Despiden con Homenaje de cuerpo presente al director de orquesta Armando Zayas

Con música y aplausos, familiares y funcionarios de la SCCDMX montaron guardia de honor este jueves en la Sala “Silvestre Revueltas”, donde tocaron la Orquesta Juvenil del Centro Cultural Ollin Yoliztli y la Orquesta Típica



Durante el homenaje, el Secretario de Cultura capitalino, Eduardo Vázquez Martín, expresó sus condolencias en nombre del Gobierno de la Ciudad de México

Hombre de música y enorme talento, pero sobre todo esposo, padre y maestro de varias generaciones, es como definieron los familiares, amigos, estudiantes y funcionarios de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) al director de orquesta mexicano Armando Zayas, quien falleció este jueves 14 de abril a los 86 años de edad, debido a un paro cardiaco.



Para un Homenaje de cuerpo presente en la Sala “Silvestre Revueltas” el féretro arribó poco después de las 18:00 horas con los restos de uno de los músicos mexicanos más completos, quien se desempeñaba como Asesor Musical de la SCCDMX, desde agosto de 2013, así como director artístico de la Orquesta Magdalena Contreras del Programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Ciudad de México.



Los aplausos y la música inundaron la sala del Centro Cultural Ollin Yoliztli, donde la viuda del maestro Zayas, María Luisa Ornelas, el Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, y familiares cercanos montaron la primera guardia mientras la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de la Delegación Magdalena Contreras tocaba La Barcarola, de Los Cuentos de Hoffmann, de Jacques Offenbach.



“Hay seres insustituibles, y ese es el caso del maestro Zayas. Cuando alguien dedica toda su vida a celebrar el arte y la música; a enseñar, a reconocer y a interpretar la música, siempre será imprescindible. No vamos a ser los mismos sin el maestro Zayas, no vamos a ser los mismos en la educación artística y en la producción de la música”, dijo Vázquez Martín.



Luego de expresar sus condolencias en nombre del Gobierno de la Ciudad de México y de hablar de la generosidad que el director de orquesta mostraba tanto hacia los jóvenes mixes como para los alumnos de la ciudad, el Secretario de Cultura manifestó que en medio del duelo también se reunían para celebrar la vida de un hombre como el maestro Zayas.



“Quienes acompañamos al maestro también celebramos su vida, porque celebramos la suerte que hemos tenido de haberlo conocido. Gracias, maestro Zayas, por todo lo que nos ha dado y por lo que nos deja, porque su presencia vivirá en cada uno de sus alumnos y de sus compañeros de trabajo. Su espíritu siempre nos acompañará”, expresó.



Durante las dos horas que duró el homenaje, la Orquesta Juvenil del Centro Cultural Ollin Yoliztli y la Orquesta Típica, de la cual fue su director, tocaron para despedir a quien también fue subdirector de la Orquesta Sinfónica Nacional, subjefe del Departamento de Música de la UNAM, director de Radio UNAM, director musical del Ballet Folklórico de México, subdirector y director asociado de la Filarmónica de la UNAM, asesor y director artístico de la Sinfónica del IPN y coordinador del Consejo de la Música Popular Mexicana.



A la ceremonia se sumaron amigos y compañeros del maestro Zayas, como el músico Guillermo Briseño y el director de orquesta y compositor mexicano Francisco Savín Vázquez, quien subió al escenario donde estaba el féretro rodeado de flores blancas para dirigir unas emotivas palabras.



“Zayas y yo nos iniciamos simultáneamente como directores de orquesta, a partir de ese momento fuimos amigos, compañeros. Nunca lo escuché criticar a ningún colega, siempre estaba dispuesto a tener una opinión. Su valor moral, su valor como músico e intérprete se caracterizan por eso”, comentó.



Tras destacar la honestidad musical del maestro Zayas, en entrevista dijo sentirse orgulloso de haber compartido grandes momentos. “Siempre fue un hombre que habló con mucha verdad, un músico muy honesto en todo sentido. Su pérdida me afecta mucho, lo estimé siempre y ahora siento un hueco”, expresó.



Señaló que ese vacío naturalmente también lo deja en el ámbito artístico. “A pesar de que nos dedicamos a cosas diferentes, yo siempre seguí con la música sinfónica mientras él hacía otras cosas, pero lo que hizo fue con la mayor honestidad y cariño para quienes hacían su trabajo con él; nunca se olvidará”, indicó Francisco Savín.



Al maestro Zayas le sobreviven sus hijos Sigfrido, León David, Yanina, Julieta y Coral. Esta última compartió en entrevista el legado que dejó su padre, a quien definió como “un gran ser humano y artista apasionado por la música y la gente que lo rodeaba”.



“Los últimos años que compartió con las orquestas juveniles era muy feliz; él amaba a la gente que se acercaba a la música, era un filósofo, un poeta. Se queda en los corazones, se queda en la música. Lo recordarán por su calidad, que era como el aire que se va filtrando, que no lo ves, pero que se va filtrando, como polvo de estrellas”, manifestó Coral Zayas.



Comentó que su padre destacó, sobre todo, por haber apoyado a la música mexicana, pues en todos sus conciertos incluía a uno o más compositores mexicanos, ya que para el director de orquesta era fundamental dar a conocer el talento nacional.



Asimismo, añadió que se le recordará por haber impulsado un concierto monumental en la Ciudad de México para conmemorar los 500 años de la Conquista: el Festival Internacional de la Pluralidad, en el que se reunieron 96 grupos de artistas indígenas del Continente Americano, desde la Patagonia hasta Alaska.



Adelantó que además del Homenaje de cuerpo presente organizado por la SCCDMX, Radio UNAM le rendirá tributo a su padre con cuatro programas especiales y la OFUNAM le dedicará los conciertos del sábado 17 y domingo 16 de abril.



Para despedir al maestro, los familiares y amigos le aplaudieron por varios minutos. El féretro dejó la Sala “Silvestre Revueltas” para ser velado en la funeraria J. García López Casa Pedregal, donde sus restos fueron cremados este viernes.



Originario de la Ciudad de México (1930), Armando Zayas egresó de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, donde además hizo estudios de Literatura, Historia y Psicología, y se especializó en composición y dirección de orquesta en Bélgica y Francia. Sus maestros fueron Carlos Jiménez Mabarak, Rodolfo Halffter, Jean Giardino, Igor Markevich y Sergio Celibidache, entre otros.



En su larga trayectoria como director de orquesta estuvo al frente de agrupaciones como la Orquesta del Conservatorio Nacional de Música, de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, de la Orquesta Sinfónica Nacional, de la Orquesta Filarmónica de la UNAM y de la Orquesta Típica de la Ciudad de México, además de agrupaciones de América y Europa.



Fue nombrado Ciudadano Honorario de la Ciudad de Fort Worth, Texas, por su labor al frente de grupos corales, y fundó la Escuela Mixe, la cual después se transformó en el prestigiado Centro de Capacitación Musical (Cecam), por lo que se le otorgó el Premio Nacional de Ciencias y Artes.



Grabó numerosas obras de compositores mexicanos, entre ellos el álbum doble 10 Compositores Mexicanos Siglos XIX y XX, con la Orquesta del Instituto Politécnico Nacional, y otras grabaciones con la Orquesta Sinfónica de la UNAM.



Participó en importantes festivales internacionales, como la Exposición Internacional de Bruselas, el Primer Festival de Danza en La Habana y el Primer Concurso Internacional Dimitri Mitropoulos en Nueva York.