Conversando con nuestros cineastas
Inició el ciclo de charlas con Rafael Montero en la Cineteca
ï‚· Todos los jueves de febrero, el cineasta comentará algunas
de las películas más representativas de su carrera
ï‚· Acompañado de Rafael Sánchez Navarro, platicó acerca de
las dificultades para filmar El costo de la vida
Siempre ha sido difícil hacer cine, pero en los ochenta era desolador el
panorama, realmente era muy complicado levantar un proyecto de
ópera prima, comentó Rafael Montero sobre la película que presentó
durante la primera sesión de Conversando con nuestros cineastas que
se llevó a cabo en la Sala 4, Arcady Boytler.
Organizada por el Departamento de Extensión Académica y
moderada por Juan Antonio de la Riva, la serie de conferencias se
llevará a cabo todos los jueves de este mes. En cada sesión, después
de la proyección de una de sus cintas, el director conversará con el
público y atenderá preguntas.
Durante la sesión inaugural se proyectó El costo de la
vida (1988) en su formato original de 35mm. La tragedia urbana que
ilustra la caída de una pareja de clase media por la crisis económica
de finales de los ochenta fue, de acuerdo con Juan Antonio de la Riva,
el primer largometraje en forma producido por el director.
Su realización, de acuerdo con Montero, fue sumamente difícil,
debido a la falta de presupuesto, lo cual dejó endeudados a los
productores hasta que la película se distribuyó internacionalmente.
“Estuvimos con muchas deficiencias: tomamos el departamento de
Nacional Jorge Prior, no teníamos camión, todo el equipo lo metimos al
departamento… Realmente fue una cosa de aventura”, afirmó.
Al discutir sus influencias, el director confesó haber llegado
“tardíamente al cine mexicano”, ya que en su juventud frecuentaba el
Instituto Francés de América Latina y fue aficionado de la Nueva Ola
Francesa. No fue hasta su paso por el Centro Universitario de
Estudios Cinematográficos que descubrió el cine de Roberto Gavaldón
y cambió su visión cinematográfica. “Estamos en México, hay que
hacer un cine para que nuestro público lo pueda ver, lo pueda disfrutar
y lo pueda pensar”, aseguró.
Acompañando al realizador estuvo el actor protagónico de la
cinta, Rafael Sánchez Navarro, quien compartió anécdotas sobre la
producción del filme. Comentó que debido al bajo presupuesto con el
que contaban se tomaron varios riesgos y uno de ellos culminó con el
incendio del automóvil de su personaje mientras él lo conducía.
El actor, quien además de El costo de la vida ha colaborado con
Montero en Crimen perfecto (1995), Corazones rotos (2001) y Dame tu
cuerpo (2003), afirmó que su relación con el cineasta es estrecha y ha
sido de suma importancia, tanto para su vida profesional como para la
personal. “Quiero aprovechar este momento para agradecerte desde
el fondo de mi corazón estos cuatro proyectos”, declaró.
Conversando con nuestros cineastas continuará con su ciclo
dedicado a Rafael Montero hasta el 25 de febrero. El próximo día 11
se proyectará Cilantro y perejil (1998); el 18, Corazones rotos (2001), y
durante la última sesión Los amorosos (2012).
RGY