A 150 años del fallecimiento de su autor



Ven a La italiana en Argel como la perfección del género bufo



Carlos Fuentes y Espinosa ofreció plática previa a la presentación de la clásica ópera en Bellas Artes



“La italiana en Argel es la cumbre del género bufo. Es la perfección del género bufo, en palabras de Stendhal, el célebre escritor decimonónico contemporáneo de Rossini, quien además publicó una biografía sobre sobre él”.



Así dio inició la charla, impartida por Carlos Fuentes y Espinosa, Presidente de la Fundación Rossini de México, la tarde de este jueves en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes que, abierta a todo el público de manera gratuita, fue el preámbulo de la tercera presentación de la ópera, de belleza extraordinaria y hermosas evocaciones, en el máximo recinto cultural del país.



El evento, que contó con una breve participación introductoria por parte Alonso Escalante Mendiola, Director artístico de la Compañía Nacional de Ópera, parte de la presentación de la obra maestra de Gioachino Rossini (1792-1868), se dio en el marco de del 150 aniversario luctuoso del genio italiano, definido por el coloso del romanticismo, Richard Wagner, como un hombre tan importante para su tiempo, como lo fueron Palestrina, Bach y Mozart.



El biógrafo de músicos y cantante operístico, desmitificó la mal comprendida biografía de Rossini, dando a conocer al hombre detrás del genio e invitando al mismo tiempo a celebrar la música del también llamado “Cisne de Pésaro”, quien es conocido por haber escrito grandes obras en muy poco tiempo.



En lo que toca al admirable uso de recursos musicales en el maravilloso farsesco que se ofrece en el Palacio de Bellas Artes, “consolida a Rossini como un genio, un maestro de cartel, cuya obra fue su carta de presentación incluso aquí en México”, recordó el ponente, para quien “todas las palabras quedan laxas ante el portento musical y el portento teatral del autor”.



Apoyado por recursos audiovisuales, como animaciones de la obertura de La italiana en Argel y comparaciones de algunos de sus fragmentos con otros de la obra homónima del también italiano, Luigi Mosca, en la que se basó Rossini para componer la emblemática pieza operística, Fuentes y Espinosa fue describiendo cada momento de ella, destacando también el libreto Angelo Anelli (1761-1820), gran personaje de la literatura argumentista, quien contó con un tesoro de recursos teatrales a su mano, en los que ve influencia de Moliere.



La pieza cuenta la historia de Isabella, joven italiana interpretada por la mezzosoprano mexicana, Guadalupe Paz, quien viaja en busca del su amado Lindoro quien, personificado por el tenor mexicano Edgar Villalba, es uno de tantos esclavos en el palacio de Mustafá, encarnado por el bajo barítono chileno Ricardo Seguel.



Mustafá, rey de Argel, cansado de su mujer Elvira, personificada por Angélica Alejandre, se enamora de la italiana y propone a su esclavo un cambio de parejas, lo que convierte la trama en una enredada comedia que termina con la fuga de la pareja y con la reconciliación entre el ridiculizado gobernante y su esposa.



De la obra, el especialista destacó la parte final del primer acto, prodigio increíble y portentoso, un movimiento de saturación en el drama donde cada uno de los personajes empieza a desvariar, “Rossini lo cuenta en una onomatopeya fantástica en un ejercicio contrapuntístico, sumamente difícil de interpretar para los cantantes”.



Este drama jocoso fue estrenado en el Teatro de San Benedetto, Venecia, 22 de mayo de 1813, bajo la dirección del compositor y fue recibido con gran entusiasmo por el público. A 15 años de haberse presentado por última vez en el máximo recinto cultural del país, evidenciando la marcada predilección que había en la Europa del siglo XVIII por la llamada "ópera turca", que convierte en objeto de burla al entonces temido invasor otomano.



Refiriéndose a lo anterior, el ponente invitó a pensar las obras siempre en su contexto histórico. “Si en este momento se haría una cosa de estas, sería criticada por las diferentes posturas que buscan impedir la burla y denostación del “otro”; pero, hay que comprender que en el momento de la obra, eran otras condiciones en términos dramáticos y teatrales, la ópera estaba realizada para que todo mundo fuera a ella”.



Para Carlos Fuentes y Espinosa, las presentaciones de la obra de Rossini en el Palacio, son una gran oportunidad para que el público pueda ver esta divertida puesta, que es como dice Stendhal, “alegría pura, locura organizada, tan simpática como no puede este mundo”, bajo la Dirección escénica de Hernán del Riego, quien aprovecha de una manera corregida y aumentada las posibilidades maravillosas de la pieza.



La italiana en Argel, ofrecerá la última de sus cuatro funciones el próximo domingo 15 de julio, a las 17:00, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, ubicado en Av. Juárez y Eje Central S/N, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.



FAC