Abrirá la Orquesta Sinfónica Nacional el Festival del Centro Histórico 2016





o Participarán el austriaco Johannes Wildner, como director huésped, y el violonchelista español Pablo Ferrández, como solista invitado



o Interpretarán obras de Rossini, Chaikovski y Strauss para recordar los aniversarios luctuosos de Shakespeare y Cervantes



o El viernes 11 y el domingo 13 de marzo en el Palacio de Bellas Artes





La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) tendrá a su cargo el concierto inaugural del 32º Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, el viernes 11 de marzo a las 20:00 y el domingo 13 a las 12:15 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.



La dirección huésped estará a cargo del austriaco Johannes Wildner y participará, como solista invitado, el violonchelista, joven prodigio español, Pablo Ferrández.



El programa lo forman obras que recuerdan a entrañables personajes de la literatura inglesa y española: la obertura de la ópera Otelo de Gioacchino Rossini, la obertura-fantasía Romeo y Julieta de Piotr Ilich Chaikovski y el poema sinfónico Don Quijote de Richard Strauss, en la conmemoración de los 400 años de la muerte del genio de las letras inglesas, William Shakespeare, y del máximo representante de las letras españolas, Miguel de Cervantes Saavedra.



Johannes Wildner, después de ser director principal de la Ópera Estatal de Praga y primer director permanente de la Ópera de Leipzig, fue director artístico de la Nueva Orquesta Filarmónica de Westfalia por diez años, a partir de 1997.




Por su parte, Pablo Ferrández es, a sus 25 años, uno de los mejores violonchelistas del mundo. No solo ha conquistado a la crítica por su talento, sino también por su expresividad particular que conmueve hasta al público más exigente. Poseedor de un oído absoluto, es el único español que toca un chelo Stradivarius.



Shakespeare y Cervantes, fundadores de la cultura europea: Wildner



El violinista y director de orquesta austriaco Johannes Wildner aseguró que se trata de “un fabuloso programa” que recuerda a Shakespeare y Cervantes, fundadores de la cultura europea.



“Tenemos hoy en día tantos problemas con la situación de Europa, pero hace 400 años hubo un fundamento, una unidad constituida por ellos, porque crearon figuras o modelos típicos de hombres y mujeres que significaron nuestras emociones, desde la alegría y el amor, hasta los celos y los deseos. Esos arquetipos de sentimientos sirvieron de modelos para que todos los artistas posteriores exprimieran sus ideas”.



Así, por ejemplo, explicó, fueron capaces de convocar, e inspirar, a compositores tan disímbolos como Chaikovski, Strauss, Rossini: un ruso, un alemán y un italiano, aunque en el contexto de las emociones de este mundo los países de origen no tienen mucha importancia para los europeos.



Consideró que “cada uno de estos compositores se basó en la música de su país para crear su obra de carácter universal: Rossini tiene toda la vitalidad italiana, mientras que Chaikovski tiene la melancolía de la música eslava”.



Destacó que la descripción del alma de la figura literaria que describen, siempre mirándolos desde distintos ángulos, viene de las emociones, de los celos, por ejemplo, en Otelo, y eso en todos los países es algo común, son sentimientos universales.



Subrayó que a esa universalidad se agrega ahora una orquesta mexicana y un ejecutante solista español. Sin embargo, reconoció, en la música vemos que el nacionalismo fomentado en el siglo XIX es totalmente falso y no funciona.




Y agregó que en México, orquestas como la Sinfónica Nacional “funciona muy bien, es muy buena y de muy alto nivel, sus integrantes tocan con mucho cuidado y también con mucha energía”.



Expresó que como los hombres pueden hablar entre ellos, las orquestas también pueden entrar en conversación con otros. En esa labor –agregó-- el director de la orquesta es solamente el intermediario entre la música y el compositor para que se transmita el alma de la música y así entre en el corazón del público que escucha”.



Respecto del joven violonchelista que participará en el concierto inaugural, comentó que se trata de un joven talentoso, bien formado en la música y que es un honor trabajar con él.



También es un músico y un hombre muy agradable, cosa que transmite al público. En Don Quijote, de Strauss, pieza que tocará en el concierto, no solamente se necesita un solista que sepa tocar su instrumento sino una persona que sepa manejar su ser y personalidad para describir al personaje en todos sus detalles: “Debe dejar su personalidad un poco al lado y adentrarse en la personalidad de El Quijote”, dijo.



Johannes Wildner vino por primera vez a México hace 35 años como violinista de la Filarmónica de Viena para tocar en la Ciudad de México y en Guanajuato. Luego dirigió varias veces en el Festival de Mayo de Guadalajara. “No solo me gusta este país sino que me agrada su gente y su forma de vivir las cosas. Venir a México fue para mí uno de los momentos decisivos en mi desarrollo musical e interior”, recordó.




Pablo Ferrández: Don Quijote, personaje fascinante



Seleccionado como el Mejor Artista Joven del Año en los International Classical Music Awards (ICMA), Pablo Ferrández hizo historia como el primer español premiado en la prestigiada International Tchaikovsky Competition.



Y recuerda: “Mi primer acercamiento a la música clásica se dio desde mi nacimiento, pues mis padres son músicos: mi padre, chelista, y mi madre, maestra de música, pero fue a los tres años cuando empecé a tocar el chelo”.



De su desarrollo musical, recuerda que a los 16 años tocó un concierto de Mozart y de alguna manera tocó el chelo por ese concierto al que lo llevó su padre. Sin embargo, asegura que “nunca, en ningún momento, hubo titubeo en mi decisión de dedicarme también a la música, para mí fue algo natural”.



Confiesa que hay muchos compositores que han dejado huella en su vida, pero en especial destacan Beethoven, Schumann y Schubert. “Yo no escucho mucha música para violonchelo, lo que toco es suficiente. Prefiero el piano y el canto, y mis artistas favoritos son la pianista argentina Martha Argerich, y la mezzosoprano italiana Cecilia Bartoli”, dice.



De su participación en la International Tchaikovsky Competition, certamen que lo lanzó a la fama, recordó que “fue un concurso estupendo”. Ahí me escuchó Daniel Barenboim y me invitó a trabajar con él en Berlín, y me invitaron a otros lugares por lo que el año que entra haré una gira muy larga por cuatro continentes, y preparo conciertos para 2018.



Aunque tiene varias grabaciones en puerta, prefiere no mencionarlas y que sea una sorpresa para el público. En la actualidad colabora con los Mutter Virtuosi (orquesta de cuerdas formado por alumnos de la Fundación Anne-Sophie Mutter), en especial con Anne-Sophie Mutter. “Es –dice-- algo espectacular ver que da diez conciertos y siempre está al máximo nivel. Aprendo con ella y ayuda mucho a los jóvenes. Tocaré con ella el año entrante”, informó.




Acerca de la obra en la que participará en el Concierto Inaugural del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, Don Quijote, en la que el chelo da vida al Ingenioso Hidalgo, asevera que se trata de “un concierto fascinante. Hay que buscar cómo describir de mejor manera a este personaje desde el violonchelo, y uno se imagina ser Don Quijote, el que vive y alucina, por lo que los sonidos van cambiando de acuerdo al estado de ánimo del personaje”.



Ferrández recomienda a todo el público escuchar sus piezas favoritas: la Quinta de Beethoven, obligatorio; Don Giovanni, de Mozart, y Concierto para piano de Rajmaninov. Pablo Ferrández cumplirá 25 años de edad el próximo en 19 de marzo.