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Teatro 2016-03-17 19:52

Seguir nuestros impulsos de vida, invitacion de la obra Perra vida, dulces sueños

Seguir nuestros impulsos de vida, invitación de la obra Perra vida, dulces sueños




o Se escenifica los lunes a las 20:00 en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque hasta el 4 de abril




“Perra vida, dulces sueños es una invitación a seguir nuestros sueños, nuestros instintos o impulsos vitales. Nos hemos olvidado de ser. Vivimos en el querer ser en lugar del deber ser”, señala Salvador Hernández, director de la obra escrita por el joven dramaturgo español Miguel Morillo.



El montaje, que se escenifica los lunes a las 20:00, hasta el 4 de abril, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, es una comedia de humor negro que propone encontrarle sentido a la vida, y en la cual dos antihéroes urbanos encerrados, él en la cárcel de su trabajo y ella enjaulada en sus ilusiones, se liberan y proponen un desenlace distinto al esperado.



“Es una obra contemporánea en la que las vidas de dos personajes corren de forma paralela y se muestran adversas. Su única satisfacción o sublimación es el sueño”, refiere Hernández.



“Esta propuesta no es dialogada. Todo sucede en un espacio en el que los protagonistas interactúan: dos sillas, desde donde recrean toda la historia. Ambos personajes, de mediana edad, echan mano de sus sueños para liberar su condición insatisfactoria de anonimato, de relegados, de invisibles a los que se les considera fuera del sistema o sin triunfo”.



Es a través de su “humor ácido que tienen la posibilidad de lograr una venganza y, finalmente, en su encuentro, pueden vislumbrar un futuro esperanzador”.



Hernández abunda sobre los personajes: “Él sueña en las pocas horas que dispone por la noche con ser Roberto Carlos, el cantante brasileño, y de día imagina vengarse de quienes le han destruido la vida, entre ellos su esposa que lo abandonó o su jefe que lo maltrata.



“Ella, por su parte, vive en soledad un mundo de ilusiones y con una fe ciega en el horóscopo; le encanta Barbra Streisand. Esta historia aparentemente pesimista está representada por antihéroes anónimos y anodinos que son capaces de rebelarse ante las circunstancias, y los espectadores subliman en ellos sus deseos de venganza”.



Hernández aclara que en la obra se trata de “reconocer que una parte importante de nuestras vidas es el sueño. Es decir, todo aquello que forma parte de nosotros mismos es vital. En mi visión personal lo vinculo a la intuición, al impulso o indicador de que vale la pena seguir nuestros anhelos.



“Los protagonistas se encuentran en una fiesta que termina en aquelarre. Sin embargo, se recrea un ambiente con héroes populares, aspiración directa de los soñadores.



“A pesar de ser considerados anodinos o invisibles, ellos terminan siendo los héroes con los que sentimos una empatía muy fuerte al consumar una venganza que, en cierto sentido, también puede ser nuestra. Ellos logran rescatar su dignidad”, concluye Salvador Hernández.

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