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Noticias 2015-10-13 14:39

Germán Cueto, escultor moderno, audaz, cosmopolita y excéntrico

A 40 años de su fallecimiento



Germán Cueto, escultor moderno, audaz, cosmopolita y excéntrico



· En la Sala Manuel M. Ponce se realizó la mesa redonda Entre esculturas y máscaras



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Germán Cueto (Ciudad de México, 8 de febrero, 1893–14 de febrero, 1975) fue un experimentador nato y tenaz que echó mano de los materiales más diversos: piedras, esmaltes, barros, madera, óleo, acrílico y cemento, por lo que se tendría la impresión de que cualquier material que encontraba lo asimilaba a su trabajo, destacó Sylvia Navarrete Bouzard, directora del Museo de Arte Moderno, en una mesa redonda con la que se le rindió homenaje al escultor mexicano.



Con la actividad Entre esculturas y máscaras. A 40 años del fallecimiento de Germán Cueto, organizada por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); en la cual también participaron Daniel Garza Usabiaga, director artístico de Zona Maco, y Agustín Arteaga, director del Museo Nacional de Arte, se recordó las distintas facetas de uno de los primeros escultores modernos del Continente Americano, formado en la vanguardia europea.



Sylvia Navarrete describió al creativo como un gran escultor, quien marcó un parangón para el desarrollo de la volumetría mexicana e hizo un recorrido por su biografía al enumerar piezas y las exposiciones individuales que montó en vida y las realizadas tras su partida.



Expuso que Delfín Germán Salvador Apolonio Gutiérrez Cueto y Vidal no es un artista difícil de estudiar y que no figuró en primer plano durante su vida. “Cueto siempre mantuvo un perfil bajo, una cuestión de temperamento por supuesto, pero de por sí era un tipo discreto, dado a la bohemia, que se preocupó poco por la comercialización de su obra”.



Comentó que el creativo “no encajó” en el frenesí vasconcelista y nacionalista, no encontrando su obra un lugar ante la presencia de la pintura mural, pues refirió que vivió un tiempo en París, Francia (del año 1927 a 1932), donde formó parte del grupo Cercle et carré (Circulo y cuadrado), integrado por artistas que hicieron una experimentación hostil al surrealismo, además de investigar los lenguajes geométricos y constructivos.



“Se prodigó a sí mismo en registros variados, ya sea en escultura, pintura, esmalte, relieve, máscaras; él arriesgó, innovó, adoptó vocabularios del cubismo, suprematismo, dadaísmo, expresionismo, futurismo, sin parecer forzado u oportunista. Se dejó seducir por lo inesperado, se dejó llevar por el capricho, la espontaneidad y la ocurrencia”, comentó Sylvia Navarrete.



Mencionó otras disciplinas en las que Germán Cueto también tuvo interés, como la música, la danza, el teatro guiñol, donde hizo máscaras para distintas puestas escénicas, así como la arquitectura.



Sylvia Navarrete señaló que las máscaras que realizó lo asimilan al estridentismo y las confeccionó en diferentes materiales, como terracota, papel mache, cemento, bronce o madera.



En su ponencia dijo que Germán Cueto fue un escultor moderno, audaz, cosmopolita y excéntrico. “Cueto ha dejado una huella indeleble en las generaciones siguientes. Cada vez que se le recuerda se vuelve a descubrir su talento inmenso”, apuntó.



Por su parte, Daniel Garza Usabiaga, director artístico de Zona Maco, destacó que la obra escultórica de Germán Cueto ha sido adquirida en números considerables por instituciones y coleccionistas en Europa.



“Sus obras abrían una serie nueva de relaciones entre el objeto, el espacio y el espectador. Cueto es pionero e introductor a la escultura moderna, cabalmente entendida con su solución de vanguardia en México, en ese sentido su legado es inestimable”, aseveró.



Finalmente, Agustín Arteaga describió a Germán Cueto como un personaje completo, informado, sensible, con la facilidad para encontrar la sorpresa y sorprendernos, e hizo una invitación a conocer más de este artista.



Al evento acudió Javier Cueto, hijo del escultor, quien al tomar la palabra comentó que estudiar a su padre puede ser un problema, ya que tenía una “imaginación tremenda”.



“Él estaba en una cosa y ya estaba haciendo otra, pero siempre correlacionado una actividad con la otra. Mi padre era un individuo muy culto, leía dos, tres libros por semana; estaba muy enterado de lo que ocurría y eso se manifestaba en su obra, era un tanto cuanto difícil seguirlo, había que tener la preparación similar del nivel intelectual en el que se encontraba. Siempre estuvo pendiente de lo que pudiera ocurrir, tanto en México, Estados Unidos como en Europa”, puntualizó Javier Cueto.



Germán Cueto estudió en la Academia de San Carlos, durante su estancia en París formó parte del grupo Cercle et carré, en el que fue colega de artistas como Hans Arp, Le Corbusier, Vasili Kandiski, Piet Mondrian y Antoine Pevsner, a su regreso a México, después de contraer nupcias con Dolores Velázquez (Lola Cueto), se dedicó a la escultura abstracta. Posteriormente, ambos fundaron una compañía de titiriteros que realizó numerosas giras con sus obras y personajes.



Junto con creadores como Manuel Maples Arce, Leopoldo Méndez y Fermín Revueltas, fue parte del movimiento estridentista, el cual, además de romper con los conceptos tradicionales de la estética mexicana, constituyó una rebelión contra el orden social de la época.



DAF

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