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Noticias 2015-09-15 15:01

Los bienes inmuebles, muebles y documentales registran las contribuciones de los ferrocarriles en la cultura nacional

A través del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Ferrocarrilero



Los bienes inmuebles, muebles y documentales registran las contribuciones de los ferrocarriles en la cultura nacional



· Existe un deterioro social y económico en los lugares donde dejó de pasar el ferrocarril, precisó Teresa Márquez



· No sólo se trabaja con el pasado, se elaboran proyectos para un desarrollo y búsqueda de crecimiento futuro, afirmó



· Celebran 146 años de la Estación del Ferrocarril Mexicano, hoy Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos



Audio: Adjunto



A diferencia de lo que ocurre con los patrimonios arqueológico y artístico, en nuestro país el patrimonio ferroviario tiene escaso reconocimiento, afirmó la directora del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM), Teresa Márquez Martínez.



“Cambiar estos paradigmas cuesta trabajo, pero hemos ido avanzando, acompañando grandes transformaciones, como el momento de la privatización del sistema ferroviario en que logramos recuperar una gran riqueza material, pero al mismo tiempo intentamos echar a andar la recuperación de la memoria y el patrimonio”, agregó.



En este sentido, Teresa Márquez aseveró en entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes que así es como el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero ha tenido un papel fundamental desde su creación para impulsar su revaloración y reconocimiento.



Teresa Márquez enfatizó que en el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero no sólo se trabaja con el pasado, sino que se tiene como fundamento para elaborar proyectos que apuntan a un desarrollo y búsqueda de crecimiento para el futuro.



Como muestra de la vigencia del patrimonio de este medio de transporte citó el puente ferroviario internacional Matamoros-Brownsville, inaugurado en agosto pasado.



“Hoy están en discusión nuevos proyectos de desarrollo ferroviario y todos han realizado una investigación previa en el centro de documentación. Trabajamos en la asesoría porque el desarrollo de un proyecto cultural puede ser el gran detonador de la transformación urbana de Matamoros. Este patrimonio ferroviario va de la mano del desarrollo actual, para encontrar respuestas en nuestra vida hoy”.



Incluso, decir que una vía por sí misma tiene un valor histórico resulta difícil para mucha gente, porque es considerada un simple camino, cuando en realidad es uno de los patrimonios más valiosos del ferrocarril, pues sin ella no existiría.



En este sentido, puntualizó que trabajan en la localización, restauración y resguardo de bienes inmuebles, muebles y documentales que registran la evolución y las contribuciones de este medio de transporte a la cultura nacional; la catalogación e incremento de las colecciones resguardadas; la investigación en la materia, y el apoyo a iniciativas públicas, privadas y sociales encaminadas a la protección de la herencia ferrocarrilera.





Recuperación y conservación de rutas ferroviarias



En otro punto, la directora del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero manifestó que existe un deterioro social y económico en los lugares donde dejó de pasar el ferrocarril, lo que ocasiona problemas ambientales y de transportación, a pesar que los trazos coinciden con zonas naturales de gran valor.



Con el objetivo de impulsar un programa nacional para la recuperación, conservación y reconversión de las rutas ferroviarias y sus inmuebles históricos, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, dio inicio al programa Vías Verdes México en 2003.



El proyecto recupera y valora el patrimonio de las vías fuera de operación para el transporte y tránsito no motorizado y así impulsar la práctica del turismo natural y cultural junto con el transporte sustentable en los medios urbano y rural.



“Esos tramos pueden tener mejor fin que convertirse en una nueva carretera. Se trata de desarrollos novedosos para México. Estamos conscientes que hay que moderar el uso de los automóviles, los automotores necesitan también un freno, porque es importante el medio ambiente”.



Además del enfoque medioambiental se trata de un proyecto educativo y de desarrollo local que abre las posibilidades a una mejor calidad de vida de diversas poblaciones.



Para la reconversión de las antiguas vías del tren en Vías Verdes se requieren herramientas de diagnóstico que permitan delimitar la situación de las rutas potencialmente identificadas.



Es por ello que se desarrolló una base de datos para localizar la red ferroviaria nacional y sus monumentos históricos en coincidencia con las áreas naturales protegidas y las zonas de depresión económica.



Uno de los estudios demostró que de los nueve mil kilómetros de líneas ferroviarias fuera de servicio en México, mil 200 kilómetros están en proceso de reconversión a vías verdes.



“El desarrollo del proyecto tiene que articular los tres niveles de gobierno, porque los municipios viven la problemática y quien tiene mayor capacidad de decisión e intervención financiera y tiene en sus manos esas vías es el gobierno federal”.



Aseguró que Vías Verdes es factible, real y se ha convertido en una tendencia mundial: “México ha aprendido mucho de lo que se está haciendo en Europa, donde hace unas semanas se anunció un entramado de Vías Verdes que va a conectar a 47 países.



Entre los casos que destacan en nuestro país, Teresa Márquez señaló a Vías Verdes Jalisco, con cinco estaciones catalogadas como monumentos históricos y 121 kilómetros de vía en tres rutas, y el Sendero Intermunicipal de Movimiento Alterno en Hidalgo, con tres estaciones monumento histórico y 14 kilómetros de vías en tres municipios.



Otro aspecto interesante es el reuso de las estaciones y vagones, pues actualmente 490 estaciones están catalogadas como monumentos históricos y artísticos; 42 son centros de cultura, bibliotecas, salas de lectura, etcétera, y 25 son Museos del Ferrocarril.



Algunos ejemplos son el Centro Cultural La Antigua Estación del Ferrocarril en el Centro Histórico de Querétaro que data de principios del siglo XX y que en 1996 es reconocido dentro de la zona “A” de monumentos que conforman el Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).



A partir de 2003 fue remodelado y reinaugurado como centro Cultural que ofrece al público queretano oportunidades culturales diversas que van desde talleres libres de danza, música, teatro, pintura, canto y manualidades, hasta presentaciones de libros, obras de teatro, cine, conferencias, exposiciones de pintura y fotografía.



La estación de ferrocarril de Pachuca, Hidalgo, que además de convertirse en centro cultural dedicado principalmente al público infantil, es sede de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Hidalgo.



También está el Centro Cultural González Gallo (Antigua estación del ferrocarril de Chapala) que abre sus puertas en marzo de 2005 y en enero de 2006 inaugura la Sala de Arqueología Regional, el cual ofrece una colección de piezas arqueológicas de algunas regiones de México, principalmente de las encontradas en la rivera del lago de Chapala, entre las cuales sobresalen las ofrendas al lago y a Tláloc.





Información en el MNFM



En su entrevista, Teresa Márquez recordó que la suma de toda esta información y conocimiento se da a conocer en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM), creado en 1988 y ubicado en los terrenos que pertenecieron a dos antiguas estaciones: la del Ferrocarril Mexicano (inaugurada en 1869 por el presidente Benito Juárez) y la del Mexicano del Sur en Puebla.



Este año se cumple el 146 aniversario de este recinto histórico de estilo neoclásico, rescatado a finales de los 80 y que a decir de Teresa Márquez fue muy acertado elegirlo como sede del museo, al ser la primera estación de la ciudad de Puebla.



Con el propósito de garantizar la continuidad de las tareas de rescate, conservación, estudio y difusión del patrimonio cultural generado por la industria ferroviaria, el MNFM se incorporó en 1999 al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).



El museo tiene en sus colecciones todo aquello que se logró identificar y registrar en el Programa Nacional de Rescate del Patrimonio Cultural de los Ferrocarriles Nacionales de México entre 1995 y 1999 con el apoyo de un grupo de especialistas de distintas disciplinas, a partir de una metodología arqueológica.



Para las colecciones de bienes inmuebles se hizo una selección cuidadosa al privilegiar la tecnología de vapor y las primeras etapas de la maquinaria diésel/eléctrica.



En cuanto a las locomotoras, los criterios fueron que pudieran ser representativas de todas las tecnologías y variantes que se hubieran presentado en México entre 1850 y 1999, además de representar las respuestas tecnológicas a las necesidades regionales o que hayan tenido que ver en eventos importantes para la nación o una zona determinada.



“Todo esto nos llevó a determinar que no sólo locomotoras o coches de lujo debían estar presentes, sino abarcar todas las áreas de trabajo del ferrocarril, por lo cual era importante tener maquinaria de la construcción de vía y de puentes. El resultado fue un conjunto de 90 unidades en las que hay equipos que resolvían servicios específicos”, dijo Teresa Márquez.



Las piezas que más destacan son la locomotora FSBC 2203 diésel-eléctrica, única del modelo EMD-FT que se conserva en el mundo y que en el MNFM se mantiene en condiciones operativas.



La locomotora de vapor NM 601, fabricada en Alemania en 1910; la locomotora de vapor NM 650, de 1900; la locomotora de vapor FCM 40, de 1881; el Coche Club ChP; Autovía NM 309 y dormitorio NM 757 Tláloc, prototipo de un coche dormitorio fabricado en México.



El acervo se ha incrementado gracias las donaciones de particulares y de los propios ferrocarrileros, quienes han contribuido con indumentaria, bitácoras y manuales de trabajo y hasta silbatos que los maquinistas mandaban fundir.



Entre las más recientes adquisiciones están los tres lotes del fondo Méndez Zirión, el cual cuenta con 962 libros, dos acciones de ferrocarriles, un LP, cuatro álbumes fotográficos, dos manuscritos y alrededor de 350 documentos.





Conocer la historia para encontrar respuestas en nuestra vida



En este mismo espacio ubicado en Calle 11 Norte, 1005, esquina con 10 Poniente, en el Centro Histórico de Puebla se encuentra el Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias (CEDIF).



Único en su tipo y el más importante de América Latina, resguarda, cataloga y estudia los documentos legados por los ferrocarriles nacionales. También alberga materiales únicos y especializados, como impresiones originales que datan de la primera mitad del siglo XIX y que por sus características tipográficas y temáticas son considerados piezas raras.



Un ejemplo es el Proyecto del primer camino de hierro de la República, desde el puerto de Veracruz a la capital de México, escrito por Francisco de Arrillaga y publicado por Ignacio Cumplido en 1837 o el Reglamento para la seguridad, policía, conservación y uso de caminos de fierro, autorizado por el presidente Benito Juárez en 1867.



El CDIF comenzó a formarse con dos grupos documentales: las nóminas del Ferrocarril Mexicano y las de Ferrocarriles Nacionales de México de los años 1920 a 1935, además de la correspondencia oficial referida a los trabajos que se realizaban en los Talleres de Apizaco, Tlaxcala.



Actualmente cuenta con 25 fondos, de los cuales los más significativos son: Nóminas de FNM, Junta Directiva, Orizaba, Aguascalientes, Mexicali, Matías Romero, Guadalajara y Tierra Blanca.



La biblioteca especializada posee cerca de 45 mil ejemplares que abordan diversos aspectos de la temática ferrocarrilera, mientras que la fototeca cuenta con 86 mil imágenes en diversos formatos y 25 mil negativos, en su mayoría en formato 8 x 10” y 5 x 7”, además de dos mil 500 diapositivas en blanco y negro y 18 películas.



En el caso de la planoteca, se divide en 25 fondos en los que se agrupan poco más de 214 mil planos, los cuales dan cuenta de la construcción, operación y mantenimiento de vías y estructuras, así como del equipo de transporte, herramientas y máquinas necesarias para esta industria.



Señaló que el primer acercamiento al tema por parte del coordinador del proyecto, Arturo de las Fuentes Hernández, fue en el Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias.



CGP

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