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Musica 2023-03-15 20:14

La subversión del cuerpo: danza y artes visuales, homenaje al artista Federico Silva

La subversión del cuerpo: danza y artes visuales, homenaje al artista Federico Silva




El Inbal presentará la charla el jueves 16 de marzo, a las 18:00 horas en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes



La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) presentan la charla: La subversión del cuerpo: danza y artes visuales, de la coreógrafa Pilar Urrueta, este jueves 16 de marzo, a las 18:00 horas, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.



Como homenaje a Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía, el Museo del Palacio de Bellas Artes realiza esta actividad en la cual la maestra de danza contará su experiencia al trabajar al lado del pintor considerado un ícono del arte en México.



Para Urrueta, la obra de Silva no solo fue innovadora en el terreno de las artes visuales, sino que a través de sus colaboraciones permitió búsquedas subversivas en la música, el arte sonoro, el performance y la danza contemporánea, porque “más allá de lo políticamente correcto, para Silva, el arte significaba libertad de creación y liberación del espectador”, explicó.



“Él fue como un padre espiritual”, expresó en entrevista la también bailarina y agregó que “su obra mueve muchas cosas dentro de mis búsquedas artísticas y como coreógrafa, y me parece que su trabajo es trascendental no solamente para el universo de la escultura o la pintura en México, sino del arte en general”.



Hablar sobre Federico Silva y de las colaboraciones que realicé con él “implican una respuesta personal, porque fue gran amigo de mi madre, la compositora Alicia Urreta. Crecí en un ambiente muy particular, pues a la casa llegaban Juan Rulfo, Juan de la Cabada, Miguel Covarrubias o Federico Silva.



“Su obra siempre me ha acompañado. No olvido la emoción y el profundo impacto que me causó una exposición que hizo con su obra cinética, porque eran unas torres muy grandes —o yo las veía muy grandes porque era una niña— que recibían información sonora y la transformaban en reacciones lumínicas. Estas memorias me hacen sentir gran agradecimiento porque me abrieron la puerta del arte contemporáneo sin saberlo”.



“Después de la muerte de mi madre (1986), mi vínculo con Federico continuó y su amistad la considero una de las grandes herencias que me dejó”, agregó.



Un arte que unifica tiempos



“Su obra mantiene esta reflexión, pues en ella está el pasado, lo primigenio y lo muy contemporáneo”, dijo la también investigadora y recordó que esta idea fue el centro de la colaboración que realizó con el artista plástico en 2003, Marcar el árbol del tiempo con una señal.



“Hace 20 años tuve la fortuna de introducirme, desde mi perspectiva coreográfica, en la obra de Federico, con una obra que no solamente giró en torno a sus ideas como artista, sino a sus obras.



“Con mucha generosidad me dio la oportunidad de trabajar con él mientras estaba expuesta una de sus exposiciones en el museo de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, en la que se presentaron obras de gran formato y esculturas. La idea fue del mismo Federico, quien me invitó.



“Esta primera colaboración no tuvo salida, pero dio lugar a una segunda colaboración, la puesta escénica Marcar el árbol del tiempo con una señal, que es una frase del propio Federico. En ella utilicé el material que había desarrollado previamente y fue una búsqueda en torno al encuentro de dos tiempos: el tiempo alargado de la escultura, de esta permanencia en el mundo, y de lo fugaz que es la danza, del tiempo humano.



“La obra se estrenó en el Teatro de la Danza, para la cual Federico me permitió reproducir imágenes, textos e incluso, pudimos reproducir una de sus esculturas con material más ligero para el foro. La intención era unir su pensamiento estético con lo coreográfico. Esta pieza utilizaba multimedia e instalación, medios que apenas se estaban explorando y eran muy raros en la danza, pero que Federico ya había integrado a sus obras.



En este sentido, compartió que en el programa de mano se incluyeron escritos que hizo con base en sus esculturas, las cuales estuvieron presentes en forma de imagen como El hombre rupestre, El nahual matemático, El señor de los rayos, El grillo, Objetos del sol, “porque nunca se quedó solo con el concepto abstracto del arte, tampoco se echaba un rollo estético, sino que transmiten una experiencia vital y nos meten de cuajo en un universo de la vivencia”.



Finalmente, Pilar Urreta señaló que “con los años me he dado cuenta de que este encuentro, junto a Federico, Carlos y mi madre, me permitió definirme como bailarina y como coreógrafa, porque ellos me proporcionaron las vivencias trascendentales que posteriormente nutrirían mi trabajo.



“Si había algo en lo que coincidían ellos tres era que no cedían ante presiones de la política dentro de la cultura, en demerito de la autenticidad y la verdad. Mi madre también fue muy subversiva y el Festival Hispano Mexicano fue un reflejo de ello, pues fue el primer festival cultural, anterior al Cervantino, que trajo proyectos escénicos para que se ejecutaran en vivo, con la participación de artistas, compositores, coreógrafos y bailarines jóvenes”, comentó para posteriormente recordar que “Federico Silva fue también de esos hombres que abrieron puertas, pues colaboró con muchos artistas. A veces olvidamos todo esto, pero recuperar la memoria de esos momentos que tuvo la cultura en México y dejar de romantizar tanto la historia nos hará entender quiénes somos”, concluyó.


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