EXITOSA NOCHE DE DIEGO EL CIGALA EN EL CECUT
** “Contento de estar en estas benditas tierras y estar aquí con mi compadre Jumitus de poder cantar, muchísimas gracias y que Dios os bendiga mucho, ¡Viva México!”, expresó El Cigala desatando las palmas y vivas de sus seguidores.
TIJUANA, B.C.- Exitosa noche musical se vivió el miércoles en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, que lució a su máxima capacidad, con la presentación en vivo de Diego El Cigala que emocionó al publico fronterizo con su concierto Cigala & Piano acompañado por el maestro Jaime Calabuch Jumitus.
Con localidades agotadas desde 20 días antes de esta presentación, El Cigala no recurrió a sorpresas, consintió al público que sigue sus temas y goza de su voz con los matices de cante hondo en cada interpretación de esos clásicos que le dieron fama internacional con el álbum Lágrimas Negras con el pianista Bebo Valdés.
Te quiero, que popularizó en los años sesenta el cantante español Nino Bravo, marcó el inicio del concierto, enseguida vinieron la cubana Veinte años y Compromiso de Antonio Machín.
“Contento de estar en estas benditas tierras y estar aquí con mi compadre Jumitus de poder cantar, muchísimas gracias y que Dios os bendiga mucho, ¡Viva México!”, expresó El Cigala desatando las palmas y vivas de sus seguidores.
Cóncavo y convexo del brasileño Roberto Carlos arrancó los aplausos nuevamente del público, experto en su mayoría, que a gritos pedía títulos de canciones y El Cigala no evadió las peticiones; Inolvidable, del puertorriqueño Tito Rodríguez, sonó con los arreglos que Calabuch preparó.
Te extraño y Adoro, del compositor yucateco Armando Manzanero, precedieron a los acordes de la pieza insigne de este intérprete; Lágrimas Negras, del célebre trío cubano Matamoros, señaló la cúspide del recital, que estuvo lleno de aplausos, peticiones y gritos que el madrileño Ramón Jiménez Salazar mejor conocido El Cigala, aceptó con un gesto de manos unidas, ya tan conocido en sus conciertos.
Corazón loco, La Nava, Vete de mi, La vida Loca, del compositor Heberto Reyes, fueron consumiendo el tiempo que la voz del cantante y los acordes del pianista iban marcando, un momento intenso se generó con la interpretación de Amigo que prendió al público entero.
Dueño del escenario El Cigala intentó cerrar con el tango Soledad, pero las palmas lo regresaron y cantó Niebla; una vez más intentó un adiós pero el público supo hacerlo volver para regalarle La bien pagaá y concluir la noche con Obsesión.
Previo a este torrente de emociones el cantante recibió en su camerino a David Silvah, artista plástico de origen zacatecano, radicado en Rosarito, Baja California, quien le obsequió una singular obra creada sobre madera que muestra un original perfil del intérprete de Romance de la Luna Tucumana.
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