En el Museo Nacional de Antrpología hasta el 10 de octubre
El último viaje de la fragata mercedes, una invitación a sumergirse en el mar de la historia y sus avatares
El visitante a la exposición experimenta de inmediato sentir
que está a bordo de la nave española hundida por la flota
inglesa el 5 de octubre de 1804
Utilizando su poder, igual que el día de su traslado, el monolito de
Tláloc, que resguarda la entrada al Museo Nacional de Antropología,
está invocando a las nubes, sus infatigables serpientes aéreas, para
que rindan su carga.
Por su labio superior, anotó Sahagún, se entraba al inframundo;
los habitantes de San Miguel Coatlinchán (Estado de México),
afirmaban que el ídolo no podía ser movido del sitio donde reposaba,
porque era el tapón del mar. El desplazamiento de ese tapón, ha
permitido que esas dos dimensiones inframundo y mar, se acompañen
sin escándalo en la exposición El último viaje de la fragata Mercedes.
Si hay un infinitivo que lía la historia de la humanidad es
navegar. El hombre nació con la batalla declarada entre el ánimo de lo
infinito y la imposición del confín, que ha resultado continuamente en
desafío. La proximidad de los primeros seres humanos que surcaron
las aguas con nosotros queda explícita en la más sofisticada
tecnología: los navegadores informáticos; nuestro lenguaje cotidiano lo
confirma, navegamos en las redes, nos embarcamos en proyectos y
cuando ataca la desesperación, quemamos las velas.
Es así que nada más traspasar la puerta nos zambullimos en ese
último recorrido, porque lo que al visitante de la exposición le ocurre es
experimentar de inmediato el estar a bordo de la fragata, o “bajo del
mar” como va cantando un niño (recordando la canción de La sirenita
de Disney), mientras la recorre con plena libertad. El sonido de las
olas y las gaviotas nos envuelve y ya no existe más mundo que el de
esa suave penumbra marítima en donde es posible sentir y vivir el 5
de octubre de 1804.
La museografía al servicio de la imaginación nos deja escuchar
al fondo una voz con acento español, es la recreación del relato de
Diego de Alvear y Ponce de León sobre el suceso, y al mismo tiempo,
en una pantalla, el enfrentamiento entre la escuadra británica y la flota
española, la segunda protegiendo un tesoro que muy pronto quedaría
sepultado en las profundidades del mar, vuelve a ocurrir.
No es un hecho aislado, El último viaje de la fragata Mercedes es
parte y resultado de un mundo económico, político, social y artístico
particular, que la exposición despliega. Presentes están cuadros
pintados por Goya, exquisitas tiras de caricaturas francesas criticando
y burlándose de Gran Bretaña, el Tratado original de San Ildefonso de
1796, medallas expedidas con motivo de la ruptura por parte de
Inglaterra del Tratado de Amiens, que llevó al hundimiento de la
fragata.
Todos los sentidos cosquillean, los modelos que reproducen la
fragata la traen a unos centímetros de la mirada y por la cercanía, casi
al tacto. Los espectadores dan rienda suelta a esa guardada alma
marinera, al caminar por la reproducción de una parte de la cubierta
con réplicas de cañones y balas. Puede verse en la mirada de aquel
joven, mientras va de lado a lado cómo sueña con ser capitán, y poder
dar la orden de ataque.
O jugar a escapar de la persecución de la flota inglesa, a través
de la realidad aumentada… Un giro y se está frente al tesoro
recuperado por el Odyssey, montones de pedruscos de monedas
inseparables desde aquel día. Objetos personales, que se hundieron
con sus propietarios, herramientas.
Es probable que no se tenga conciencia de la fascinación que
ejerce sobre la evocación y ensoñación esta temática, pero en este
simbólico “todos a bordo”, nos sorprendemos bucaner@s, piratas,
capitanes Garfios, arqueólogos subacuáticos; vivos, despiertos,
poderosos.
El último viaje de la fragata Mercedes, tiene tal fuerza seductora
que parece decirnos al final que navegar se asemeja a una pulsión.
Que cada día es un izar las velas.
La exposición El último viaje de la fragata Mercedes se exhibe
hasta el 10 de octubre en el Museo Nacional de Antropología, Avenida
Paseo de la Reforma y Calzada Gandhi s/n, Colonia Chapultepec
Polanco.
ARR