· La Cineteca Nacional abrió el ciclo “Clásicos de la Época de Oro del cine de Hollywood” con la película de Michael Curtiz



· David Maciel mantuvo una conversación con el público para reflexionar sobre el impacto global del filme



“Hollywood sigue dominando al mundo, siendo el más prolífero, el más institucionalizado, el de mayores recursos”, comentó David Maciel el 6 de febrero de 2019 durante la primera charla de Clásicos de la Época de Oro del cine de Hollywood, un nuevo ciclo de la Cineteca Nacional que analizará los filmes industriales de mayor glamour de la Meca del cine estadounidense.

“Desde principios del siglo XX, el cine adquirió una gran popularidad tanto en Estados Unidos como en México: los dos contaron con una época de cine silente muy importante y estrellas formuladas. La diferencia fue que en Estados Unidos tuvieron grandes empresarios que vieron que el cine no sólo podía ser la forma más importante de entretenimiento y de cultura popular, sino un gran negocio”, desarrolló el doctor en Historia, haciendo énfasis en los factores que consagraron a Hollywood como una industria que sigue permeando en nuestros días.

Esta primera sesión se enfocó en Casablanca (Michael Curtiz, 1942), filme cuya popularidad fue creciendo con el paso de los años hasta ser la película más vista en la televisión norteamericana. Quizá por la figura emblemática de Humphrey Bogart, la naciente estrella de Ingrid Bergman o simplemente por su icónica historia de amor, el filme es un ejemplo perfecto de la globalización de Hollywood, tanto en temática como en distribución.

La industria no era de élites, era cine popular: apelaba a las emociones básicas de su audiencia y a dar una lección moral. “La censura de la época no estaba preocupada por el cine político —explicó el historiador—, sino por la moraleja”. En su texto residen ideologías básicas del pensamiento americano que van desde las más endebles, como la honorabilidad patriota, hasta las más ambiguas, como la supremacía del hombre blanco y el destino manifiesto; ideologías que perduraron durante toda la época dorada.

¿Por qué ha gustado tanto Casablanca? ¿Qué la hace tan especial? David Maciel lanzó esas preguntas al aire para que los asistentes a la charla reflexionaran sobre la propaganda de Hollywood durante la Segunda Guerra Mundial. Si bien con una postura y mensaje claros, el guion disfraza esos puntos con la apasionante relación no consumada entre sus protagonistas. “Se filma en 1942 y se tenía que dar ímpetu a los Estados Unidos y hablar de las maldades de los nazis, por lo que fue inesperado su tratamiento clásico de una historia de amor, además del suspenso y personajes con los que nos podemos identificar”.

Clásicos de la Época de Oro del cine de Hollywood continuará en febrero con un catálogo curado por el mismo Maciel, quien estará presente durante todas las funciones. La selección de filmes se adecuó a la variedad de géneros que tuvieron mayor importancia durante la Época de Oro, como lo fueron el melodrama, el film noir, el western y el cine de épicas, por lo cual se exhibirán Pacto de sangre (Double Indemnity, 1944), de Billy Wilder; Shane (1953), de George Stevens, y Ben-Hur (1959), de William Wyler. La entrada a las charlas será gratis solicitando cortesías en taquilla 5.