Arriban al Zócalo de la Ciudad las letras sudbajacalifornianas



El peso de los días, de Iván Gaxiola, y El miedo a las imágenes, de Leonardo Varela, abordan a través de la poesía y la narrativa las situaciones cotidianas que vive el ser humano
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Como parte de las presentaciones literarias en la XV Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, esta tarde el Foro Editoriales Independientes “Gustavo Sáinz” albergó la llegada de las letras sudbajacalifornianas a través de los libros El peso de los días, de Iván Gaxiola, y El miedo a las imágenes, de Leonardo Varela Cabral, ambos editados por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC).



El primer volumen, El peso de los días, ganó el Premio Estatal de Poesía Ciudad de La Paz 2013. Se trata de un trabajo personal y catártico que nació de los constantes viajes de trabajo del periodista Iván Gaxiola, los cuales le dieron pie --a partir de su libreta de apuntes—para recopilar diversas vivencias, ideas y sentimientos, traducidos en breves crónicas poetizadas contenidas en un diáfano libro.



Este libro contiene cuatro capítulos que se dividen en Las pequeñas batallas, en el cual el autor habla del fracaso a través de sus vivencias y andanzas por la vida, que lo llevan a intentar todo y no lograrlo; Autobuses, que está inspirado en el ir y venir del tiempo en los transportes colectivos; Los días que caen por su propio peso, que poetiza los recuerdos y experiencias del autor, y El sol negro, capítulo que refleja, con pequeñas construcciones poéticas, las travesías y vagancias del amor como un concepto de vida entre las personas correspondidas y los desamores.



Las pequeñas batallas representa el mayor ejemplo de la frustración, porque a decir del propio autor, ahí se habla de los pormenores que tiene en el día a día sin ser aparentemente grandes temas o situaciones.



“El intento está en todas partes, desde llegar temprano a un lugar y no lograrlo, hasta intentar amar sin éxito. Es una lucha constante entre el intentar y no lograr”, detalló Iván Gaxiola.



Por otra parte, el segundo ejemplar que se presentó en el Foro “Gustavo Sainz”, El miedo a las imágenes, del poeta y escritor Leonardo Varela, es una novela en la cual con voz poética --ya tatuada en el corazón del autor--, el lector tendrá la oportunidad de interpretar cada página como un boceto y toda ella como la gran obra que representa el bestiario más fidedigno de lo que somos.



“No somos otra cosa más que la extraña interpretación de lo que creemos. Seres que se mueven por su cuenta, pero en la misma dirección hacia el abismo o el laberinto, o hacia un espejo que es percepción, no identidad”, refirió Leonardo Varela sobre el contenido de su novela.



El texto también aborda el tema de perseguir y ser perseguidos por el amor, las consecuencias y beneficios que trae este tema sobre el ser humano, así como el paso experimental que se da de la juventud hacia la madurez.



“El miedo a las imágenes”, expresó el autor, “me brindó la oportunidad de la revancha, en tanto al amor que viví en mi juventud; además que la literatura siempre será el medio de revancha para cualquier persona que tenga cualquier tipo de experiencia”.



La Pirámide, un espacio en resistencia

El Centro Cultural, sostenido por la comunidad en la Delegación Benito Juárez, no ha podido conseguir los permisos para operar como tal



En el Foro “Max Rojas” de la XV Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México tuvo lugar la mesa de discusión La pirámide, el ejercicio del derecho a la cultura, con la intervención de Pablo Reyes y Guadalupe Rodríguez, ambos miembros del Centro Cultural La Pirámide.



Se trata de un espacio ciudadano, gestionado por la Asociación de Escritores de México, que surgió hace ya casi 15 años y que por cuestiones de permisos de Gobierno y en espacial de la Delegación Benito Juárez --donde se ubica este recinto-- desde su fundación no ha podido ser reconocido como centro cultural.



Dicho lugar ofrece desde hace años actividades culturales como danza, lectura, conciertos y demás, y cuenta con un espacio para teatro, así como también una reserva ecológica; se imparten talleres dirigidos por la misma comunidad, con recursos que salen de lo que se recauda en sus eventos.



“El problema es que la Delegación plantea que las actividades que realizamos, como las relacionadas con el Hip Hop, no son consideradas culturales”, señaló Guadalupe Rodríguez. Agregó que esta decisión no ha parado al centro cultural, el cual sigue ofreciendo al público todo tipo de eventos y talleres de 8:00 de la mañana a 22:00 horas, de lunes a viernes.



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