Homenaje a la memoria del escritor argentino





LA VIDA COTIDIANA DE JORGE LUIS BORGES

MOTIVÓ UNA NUTRIDA CHARLA CON ROBERTO ALIFANO EN EL CECUT



** Al final de la conferencia el público participó, y Alifano respondió a cada pregunta con la afabilidad que lo distinguió durante toda la visita a Tijuana.



TIJUANA, B.C.- Al menos 400 personas se dieron cita en la Sala Carlos Monsiváis, y su vestíbulo, del Centro Cultural Tijuana para ser partícipes de la conferencia El Borges cotidiano a cargo de Roberto Alifano, en el marco del Ciclo México a través de la cultura, acompañado por el escritor y periodista Daniel Salinas Basave, y con motivo del 30 aniversario de Jorge Luis Borges.



Ensayista, periodista y narrador Daniel Salinas es Premio Estatal de Literatura Baja California 2010 por Réquiem por Gutenberg. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2014, y es también Cartografías absurdas de Daxdalia de la colección Editorial CECUT, 2013.



Rebasando los límites que imponen las conferencias Salinas propició las intervenciones de Alifano, dando pie al relato anecdótico, la historia personal, las memorias y vivencias que junto al emblemático autor de El Aleph compartió Alifano durante once años, tiempo en que la obra completa de Borges pasó por su labor de amanuense.



“Ante su gradual pérdida de la vista Borges estaba imposibilitado de leer, pero eso no le impedía escribir, no lo hacía sobre papel, dictaba, de manera que yo desde ese 15 de abril de 1974 me convertí en su amanuense”, fue delineando Alifano, “era un lector, él siempre decía: que otros se jacten de los libros que han escrito, yo me enorgullezco de los que libros que he leído”, aclaró el invitado.



Así iban apareciendo en cada intervención las anécdotas de Roberto Alifano: “Paz me dijo alguna vez que había escrito El Laberinto de la soledad luego de haber leído en la revista Sur de los años 30, Las inscripciones de los carros de Buenos Aires un reportaje de Borges”.



“Alejo Carpentier me dijo que él había escrito El reino de este mundo después de leer La historia de la eternidad de Borges; Gabriel García Márquez me confesó la síntesis que él trataba de encontrar para sus relatos está inspirada en Borges; Borges era un escritor para escritores”.



Prueba de ello resultó ser el video que se exhibió a la mitad de la charla, en el que su gran amigo, el mexicano Juan José Arreola conversaba con Borges y expresó: “yo no me perdonaría si no dijera, aquí en este programa, unas cuantas líneas escritas por Borges como ejemplo de lo que él ha hecho como enriquecedor de la lengua”, y recitar el verso H. O., un momento memorable que el público coronó con aplausos.



“Bioy Casares fue el gran interlocutor que tuvo Borges, y su amigo más entrañable, era un aristócrata, lo que podemos llamar un niño bien de la sociedad argentina, renunció a toda esa vida de placeres que hubiera podido tener y le debemos una obra literaria maravillosa, se conocieron en el 29 y juntos escribieron muchas obras”.



Al final de la conferencia el público participó, y Alifano respondió a cada pregunta con la afabilidad que lo distinguió durante toda la visita a Tijuana. “Si iba a España hablaba mal de García Lorca porque lo había disgustado al conocerlo; otro día olvidó hablar del poeta Manuel Machado en una charla, hizo una broma y la gente se lo tomó a mal”, recordó el conferencista.



“(Borges) Era un cosmopolita, no creía en las odiosas fronteras, ustedes lo padecen eso mejor que yo, descreía de los patriotismos y los nacionalismos, consideraba que el hombre tenía que habitar el planeta sin ningún tipo de límites y sin ninguna frontera; quería mucho la ciudad de Ginebra, donde murió”



Ante la pregunta de por qué Borges no recibió el Nobel de Literatura, Alifano respondió, “creó que se devaluó el Nobel al no haber sido entregado a Borges”. Y a manera de despedida recitó uno de los últimos sonetos que Borges le dictó y que no tuvo tiempo de corregir: “No en el clamor de la gloriosa fecha, roja en el calendario, ni en la breve furia o fervor de la azarosa plebe, la pudorosa patria nos acecha”.



Al final un entusiasta Alifano asistió al brindis que en su honor se ofreció a los presentes y firmó cada libro que decenas de lectores le llevaron sin dejar de fotografiarse con quien así se lo solicitó.



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