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Noticias 2015-09-03 17:03

Ocho creadores mexicanos recibirán la Medalla Bellas Artes 2015

Ocho creadores mexicanos recibirán la Medalla Bellas Artes 2015





El director de orquesta y compositor Francisco Savín, la escritora Amparo Dávila, el escenógrafo e iluminador teatral Alejandro Luna, la actriz Rosenda Monteros



Asimismo, la coreógrafa Cecilia Appleton, el arquitecto Fernando López Carmona y los artistas plásticos Ángela Gurría y Manuel Felguérez





Por sus innegables méritos artísticos, el director de orquesta y compositor Francisco Savín, la escritora Amparo Dávila, el escenógrafo e iluminador teatral Alejandro Luna, la actriz Rosenda Monteros, la coreógrafa Cecilia Appleton, el arquitecto Fernando López Carmona y los artistas plásticos Ángela Gurría y Manuel Felguérez recibirán la Medalla Bellas Artes 2015, máxima distinción que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).



A Francisco Savín se le reconoce como uno de los directores más importantes de nuestro país. Las orquestas sinfónicas Nacional y de Xalapa vivieron una de sus etapas más significativas cuando él estuvo al frente de ellas, debido a su aspiración constante hacia la excelencia musical. Asimismo, ha sido conductor huésped de todas las orquestas importantes de México, así como de la Sinfónica de Praga, de la RAI de Roma, la Filarmónica de Cracovia y la Sinfónica del Principado de Asturias, entre otras.



Aunque le ha interesado estrenar en México obras cruciales del repertorio del siglo XX (Pelléas et Mélisande y los Gurrelieder de Arnold Schönberg, El martirio de San Sebastián de Claude Debussy y Prometeo de Alexander Scriabin), Savín no olvida difundir el repertorio mexicano histórico y contemporáneo (Mario Lavista, Federico Ibarra y Javier Álvarez). Estrenó hace 22 años el Danzón núm. 2 de Arturo Márquez.



Alejandro Luna, arquitecto, iluminador teatral, ex titular de Teatro del INBA y, posiblemente, “el mejor escenógrafo de México por unanimidad”, a decir de Vicente Leñero, fue merecedor del Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de bellas artes, en 2001, y ex discípulo de Enrique Ruelas, Fernando Wagner, Antonio López Mancera y Justino Fernández. Estudió arquitectura y arte dramático en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 1970 imparte clases y talleres de escenografía en diversas ciudades del mundo.



Ganador del Distinguished Artist Award –otorgado por la International Society for the Performing Arts– en 2004, Alejandro Luna ha realizado diferentes propuestas creativas e innovadoras para montajes como Historia de la aviación (1979), Los hombres subterráneos (1983), El holandés errante (1994), Don Juan Tenorio (2003), La visita del ángel (1995) y Wozzeck e Inanna (2012). También ha trabajado en la ópera, la danza, el cine y la televisión.



Rosenda Monteros, actriz que actualmente pertenece al elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro, estudió con Seki Sano, Enrique Ruelas, Álvaro Custodio, Tania Balachova, Marcel Marceau, Luis Rivero, José Luis Ibáñez y Ludwik Margules, y trabajó con directores como Raúl Cardona, Héctor Mendoza, Xavier Rojas, Miguel Sabido, Rafael López Miarnau, Manuel Montoro, Juan José Gurrola, Luis Basurto y Enrique Pineda.



Ha dirigido obras como En el nombre de Dios de Sabina Berman, Entre bobos anda el juego de Francisco de Rojas Zorrilla y Ultramar, en la que fusionó El galán de Ultramar, La amante y Fermento y sueño, las tres primeras partes de la saga Los grandes muertos de Luisa Josefina Hernández. Participó en las películas María la voz, Nazarín, Ninette y un señor de Murcia, Las siete cucas y La casa de Bernarda Alba, dirigidas por Julio Bracho, Luis Buñuel, Fernando Fernán Gómez, Felipe Cazals y Gustavo Alatriste, respectivamente.



La narradora y poeta Amparo Dávila obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1977 por Árboles petrificados. Fue becaria del Centro Mexicano de Escritores en 1966. La crítica ha situado su obra a la altura de la de Juan Rulfo, Juan José Arreola, Efrén Hernández y Guadalupe Dueñas. Otros libros suyos son Muerte en el bosque (1985), Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1964) y Poesía reunida (2009).



La coreógrafa Cecilia Appleton se distingue por el uso de gestos expresivos que recuperan la fragilidad del ser humano, un lenguaje personal que surge de su propio imaginario y una constante reelaboración de su trabajo artístico. Sus piezas se han escenificado en festivales nacionales e internacionales. Su actual premisa dancística parte del impulso emotivo de la actividad cotidiana y del movimiento estilístico de un cuerpo entrenado en varias técnicas, como Graham, Limón, Falco, Cunningham, Release, Francis y el yoga.



Fernando López Carmona es un arquitecto que, desde los años cuarenta, trabajó con maestros de la disciplina como Enrique de la Mora y Félix Candela. Más tarde, se interesó en perfeccionar los cascarones de concreto de superficie reglada en su propia producción arquitectónica; experimentó el uso de los elementos presforzados, cuya prueba fue la gasolinera ubicada en la esquina de Sagredo y Revolución, actualmente modificada; construyó la alberca del Colegio Simón Bolívar en Mixcoac, obra en la que se incorporaron al proceso de prefabricación los murales ideados por su hermano Armado, y edificó el templo La Asunción de María para la Unidad Habitacional Alianza Popular Revolucionaria, en la que realizó una cubierta mediante el uso de pequeñas piezas prefabricadas.



El profesor emérito y doctor en arquitectura también ha participado en intervenciones a monumentos históricos de nuestro país y colaborado en la reestructuración de diversos templos y edificios. Tuvo a su cargo la supervisión del hundimiento de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México y su restauración.



Una de las escultoras más importantes de la escena plástica de México en el siglo XX es, sin duda, Angela Gurría, quien, en su afán por utilizar la naturaleza como punto de referencia, dedicó infinidad de obras a este tema, como Homenaje a la ceiba (1977), la Espiral Serfin (1980) y El corazón mágico de Cutzamala (1987), sin olvidar que ha realizado varios proyectos de arquitectura integral.



Gurría estudió artes plásticas en Inglaterra, Francia, Italia, Estados Unidos y Grecia. Estuvo bajo la tutela de Germán Cueto durante seis años, con quien aprendió el uso de las líneas y las formas, sin llegar a la abstracción. Destaca su contribución a la Olimpiada Cultural de México 1968 en la Ruta de la Amistad, con la escultura Señales, que simboliza la hermandad de los pueblos.



Manuel Felguérez forma parte de la primera generación de artistas mexicanos abstractos confrontados con la tradición de la Escuela Mexicana de Pintura, es decir, la llamada generación de la Ruptura, integrada por Vicente Rojo, Fernando García Ponce y Lilia Carrillo, entre muchos otros.



El cubista ruso-francés Ossip Zadkine se convirtió en una de las mayores influencias de Felguérez, quien también fue maestro en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, e investigador en la Universidad de Harvard y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.



Recibió la beca del Gobierno Francés (1954), el segundo premio de pintura en la Primera Trienal de Nueva Delhi, India (1968), el Gran Premio de Honor en la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil (1975), la beca Guggenheim (1975) y el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de bellas artes (1988), además de que en 1993 fue designado Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte. Como un moderno Proteo, transita del informalismo hacia tendencias herederas del constructivismo, y aumenta su interés por la utilización de la tecnología en la producción plástica.

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