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Noticias 2015-06-17 19:50

Analizan estado actual de la literatura cubana de 1856-2015

Seminario de Historia y Literatura Poéticas del Presente, en el CIDE



Analizan estado actual de la literatura cubana de 1856-2015


Participaron los cubanos Walfrido Dorta, Jorge Enrique Lage, y

el mexicano Christopher Domínguez



El estado de la literatura cubana contemporánea, los tipos de autores

que se desarrollan en aquel país, así como la obra y pensamiento del

escritor José María Heredia, fueron los temas abordados en el primer

día del Seminario de Historia y Literatura Poéticas del Presente: Narrar

a Cuba 1956-2015, organizado por la División de Historia del Centro

de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la Dirección

General de Publicaciones (DGP) del Conaculta.



El crítico y escritor Walfrido Dorta, quien presentó el ensayo

Narrativa cubana de las últimas dos décadas políticas de la distancia y

el agrupamiento, habló sobre los novísimos, diásporas y generación

cero, diferentes grupos de autores que realizaron en los últimos años

literatura cubana.



Al referirse a los textos realizados por los novísimos, dijo que

estos eran vistos como un gran catálogo de un conjunto de

subjetividades que emergieron o se subrayaron en los años noventa

como los balseros, drogadictos, prostitutas, rockeros, gays, lesbianas.

“Hay una insistente preocupación por registrar subjetividades que

luego se convierten en fetiches mediáticos que van perdiendo esas

aristas.



“Es importante entender que estos autores novísimos pasaron

por talleres literarios que empezaron a realizarse en los ochenta; el

carácter institucional de estos talleres es un espacio que a mi juicio ha

incidido en cierta manera colectivista en imaginar la sociabilidad

intelectual en la isla y que ha producido capillas literarias y la

hegemonía de ciertos patrones estéticos”.


En su ponencia, Dorta diferenció los textos de autores

correspondientes a la generación cero y las diásporas, dijo que en los

primeros su eje central está en el universo de las series

estadounidenses, mientras que los escritores de diásporas se remiten

a un paradigma de la letra.



Abundó que los cuerpos de escritura de los novísimos y

diásporas son sobre los cuales se posicionan los escritores de la

generación cero, quienes, explicó, son los nacidos a finales de los

setenta y principios de los ochenta, y que en su opinión producen

algunos desplazamientos entre la escritura de diásporas y

publicaciones recientes.



“A mi juicio es inútil como guía identitaria, crónica o suplemento

para una antología, es difícil encontrar en los textos de la generación

cero suficiencia testimonial o una posición de creatividades sociales, y

en ellos figura un escenario narrativo alejado de la geografía cubana”.



Sobre las posibilidades de publicar en Cuba, indicó que éstas

son expeditas, siempre y cuando no se agredan ciertas intervenciones

ideológicas, además de estar penalizada cualquier actividad editorial

no institucional y que en su publicación predominan los cuentos y

novelas cortas.



“En Cuba está completamente ausente la lógica de mercado y el

tiraje de materiales, pues se imprime la misma cantidad de ejemplares,

más o menos, para un escritor consagrado y uno nuevo; las pocas

novelas que se han publicado no se reeditan y lo más lamentable es

que estos libros no pueden comprarse en ningún circuito editorial fuera

de Cuba, lo cual se hace bastante precario”, puntualizó Dorta.



Por su parte, el narrador cubano Jorge Enrique Lage expuso que

cuando se le pregunta por el estado de la literatura cubana responde

que lo que la singulariza es su orden productivo y de engranaje.



“En Cuba los escritores que hacen su obra literaria la publican en

revistas culturales que pertenecen al Estado, cuando terminan un libro

pueden entregarlos a diversas casas editoriales, las cuales están bajo

el control y supervisión del Estado, el libro se imprime en editoriales

gestionadas por el Estado, después un organismo llamado

Distribuidora Nacional del Libro se encarga con camiones de matrícula

estatal de mover lo que se imprime en las librerías del país. Todas las

librerías de novedad están administradas en locales que son

propiedad del Estado y a menudo los libros pasan mucho tiempo

durmiendo en almacenes del Estado”, apuntó.



Al tomar la palabra el historiador mexicano Christopher

Domínguez Michael entrelazó a México y Cuba a través del escritor

José María Heredia (Santiago de Cuba, 31 de diciembre,

1803–Toluca, México, 7 de mayo, 1839).



Indicó que las literaturas en lengua española al iniciar el siglo

XIX era de un retraso enorme, lo que se debía a que el final de la

cultura española del siglo XVIII era “calamitosa” comparada con

Francia o Estados Unidos y fue el escritor José María Heredia quien

rompió con esa situación.



“José María Heredia es una figura simbólica para el imaginario

cubano, él esencialmente es un escritor mexicano, aunque así no se le

reconoció y ahí está su tragedia de ser extranjero, lo que lo obligó a

regresar a Cuba, pese a lo mucho que se involucró en la política local

y los grandes deseos que tenía de documentar su mexicanidad”.



Christopher Domínguez destacó que José María Heredia quiso

hacer en México literatura moderna y descubrió que el instrumento

para hacerlo era la crítica literaria.



Poéticas del Presente: Narrar a Cuba, 1956-2015, se llevará a

cabo en las Salas 1 y 2 del CIB-CIDE, Carretera México Toluca n°

3655, colonia Lomas de Santa Fe; y concluirá el jueves 18 de junio

con la mesa Del relato postrevolucionario a la ficción global, con la

intervención del escritor Carlos Alberto Aguilera (República Checa),

Premio David de Poesía de La Habana 1995, y del narrador y editor

Ahmel Echevarría (Centro Onelio Jorge Cardoso, Cuba), Premio José

Soler Puig de Novela 2012. La clausura estará a cargo del periodista y

escritor Homero Campa y David Miklos.



DAF

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