura, en parte, de uno de sus cuentos. A Sergio Pitol le hubiese encantado que, para homenajearlo a él, recordásemos a su amigo. Pienso que le hubiese hecho muy feliz, precisamente porque una de las claves de su persona y su obra es el agradecimiento y la bondad que muestra siempre hacia los demás”, agregó Nogales Baena.



Por último, José Luis Nogales comenta que una de las formas de recordar a ambos escritores es leyéndolos y promoviendo su lectura. “Creo que las charlas y eventos de este tipo ayudan mucho en este sentido. Espero que nuestro encuentro sea una motivación para los asistentes a leer o releer sus libros”.

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