Iniciará el ciclo de música Emociones sonoras mexicanas
Con el violinista Adrián Justus y el pianista Víctor Manuel en concierto
Ofrecerán un caleidoscopio de la música mexicana del siglo XX pocas veces escuchado
Domingo 23 de agosto, 17:00 horas, Sala Manuel M. Ponce del PBA
Tocará al violinista Adrián Justus y al pianista Víctor Manuel Morales iniciar el ciclo de recitales Emociones sonoras mexicanas, compuesto por seis conciertos que se caracterizarán por incluir música de cámara de compositores mexicanos.
La sesión inaugural se llevará a cabo este domingo 23 de agosto a las 17:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y el dueto formado por Justus y Morales interpretará un programa que incluirá: Suite, de Manuel Enríquez; Elegía, de Alfonso de Elías; Sonata breve, de Manuel M. Ponce; Preludio y danza, de Leonardo Velázquez; Tres danzas tarascas, de Miguel Bernal Jiménez, y Tres piezas para violín y piano, de Silvestre Revueltas.
Víctor Manuel Morales comentó que el programa se configuró a partir de una petición de la promotora de Música de Conciertos de México, S. C., la cual se fundó en 1987 por un grupo de eminentes compositores mexicanos que encabezó Manuel Enríquez.
Adrián Justus y yo –dijo el pianista—nos integramos y armamos este recital de música mexicana de concierto para violín y piano; estamos muy entusiasmados de ofrecer este recital de música para inaugurar el ciclo.
“Quisimos ofrecer un panorama de las diversas tendencias de la música nacional del siglo XX, un caleidoscopio de la música mexicana con Ponce que propone en un primer movimiento una pieza impresionista, mientras en el segundo ya encontramos uno casi expresionista y al final, en el tercero, una pieza de corte español, es decir, una paleta de estilo muy particular”.
En el caso de la Suite de Enríquez, se trata es una obra con gran humor, vida, con un estilo aun no experimental, muy bella, melódica y poco frecuente de escucharla en el repertorio de Enríquez, agregó.
Luego hizo una reflexión: “Cuando hablamos de música mexicana pensamos que todo tiene que ver en el folclor y en el caso de Revueltas jamás ocupó en toda su música un tema folclórico existente; él inventaba su propio folclor y esto es sumamente interesante en un compositor”.
Sin embargo, y por otro lado, continuó, “las Danzas tarascas de Jiménez Bernal son muy luminosas, danzas que invitan a bailar”.
Asimismo, explicó que la creación de Alfonso de Elías es de una gran personalidad romántica o postromántica, aunque fue escrita en el siglo XX y se le haya conocido como el último de los románticos o el Brahms mexicano, por su música melódica, tradicional, muy bien hecha, con una formación muy sólida, estructura impecable, apegado a las formas plásticas.
Mientras tanto, Preludio y danza de Leonardo Velázquez es una obra sólo para violín, y sin embargo es una pieza muy especial por su polifonía: “Si no lo vieras tocar, pensarías que toca más de un violín; es una pieza que a Justus le gusta mucho, la conoce bien y se siente muy cómodo tocándola; consideramos que esto sería muy atractivo para el público”, consideró Víctor Manuel Morales.
Hizo un recuento: “El repertorio con el que nos encontramos es de alto nivel de ejecución, es de música muy complicada. Varios de los compositores eran estupendos violinistas, conocían el instrumento de maravilla; de Revueltas, que era un gran virtuoso del violín, la obra que interpretaremos es una de las más complejas del repertorio del siglo XX en México”.
En concreto, concluyó, es un programa pocas veces escuchado, de ejecución muy complicada, pues se trata de obras bellas, increíblemente bien escritas, con los mejores compositores de música de conciertos que tenemos, conocidos a nivel internacional: “Valoremos nuestra cultura e identidad”, dijo el pianista para invitar al público a que no falte.
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