Llega a Michoacán la ancestral tradición de velación en la Noche de Muertos
Ciudad de México, 18 de octubre de 2016.- Michoacán es uno de los más grandes estados de México,
que tiene una amplia oferta turística, desde turismo de reuniones, turismo de aventura, de romance,
religioso, gastronómico y cultural.
Por sus hermosas tradiciones purépechas que Michoacán recibió el reconocimiento de la Unesco en
2003 a la celebración de la Noche de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de
la Humanidad, ya que en cada uno de los 113 municipios del destino se celebra esta hermosa y
antigua tradición que brinda a todos los visitantes la oportunidad de admirar un momento de magia
nocturna a través de su gente alrededor de las criptas en los panteones y de los altares en las casas de
los michoacanos.
Durante días previos y particularmente el 1° y 2 de noviembre de cada año, los panteones y casas
donde se hace “la espera” se cubren con flores de cempasúchil, velas, fruta, pan, incienso. Altares y
tumbas se adornas profusamente, se prepara y comparte comida y bebida, se lleva ofrenda, se reza,
hay ambiente festivo y al mismo tiempo se percibe profundo sentido comunitario y orden ceremonial.
Qué hace que esta celebración, permanencia del pasado milenario propio y apropiación y
reinterpretación de otras creencias y culturas, pueda permanecer y renovarse año con año en lo que
entre las comunidades se conoce como animeecheri kúinchekua: fiesta de las ánimas. Para los
purépechas, pueblo indígena, conocido por su particular manera de realizar esta celebración, los
motivan convicciones profundas que tiene que ver con la manera particular de concebir la vida misma
en todas sus dimensiones.
La fiesta de ánimas en principio es una ceremonia ritual, es decir está regulado por normas que la
comunidad conoce y respeta, cada elemento y cada actividad cumple un papel importante en el
conjunto de la celebración. Con el animecheri k’uinchekua, se cumplen ciclos anuales, compromisos
comunitarios y se fortalecen lazo de parentesco.
Algunos de los municipios que se han destacado por recibir año con año una gran cantidad de
visitantes ansiosos de conocer más sobre la cultura purépecha son Pátzcuaro y las islas alrededor del
Lago de Pátzcuaro como Janitzio y la Pacanda. También muy cerca de esta zona se encuentra
Tzintzuntzan, Jarácuaro, Arócutin y Capula de la Región Morelia.
En Pátzcuaro, se realiza el ritual de la velación se lleva a cabo por los pueblos purépechas que rodean
el lago. Además como ya es costumbre el Concurso Estatal de Artesanías, conciertos al aire libre y
algunos edificios históricos del centro, la preparación de las ofrendas y presentación de juegos
prehispánicos de pelota encendida.
La Pacanda. Forma parte de las cinco islas del Lago de Pátzcuaro, a las que en su mayoría se accesa a
través de una lancha que atraviesa el lago. La mayor parte de sus habitantes se distinguen por realizar
un culto religioso purépecha, son realmente apegados a esta adscripción; esta cultura marca los días
de muertos como un tiempo sagrado, donde Dios les otorga permiso esos días para visitar a sus
familiares. La peculiaridad de esta isla, es que el panteón se encuentra en la parte más alta, por lo que
se recorre a pie una larga e inclinada calle hasta llegar al cementerio que se ilumina con el reflejo de la
luna sobre el lago. Es una comunidad muy humilde por lo que en el cementerio no hay lapidas de
piedra, las tumbas están marcadas por un camino de piedras medianas y algunos tienen una cruz de
hierro con el nombre y la fecha de muerte del difunto; pero no por esto es menos hermoso que otros
pueblos de Michoacán, ya que el lugar te invita a recorrer entre las tumbas y ver a las familias
completas, mujeres, hombres y niños pequeños realizando la velación sentados en petates,
alumbrados por sirios que se apagan continuamente por el soplo del viento, alguna bebida caliente
para soportar el frio y una pequeña ofrenda con los alimentos que el ahora muerto disfrutaba en vida.
Jarácuaro. Es una isla de muy fácil acceso, ya que se encuentra unida a tierra firme por un puente
vehicular. En ésta adornan con flores el Templo de San Pedro y la capilla de la Navididad; por fuera se
colocan numerosas ofrendas que iluminan la noche mientras la gente reza a sus difuntos. Muy cerca
de ahí encontrarán una zona de comida donde podrán consumir la gastronomía de la región y calmar
el frío de la madrugada con un ponche caliente y un delicioso tamal. En ese mismo lugar se instala un
escenario donde se presenta la Danza de los Viejitos que disfrutan todos los visitantes y lugareños; los
bailarines visten con sus tradicionales trajes de camisa y pantalón de manta bordados, jorongo y
sombrero adornado con listones, además de la máscara hecha de pasta de caña, barro o madera.
Arócutin. Es otro pueblo cercano a Pátzcuaro, a tan sólo 7 km de distancia. Como parte curiosa del
lugar, es que el panteón es el único que aún se encuentra en el atrio del templo de Nuestra Señora de
la Navitidad y los fieles llenan de flores de cempasúchil que iluminan de color naranja el lugar, colocan
la ofrenda y el incienso invade el aire mientras las familias rezan y velan durante toda la noche del 1º y
2 de noviembre a sus muertos, colocando previamente a estos días un gran arco de flores con forma
de iglesia afuera del cementerio.
Cuanajo. A tan sólo a 14 km de Pátzcuaro, conocido por la fabricación de muebles artesanales para la
celebración de noche de Muertos muchos de sus habitantes llevan a cabo una tradición muy especial,
que consiste en la fabricación de unos caballitos de madera sobre los que se colocan las ofrendas.
Además, en las casas se colocan altares únicamente para los difuntos que fallecieron durante el año
en curso y los familiares invitan a los visitantes y amigos a llevar una ofrenda al altar y a cambio
ofrecen deliciosos tamales y atoles de sabores.
Para continuar, Tzintzuntzan es un lugar emblemático de la región de Pátzcuaro a las orillas del lago
que fue centro del Imperio Purépecha y primera ciudad capital de Michoacán, aún conserva
construcciones prehispánicas conocidas como Las Yácatas. En este poblado se encuentra un convento
franciscano con capilla abierta del siglo XVI, el atrio cuenta con olivos que se dice fueron plantados por
Don Vasco de Quiroga; un colorido mercado al aire libre con artesanías de tule, paja y barro, así como
bordados que pintan los paisajes, fiestas y celebraciones tradicionales de la región.
Tzintzuntzan es uno de los poblados más visitados durante la celebración de Noche de Muertos, pues
la afluencia turística que recibe es una de las más grandes de todo el estado. Esto se debe a los
impresionantes arreglos de flores y ofrendas que se colocan en el cementerio ubicado a los costados
de la carretera que cruza el pueblo y que se ve iluminado por la luz de la gran cantidad de velas que se
colocan en cada una de las tumbas de los muertos; como parte de la tradición de esta zona, los
familiares colocan la mayor cantidad de velas en vaso posibles alrededor y sobre las tumbas, así como
la ya conocida ofrenda con fotografías, comida y bebidas favoritas del difunto. En este lugar también
se realiza la representación del juego de pelota con fuego como hacían los antiguos purépechas.
Por último, Capula es un pequeño poblado de la región de Morelia donde la tradición de las antiguas
técnicas de la fusión indígena – española es la elaboración de alfarería. Además, la fabricación de
artesanías es una de las principales actividades económicas del lugar, siendo la única Región de Origen
para tres tipos de artesanía de barro: Alfarería punteada, Catrinas de barro y loza tradicional.
A la entrada de Capula, se encuentra una Catrina Gigante, ya que este poblado es conocido
internacionalmente por la cantidad y la excelente calidad en la fabricación artesanal de catrinas, sin
dejar de lado la fabricación de otros productos como vajillas, tazas, macetas, soles, lunas, ranas y más;
por lo que sin duda, es una parada obligada para quienes visitan Michoacán y gustan de estas
hermosas piezas fabricadas a mano para adornar o complementar los altares y ofrendas que se
colocan a los muertos en esta hermosa época del año.