Ceprodac honra con danza el legado musical del compositor mexicano Mario Lavista en el Teatro del Bosque del CCB

Presentó el montaje Luz sonora. Celebrando a Mario Lavista en el marco del Encuentro
Nacional de Danza

Cuerpos dancísticos fueron sublimados por la música del compositor mexicano Mario
Lavista (1943-2021), cuyas partituras los inspiraron a interpretar las cuatro coreografías
que la noche de este lunes 28 hicieron vibrar al público que se dio cita en el Teatro del
Bosque Julio Castillo, donde se le rindió tributo póstumo al creador a través de la poesía
en movimiento.

Fueron las bailarinas y los bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea
(Ceprodac) quienes protagonizaron la función de Luz sonora. Celebrando a Mario Lavista,
montaje presentado en el marco del Encuentro Nacional de Danza 2022, organizado por la
Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y
Literatura (Inbal) a través de la Coordinación Nacional de Danza.

La noche fue especial. El binomio música y danza detonaron una experiencia escénica
sensorial. Por un lado, el legado musical del maestro Lavista. Por otro lado, la técnica, la
fuerza y el corazón de los jóvenes bailarines del Ceprodac, guiados magistralmente por su
directora artística, la maestra Cecilia Lugo.

Luz sonora. Celebrando a Mario Lavista estuvo conformado por cuatro piezas distintas
entre sí en estética, pero unidas bajo una misma sintonía: la música del afamado
compositor mexicano, quien se hizo presente en el escenario a través de su voz, con
grabaciones que hiciera en vida en torno a sus orígenes artísticos y sus influencias
musicales Las obras interpretadas son de cuatro coreógrafos reconocidos dentro de la
escena nacional: Raúl Tamez, Víctor Manuel Ruíz, Melva Olivas y Claudia Lavista, quienes
aceptaron la invitación de rendirle tributo al maestro Lavista por ser una figura
indispensable en la cultura nacional.

El homenaje escénico inició con la proyección de la video danza Ofrenda, inspirada en la
obra homónima para flauta de pico del maestro Lavista. Fue realizada por su hija, la
bailarina y coreógrafa Claudia Lavista en colaboración con el cineasta Alexander Dahm
durante una estancia que hizo en Israel. En las imágenes, aparece la bailarina Julia
Mezhetskaya bailando en diferentes escenarios naturales israelitas.

Después, se interpretó la obra Da Lontano, como una bruma sonora, del coreógrafo Raúl
Tamez, quien se basó en el Cuarteto No. 4. Sinfonías (1996). Cerca de 20 bailarines
semidesnudos exaltaron el poder de esta propuesta musical.

Luego tocó el turno a la coreografía de Víctor Manuel Ruíz: El último viaje, creada a partir
del Cuarteto No. 3. Música para mi vecino (1995). Así como Ecos, coreografía de Melva
Olivas inspirada en el Cuarteto No. Reflejos de la noche (1984).

La noche culminó con la coreografía creada por la hija del maestro Lavista: Claudia Lavista,
quien volcó todo su amor a su progenitor en la pieza Toque de silencio, a mi padre,
inspirada en el Cuarteto de Cuerdas No. 8 Toque de silencio (2017). Todo el elenco del
Ceprodac se apoderó del escenario para enaltecer con su danza al compositor.

Una larga y emotiva ovación se dejó escuchar al final de la función, sobresaliendo el
entusiasmo de los amantes de la danza, quienes se sintieron conmovidos por este
homenaje dancístico, ya que la danza siempre estuvo presente en la vida del maestro
Lavista. Y es que -como lo señaló el crítico Juan Arturo Brennan en el estreno del montaje-
“Mario Lavista habitó la danza y la danza lo habitó a él, y una prueba más de ello es la
presencia de algunas obras con referencias dancísticas específicas en su catálogo de
composiciones”.