Presentan la segunda edición del libro Latinoamericano. Arte moderno y contemporáneo. Colección FEMSA





Es una bitácora de este acervo que representa una verdadera cartografía de la creatividad y un gran mosaico del acontecer de las artes visuales de la región: María Cristina García Cepeda



Integra imágenes de 187 piezas sobresalientes de las más de 1,200 que conforman la Colección FEMSA y fue descrito por Enrique Krauze, autor del prólogo, como osado y poco convencional





Como un volumen que resulta “una especie de geografía creativa, de mapa latinoamericano de artistas en el que están los grandes nombres con obras que representan momentos, épocas, tendencias y corrientes de la historia del arte”, fue descrito por la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, el libro Latinoamericano. Arte moderno y contemporáneo. Colección FEMSA, cuya segunda edición fue presentada la noche del martes 7 de junio en el auditorio del Museo Tamayo Arte Contemporáneo.



En representación del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, la titular del INBA refirió que esta publicación “es una bitácora de esta colección que representa una verdadera cartografía de la creatividad, un gran mosaico del acontecer de las artes visuales en la región latinoamericana.


“Narra no solo la historia de un proyecto cultural consolidado, que es ya en sí mismo una institución, sino también nos cuenta la vitalidad creativa latinoamericana. Propone una lectura de las rutas que las artes visuales han recorrido y nos muestra un conjunto de obras que forman parte ya de la historia cultural de América Latina.



“Latinoamérica. Arte moderno y contemporáneo. Colección FEMSA es ya un referente para la memoria cultural de México y una aportación más para documentar, estudiar y difundir aquello que nos define sin exclusión alguna: la cultura”, finalizó María Cristina García Cepeda.



Por su parte, el director general de FEMSA, Carlos Salazar Lomelín, resaltó que diversas piezas de la Colección FEMSA, integrada por más de 1,200 obras de artistas latinoamericanos de los siglos XX y XXI, han sido llevadas, como parte de un proyecto de exposiciones itinerantes, a diversas ciudades de México, Estados Unidos, Guatemala, Argentina, Brasil, Colombia y Filipinas, entre otras naciones.



El libro, agregó, resume en 432 páginas el interés de FEMSA por compartir con el público su colección, la cual significa un esfuerzo por invertir en la cultura y en el desarrollo de artistas a través de una plataforma sólida de expresión y difusión.



En su oportunidad, Rosa María Rodríguez Garza, gerente del programa cultural FEMSA, señaló que, desde su creación en 1977, la Colección FEMSA –uno de los acervos privados más importantes de América Latina, conformado por piezas de disciplinas artísticas como pintura, escultura, dibujo gráfica, fotografía, video e instalación– es una colección viva, dinámica y vigente, y marca nuevas tendencias y líneas de investigación.



Durante su intervención, el escritor e historiador Enrique Krauze, autor del prólogo del volumen, leyó un fragmento del mismo, en el que destacó lo osado y poco convencional de la selección de obras para el libro.



“¿Qué me sorprende al recorrerla? Su osadía. No hay en la publicación una sola pieza convencional. Quien espere encontrar, por decir algo, ejemplos habituales del muralismo mexicano, saldrá decepcionado o, si es más agudo, gratificado, porque la colección no tiene un propósito pedagógico, menos aún propagandístico, sino artístico.



“Los grandes maestros están presentes, pero la obra que se eligió de cada uno no es representativa, sino excepcional; ilumina una zona menos conocida y más sutil de cada artista. El Diego Rivera que nos presenta la colección no es el idílico pintor de los alcatraces, sino el fugaz Diego cubista. Siqueiros no es el impetuoso pintor de la masa revolucionaria, sino el amante sensual de una mujer dormida, casi una odalisca, en inquietantes tonos rojos y verdes.



“Del Dr. Atl no están los consabidos volcanes sino un maizal que danza y brilla como oro vertical frente al macizo verde de una montaña. Hay un Frida Kahlo genuinamente original: su solitario vestido mexicano pende de un tendedero, entre todos los edificios y objetos de modernidad material, en una terraza de Nueva York. Estoy cierto de que la excentricidad de la colección es deliberada”, concluyó.



El director del Museo Nacional de Arte, Agustín Arteaga, coincidió con Krauze en la originalidad de la selección de piezas para el libro y aseveró que se trata de la mejor curaduría que de este gran acervo se ha hecho. Tanto en la colección como en el volumen, agregó, “hay claridad y visión, y va más allá del historicismo, con una sensatez poco usual. No es complaciente, pero complace. Se trata de la otra cara del arte latinoamericano, y en ello recae una de sus más grandes virtudes”.



Sylvia Vega, coordinadora editorial del libro, recordó que la primera edición del mismo fue publicada en 2008 con la intención de mostrar una selección de obras representativas de la Colección FEMSA, y señaló que la segunda edición es un volumen renovado y ampliado, en el cual se han integrado piezas de reciente adquisición. Aparecen ahora en la segunda edición 187 obras de 172 artistas.




Pueden apreciarse en el libro, una edición trilingüe en español, portugués e inglés, “desde las grandes herencias estéticas del siglo XX hasta las producciones artísticas más sobresalientes en la actualidad; desde la influencia de las vanguardias europeas en América Latina, pasando por la Escuela Mexicana de Pintura y el movimiento de Ruptura, hasta llegar a la gran variedad de lenguajes de fines del siglo XX y de nuestros días. El conjunto es extenso en pluralidad de lenguajes y en representatividad de países y de corrientes artísticas”.





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