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Noticias 2015-09-04 09:11

La literatura, expresión artística que mantiene una fuerte conexión entre México y Gran Bretaña...

La literatura, expresión artística que mantiene una fuerte conexión entre México y Gran Bretaña más que otras disciplinas: Brian Nissen





El artista plástico consideró que el mayor impacto que ha vivido al radicar entre México y Londres es su relación con la lengua



Vivir entre culturas es solo para ciertos temperamentos, consideró





“No hay un inglés que se haya vuelto tan mexicano como Brian Nissen”, refirió el escritor Alberto Ruy-Sánchez en entrevista tras la conversación que sostuvo con el pintor de origen británico, dentro del ciclo Diálogos cruzados, que se lleva a cabo en el Museo de Arte Moderno en el contexto del Año Dual México-Reino Unido.



Ruy-Sánchez, quien ha hecho revisiones críticas a la obra del artista visual, explicó que Nissen, como creador mexicano que es también, es uno de los que “más y con mayor delicadeza se han preocupado por lo que nos aporta, como forma y formulación del arte, el arte prehispánico. Muchos artistas se han ocupado de hacer una lectura moderna del arte prehispánico, pero nadie lo ha hecho tan a fondo como Brian Nissen, con una real apropiación”.



Por su parte, Nissen, quien se considera a sí mismo como “anglo-azteca”, explicó que esta influencia está dada no como un ejercicio imitativo, sino desde la naturaleza de cómo fue concebido el arte prehispánico: “Ellos no tenían en su imaginario la palabra arte. Para ellos, lo que hacían eran objetos rituales dotados de poderes que ejercían un efecto en el espectador. Esa idea ha influido en todo mi quehacer artístico”.





El pintor inglés consideró que una de las disciplinas artísticas en la que la conexión entre México y Gran Bretaña es muy fuerte es la literatura: “Hay muchos escritores británicos que estuvieron en México y que ofrecieron su visión de este país, como D.H. Lawrence, con La serpiente emplumada, un clásico mundial; Aldous Huxley, con Más allá de la bahía mexicana; Graham Greene, con Caminos sin ley, y Evelyn Waugh con Robo bajo la ley.



“Finalmente, en los años cuarenta llegó Malcolm Lowry, un caso muy especial, porque Bajo el volcán es el único libro, entre todos los anteriores, que se volvió un clásico mexicano. Este libro toca un nervio muy mexicano. Mucha gente piensa que él entendió México; yo no lo veo así: es una coincidencia de temperamentos. Todo el sentido de su libro es muy fatalista y sus personajes viven cierta alienación. Esto es lo que toca ese nervio”.



Como un creador que ha vivido entre dos culturas, Nissen consideró que uno de los impactos más profundos que ello ha causado es su relación con la lengua: “Vivir entre culturas es muy enriquecedor. Entiendo que no es para todo el mundo, sino solo para ciertos temperamentos. Este encuentro fue una forma de profundizar en mi lengua materna. Uno encuentra una referencia para medirlo, porque se puede comparar el nuevo idioma con el propio. Además, se aprenden muchas cosas de ambas lenguas. Es un proceso que me sucedió”.



Brian Nissen explicó que la impronta de México en su obra inició durante su estancia en San Miguel de Allende, Guanajuato: “Por un lado, debido a su paisaje, porque venía de un país donde los paisajes son suaves, dulces, y en México encontré uno muy grande, con cielos vastos. Y por otro, la tierra muy seca. Iba a caminar todos los días al pueblo, donde el panorama es austero, seco, los cactus pinchan, hay piedras; es hostil, sin embargo, muy bello”.





Para el también escultor, su llegada a la Ciudad de México estuvo marcada por una apertura artística. “En 1963, el arte que estaban haciendo los jóvenes se marcaba como una especie de apertura. No creo que fuera una ruptura. Pienso que ese término está mal usado. Era una apertura en la mirada, porque los jóvenes empezaban a ver fuera de México. Por ejemplo, comenzaban a conocer el arte expresionista abstracto que se practicaba en Nueva York, que tuvo mucha influencia. Esta apertura no se dio solo en México, sino en toda Latinoamérica.



“Antes, los artistas tenían un sello individual, pero en la actualidad, debido a la globalización, el mismo arte que se hace en México se hace en India, Australia, Sudáfrica o Argentina; es muy homogéneo, no tiene un sello particular. La diferencia es que ahora hay otra actitud hacia el arte, porque se ha comercializado muchísimo; se maneja como cualquier producto sujeto a las manipulaciones mercantiles mediáticas, mucho más que antes.



“Mi arte va cambiando porque me gusta explorar, más que tener una línea. Estoy iniciando una serie nueva de relieves donde hay un juego de espacios y los objetos interactúan con el espacio plano: un problema que me interesa mucho. El tema no es específico, pero está la idea del acuario, ya que el agua ha sido una constante en mi obra, tal vez por su ritmo, aunque en esta ocasión no es muy estricta”.





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