LA EXHAUSTIVA ANTOLOGÍA DE GUILLERMO SAMPERIO

MARAVILLAS MALABARES FUE PRESENTADA EN EL CECUT



** Con la gruesa voz que lo distingue y su acostumbrada parsimonia Guillermo Samperio leyó segmentos de sus cuentos Silencia y La Gioconda en bicicleta e identificó a viejos conocidos entre el público asistente.



TIJUANA, B.C.- El libro Maravillas malabares del inagotable escritor Guillermo Samperio que publicó, a manera de antología, la afamada editorial española Cátedra, fue presentado la tarde del pasado miércoles en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana.



Acompañaron al autor, Elizabeth Villa, maestra en Literatura Mexicana Cum Laude por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y Pedro Manríquez catedrático de la UABC en la licenciatura de Lengua y Literatura de Hispanoamérica y especialista en poesía hispanoamericana.



“Hay algunas novedades para mí en esta antología, extrañé algunos cuentos de otros libros, Samperio trata de explorar todas las posibilidades que este género breve permite; se introducen otros textos no propiamente narrativos como la poesía, fragmentos de drama, filosofía”, explicó Elizabeth Villa.



“El cuento por su concisión permite poco juego de otros géneros dentro de él, pero Samperio sería uno de los escritores que demuestra que a pesar de su breve extensión le cuento tiene esas posibilidades”, acotó Villa quien es también docente en la Facultad de Humanidades de la UABC.



“Samperio se ha convertido para muchos especialistas en el mejor cuentista de las cuatro últimas décadas, su posición de escritor inclasificable e independiente le ha permitido labrarse un sólido prestigio de los artistas de culto”, dijo en su participación Pedro Manríquez.



“En Samperio hay un frecuente empleo del lenguaje abrupto y entrecortado mezclando los registros coloquiales con los cultos, así como la abundancia de finales circulares que completan las narraciones y dan cuenta del encierro en que se hallan los personajes; el trasfondo filosófico de estos cuentos acostumbra moverse entre el existencialismo y el nihilismo”, cerró Manríquez.



Samperio agradeció las participaciones de los catedráticos que lo acompañaban, identificó sin falsa modestia las preferencias que por su obra, ambos manifestaron de forma elocuente; refirió algunas anécdotas de sus inicios como escritor cuando ganó una beca en el INBA, fue alumno de Tito Monterroso y de cuando trabajó al lado de Alfonso Reyes.



Con la gruesa voz que lo distingue y su acostumbrada parsimonia Guillermo Samperio leyó segmentos de sus cuentos Silencia y La Gioconda en bicicleta e identificó a viejos conocidos entre el público asistente. “Ojalá y algún día la Academia de la Lengua Española le dé un reconocimiento al libraco este”, ironizó al final sobre la antología.



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