Juegos simples y espacios para la contemplación en la obra para niñas y niños Un jardín


Debajo de las hojas sueltas, entre los altos pastos y junto las ramitas caídas del árbol se encuentra Un jardín. El lugar favorito de OH y JA, dos seres que nos invitan a jugar, contemplar y descubrir juntos este nuevo gran espacio, dándonos cuenta de la importancia de hacer una pausa de lo cotidiano y dejarnos llevar por la naturaleza, y así descubrir el valor de compartir y celebrar la existencia de cada ser.



La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del programa de Teatro para niñas, niños y jóvenes de la Coordinación Nacional de Teatro y la compañía Una canasta de limones, presentan Un jardín. Esta puesta en escena cuenta con la dirección escénica de Mauricio Arizona e interpretaciones de André Usagui y Mario González Solís.



La inspiración para crear este espectáculo fue a partir del amor por la naturaleza y los juegos que pueden suceder en ella. Esa inspiración estuvo en los espacios recreativos para niñas y niños al aire libre: “Piedras en los parques, ramitas de algún árbol, hojas secas en el suelo, tierra apilada o charcos de agua después de la lluvia, todos estos elementos orgánicos pueden parecer simples a las personas adultas, pero para la infancia es un universo de posibilidades para el juego, ya sea de repetición, mímesis o incluso de rebeldía destructiva; todo esto finalmente termina por generar una conexión con la naturaleza”, compartió el director Mauricio Arizona.



“Durante este pequeño momento exploraremos un jardín y nos daremos cuenta de la importancia de hacer una pausa a lo cotidiano para dejarnos llevar por la naturaleza y lo salvaje descubriendo el valor de compartir y celebrar la existencia de cada ser dentro del mismo entorno”.



Esta propuesta escénica recomendada para niñas y niños a partir de los 2 años de edad ofrecerá temporada del 23 de septiembre al 29 de octubre, los sábados y domingos a las 13:00 horas, en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky del CCB.



El diseño de escenografía es de Aline Bejarano, el diseño de vestuario, de Sergio Mirón; la ilustración escénica e identidad gráfica es de Marco Enciso, mientras que la música original está a cargo de Edwin de Partera.