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Museos 2015-11-19 11:25

Una génesis para la paz de Jiménez Deredia será exhibida de la explanada del Palacio de Bellas Artes al Monumento a la Revolución

Una génesis para la paz de Jiménez Deredia será exhibida de la explanada del Palacio de Bellas Artes al Monumento a la Revolución





La muestra, integrada por 15 esculturas monumentales de mármol y bronce, será inaugurada el viernes 27 de noviembre



En ella colaboran el Conaculta, el INBA, instancias del Gobierno del Distrito Federal, Fomento Cultural Grupo Salinas y el artista costarricense





A partir de su propia teoría ideológica llamada “simbolismo transmutativo”, el artista costarricense Jiménez Deredia (1954) ha creado la muestra Una génesis para la paz, que será exhibida de la explanada del Palacio de Bellas Artes al Monumento a la Revolución.



Dicha exposición, que será inaugurada el viernes 27 de noviembre a las 13:00, está integrada por 15 esculturas monumentales de mármol y bronce de hasta seis toneladas de peso.



Cada pieza “se compone de cuatro elementos alineados entre ellas y constituyen una sola obra que representa la transformación de la materia. En pocas palabras, inicia con una esfera que se va abriendo para generar una figura semihumana y terminar en un ser humano, lo cual significa una transmutación”, refirió en entrevista el escultor.

Acerca de su teoría, aseveró: “Todos somos polvo de estrellas en transmutación y nos estamos transformando con todo el universo. Las estrellas nacen, crecen y mueren, al igual que nosotros, porque estamos en un proceso de participación cósmica.



“La génesis representa los diferentes estados del tiempo y espacio de esa transformación de la materia. Mi exposición se llama Una génesis para la paz porque cuando se entiende el universo no se tiene que quitarle nada a nadie, ni destruirse a sí mismo ni a la naturaleza”.



Con un lenguaje en ocasiones filosófico, Jiménez Deredia dijo que “la verdadera paz es cuando uno se encuentra a sí mismo y su ubicación en el universo. Este es el mensaje que quiero transmitir con la muestra: hacer el esfuerzo de encontrarnos a nosotros mismos y a nuestro destino humano y cósmico”.



Esta será la primera vez que mostrará su obra en México. En otros países ha presentado esta ruta de la paz, proyecto continental que inició en Canadá y terminará en Tierra del Fuego, y el cual se desarrolla en nueve etapas. Surgió en 2003 en Perú “porque sentí la necesidad de que nuestro continente tuviera un hilo conductor que uniera nuestro gran patrimonio, que de un momento a otro fue cortado”, apuntó el también filósofo.



“El objetivo de Una génesis para la paz es, además de hacer una investigación de los elementos que representan ese encuentro entre el ser y el círculo con las simbologías precolombinas, demostrar cómo el arte contemporáneo tiene la capacidad de retomar estos símbolos y renovarlos para recuperar nuestra memoria cultural y poder vivir el proceso de globalización con los valores espirituales que aún existen en el continente americano”.

Afirmó que resulta esencial que Una génesis para la paz se presente en México, debido a que dos de las etapas de la mencionada ruta pasan por nuestro país. “La intención es dar un mensaje de paz en el proceso de globalización que contenga las identidades de América, sin ser una copia de los movimientos globalizados que no toman en consideración las identidades culturales de los pueblos.



“¿Cuál es la vitalidad del arte latinoamericano en todo el mundo? ¿Cómo nos podemos posicionar en el mundo con una cultura puramente latinoamericana que contiene valores espirituales precolombinos y europeos? ¿Cómo podemos crear un proceso de resistencia frente a la globalización?”.



Consideró que la resistencia ante la globalización “debe ser positiva. Nosotros tenemos valores y debemos proponerlos para crear una resistencia ante una globalización que se confunde con la homologación de los pueblos. En el momento en el que los pueblos llegan homologados en su comida, en su manera de ver la televisión y su forma de sentir el mundo, van muriendo espiritualmente y nos vamos enfermando todos.



“Para mí, la globalización no quiere decir homologación. La hipótesis de Una génesis para la paz es proponer una vía alterna a la globalización o una manera de vivirla diferente”.



Señaló que, en su caso particular, “el arte significa traducir mi espiritualidad a través de un lenguaje contemporáneo. Por eso hago un estudio profundo de las culturas americanas, porque en estas se encuentra parte de mi historia, ya que soy un sujeto híbrido con una formación europea y una herencia precolombina. Las obras de arte, llámese teatro, danza, música o artes plásticas, son como fotografías de la espiritualidad del hombre”.

Comentó finalmente que cada escultura irá acompañada de aforismos escritos por él mismo. Entre ellos se encuentran los siguientes: “Para ser un escultor hay que pensar como un filósofo, proyectar como un arquitecto y trabajar como un albañil”, “La escultura consiste en trabajar la materia, comer el polvo y trabajar la arcilla. Miguel Ángel lo había dicho y yo lo tomo como herencia”, “No es suficiente crear una gran idea, hay que trabajarla” y “Quien escucha el silencio escucha el sonido más profundo, el que viene del alma”.



Esta muestra, que estará en el espacio público de la capital, se realiza gracias al apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta); el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de la Coordinación Nacional de Artes Visuales y del Palacio de Bellas Artes; el Gobierno del Distrito Federal, por medio de la Autoridad del Espacio Público, la Secretaría de Cultura, la Oficialía Mayor, la Secretaría de Obras y Servicios, la Autoridad del Centro Histórico, la Secretaría de Seguridad Pública y la Secretaría de Seguridad Civil; la Delegación Cuauhtémoc, y Fomento Cultural Grupo Salinas.


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