La Señora Tacaño... perdón... Cataño, es cristera, porfirista, católica, apostólica y
remolona, pero eso sí, muy mona; y quiere dar una educación decente a sus hijas, la
mejor, porque pretende a toda costa mantener la base de la sociedad: la familia; y más
siendo una familia de puras mujercitas que busca hacerse camino en este complejo país.
Para eso no pide mucho: apego a las instituciones, a los valores, a las tradiciones, a la
moral y a las buenas costumbres, pero, sobre todo, obediencia y respeto. Ya veremos si
las tres hijas se lo darán.