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Libros 2024-01-17 15:23

Juan Rulfo, renovador de la literatura mexicana, conjuga la ficción y la historia, la tradición escrita y las vertientes orales

Juan Rulfo, renovador de la literatura mexicana, conjuga la ficción y la historia, la tradición escrita y las vertientes orales



A 38 años de su deceso, la Secretaría de Cultura federal y el Inbal recuerdan al autor de Pedro Páramo y el Llano en llamas
Sus dos obras cumbre han sido traducidas a más de 50 idiomas y a diversas lenguas indígenas mexicanas



La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recuerdan al escritor Juan Rulfo (a 38 años de su deceso), renovador de la narrativa mexicana y uno de los autores hispanoamericanos más leídos y estudiados en el mundo literario.



“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”, es el inicio de una de las novelas más importantes de la literatura mexicana, Pedro Páramo, la cual ha sido considerada por los críticos como una obra que renovó la literatura nacional a mediados del siglo XX.



Juan Nepumuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno originario de San Gabriel, Jalisco, donde vivió una infancia llena de retos económicos por la muerte de su padre, cuando el futuro escritor contaba con sólo 6 años. Posteriormente, a la muerte de su madre, se mudó a la ciudad de Guadalajara para cursar los estudios superiores, pero estalló la huelga en la Universidad de Guadalajara.



Llegó a la Ciudad de México en 1935 para ingresar al Colegio Militar por recomendación de su tío. Sin embargo, decide ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Al no revalidar sus estudios para el ingreso, decide cursar como oyente en la Facultad de Filosofía y Letras de la hoy unidad Mascarones de la UNAM y Derecho en San Ildefonso.



Por invitación de Manuel Ávila Camacho pronto se integra como funcionario de la Secretaría de Gobernación, en la cual trabaja por más de una década. En aquellos años, todavía convulsos y de desarrollo industrial, Rulfo inicia la escritura de sus relatos, en los cuales aborda temas como la muerte, la enfermedad, el olvido, la remembranza, la orfandad, la pobreza, el desencanto, los cuales publicaría en 1953 bajo el título El llano en llamas.





Sin embargo, su éxito llegó con la publicación de la novela Pedro Páramo, en 1955. Mucho se ha dicho de esta obra por la crítica nacional e internacional. Entre las personalidades que la han destacado son los premio Nobel de Literatura 1994, Kenzaburo Oé, a quien conoció en 1976 en un bar de la Zona Rosa; el Nobel 2012, Mo Yan; el Nobel 1981, Elías Canetti, o el Nobel 2000, Gao Xingjian.



Juan Rulfo recorrió gran parte de la República mexicana, es así como también se inicia en la fotografía, ello le permite enriquecer su obra con la ficción y la historia, la tradición literaria escrita y las vertientes orales, la imagen verbal y la imagen.



Aparte de publicar su obra cuentística El llano en llamas (1953), integrado de 17 pequeños relatos, y la novela Pedro Páramo (1955), escribió argumentos y textos como El gallo de oro (1958), la cual, desde su concepción toca las fronteras del guion cinematográfico y fue estrenada en la pantalla grande en 1964, con guion de Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, dirección de Roberto Gavaldón y actuaciones de Ignacio López Tarso y Lucha Villa.



Debido a su interés por el séptimo arte, la producción del escritor jalisciense también incluye la escritura del guion para el cortometraje El despojo (1959), un filme experimental bajo la dirección de Antonio Reynoso, así como su intervención para La fórmula secreta (1964), bajo la dirección de Rubén Gaméz y voz del poeta Jaime Sabines, obra que ganó el I Concurso de Cine Experimental, apoyado por el Inbal y la Universidad Nacional Autónoma de México.



Sus dos obras cumbre han sido traducidas a más de 50 idiomas, entre ellas el chino, turco, hebreo, árabe, pero algunos de sus relatos como Nos han dado la tierra se han traducido a diversas lenguas indígenas mexicanas.



Además de creador, Rulfo se destacó como fotógrafo, además de trabajar como director del Departamento Editorial del Instituto Nacional Indigenista y presidente honorario de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), así como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.



Obtuvo los premios Xavier Villaurrutia, 1955 por Pedro Páramo; el Nacional de Letras, 1970; el Príncipe de Asturias 1983. Asimismo, desde 1980 se otorga el Premio Bellas Artes para Primera Novela Juan Rulfo. Murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1986.

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