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Noticias 2023-12-21 22:08

Recuperan la mayor muestra osteológica de los antiguos pobladores del suroeste de Tamaulipas

Recuperan la mayor muestra osteológica de los antiguos pobladores del suroeste de Tamaulipas

Derivado de un salvamento arqueológico, en el sitio Cima de San José,
municipio de Tula, se registró un área de enterramiento y fogones
Se recuperaron 48 entierros individuales y múltiples, acompañados con
abundantes ajuares que refieren a la interacción cultural en el área.

Tula, Tamps.- En el sitio denominado Cima de San José, un equipo de
especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llevó a
cabo la recuperación de la que, hasta el momento, constituye la mayor
muestra osteológica de antiguos pobladores del suroeste de esta entidad,
compuesta por los restos de 48 enterramientos individuales y múltiples,
asociados a la presencia de numerosos fogones.

La exploración de una sección de lo que fue ese asentamiento prehispánico,
vinculado a grupos de los complejos culturales Pueblito y Huasteca, es
resultado de la supervisión que la Secretaría de Cultura federal, a través del
Centro INAH Tamaulipas, realiza a la construcción de la carretera que
conectará a los municipios de Mante, Ocampo y Tula.

Las secciones de Arqueología y Antropología Física de la representación estatal
del INAH trabajan en el registro, recuperación, estudio y análisis de materiales
arqueológicos y osteológicos, producto de los descubrimientos registrados por
el proyecto de salvamento arqueológico, como fue la recuperación de los
restos óseos de más de 40 individuos en la porción norte de la Huasteca
tamaulipeca, en los primeros meses de 2023.

El coordinador del proyecto, Esteban Ávalos Beltrán, informa que los entierros
de Cima de San José han superado en cifra a los anteriores, pero es posible que
se correspondan en temporalidad: los periodos Clásico Temprano y Medio.
Gracias al registro de 18 fogones en las áreas de enterramiento, se cuenta con
materiales para el fechamiento absoluto mediante diversas técnicas.

Conforme los primeros resultados de análisis malacológicos, los atributos
tecnológicos de la cerámica y la lítica, y las prácticas culturales observadas, “se
infiere un nodo de conexión entre las cronologías propuestas para las áreas de
Río Verde, el suroeste de Tamaulipas, la Sierra de Tamaulipas y la Cuenca baja
del Pánuco, sugiriendo que el sitio pudo ser ocupado entre 250 y 650 d.C.

Cima de San José debe su nombre a una loma que fue nivelada para su
ocupación, a 80 metros de altura del pie de monte. Al ubicarse en la franja de
transición entre el bosque de la Sierra Madre Oriental y el semidesierto
chihuahuense, se observa la convivencia de pinos y encinos con agaves y
cactus.

El lugar tuvo una función importante relacionada con las creencias y la
organización sociopolítica de los antiguos habitantes del área, y en el mapa de
Abraham Ortelius, de 1578 (el más antiguo de la Huasteca), es referido como
Tammapul, famoso por el Gran Cué o pirámide de Tula.

Los vestigios de edificaciones, fogones y la gran cantidad de entierros y sus
ofrendas son indicativos de su importancia. Se reconoció que los individuos
debieron estar envueltos en mortajas, al momento de ser depositados en fosas
cuidadosamente excavadas y cubiertas por lápidas, pues la mayoría de ellos, a
excepción de algunos colocados bocarriba, fueron inhumados en posición
flexionada sedente, dorsal o lateral, con predilección por orientaciones
relacionadas con la salida y puesta del sol.

De acuerdo con Esteban Ávalos, lo llamativo es la cantidad de ofrendas con las
que fueron depositados y la variedad de los materiales asociados, entre las que
destacan: vasijas de tipo Zaquil Negro y Rojo, pipas de cerámica, pendientes de
conchas marinas, huesos de ave, punzones de hueso de venado, lascas de
pedernal blanco, navajas de obsidiana gris y pendientes de piedra verde.

Sobresale el entierro de un individuo masculino, de entre 20 y 24 años de edad
al momento de morir, ataviado con un collar de 29 pendientes de caracoles
marinos, cuyas columelas fueron trabajadas para asemejar los colmillos de
mamíferos carnívoros. Es probable que al personaje también le fuera colocado
un pequeño morral de material perecedero, el cual contenía dos navajas de
obsidiana gris, diversas lascas y un raspador tipo Coahuilo, de pedernal blanco,
similar a los de la Tradición del desierto.

Otro individuo fue identificado con la característica de mutilación dental en los
cuatro incisivos y los dos caninos maxilares. Los incisivos fueron desgastados
para darles una forma aguzada o punzante, mientras que los caninos fueron
modificados para generar una oquedad en la parte activa de los dientes.

Gracias al estado de conservación de algunos restos óseos se han reintegrado
nueve cráneos, en los que se ha identificado modificación craneal del tipo
tabular erecta plano lambdoideo, lo que recuerda a los grupos tempranos del
norte de la costa del Golfo y Suroeste de Estados Unidos. Estos aspectos de la
vida y salud de los antiguos habitantes del sitio son indagados en el

Laboratorio de Antropología Física del Centro INAH Tamaulipas, bajo la
coordinación del doctor Jesús Velasco.

Esteban Ávalos concluye que el trabajo realizado con el equipo del salvamento
arqueológico y los investigadores del INAH Tamaulipas, permitirá reconstruir
algunos aspectos de los antiguos habitantes de Cima de San José, al ser uno
de los últimos sitios que se han excavado con el rigor científico en el suroeste
de Tamaulipas.

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