La Compañía Nacional de Teatro estrenará Landrú y La mano del
comandante Aranda de Alfonso Reyes
ï‚· En reconocimiento a su autor, a Rafael Elizondo y a Juan
José Gurrola
ï‚· Marta Verduzco, actriz de número de la Compañía y del
elenco original del montaje, dirige y actúa
ï‚· Se escenificará del 22 de marzo al 16 de abril en el Teatro El
Galeón del Centro Cultural del Bosque con funciones de
miércoles a domingo
Landrú y La mano del comandante Aranda son dos textos escritos por
Alfonso Reyes en los que muestra una faceta poco conocida de su creación
literaria al plantear dos divertimentos íntimos y personales, que, desde su
estreno teatral en 1964, abrieron paso a una nutrida polémica.
Hoy, a más de 50 años de aquel acontecimiento escénico, Marta Verduzco,
actriz del elenco original, actúa de nueva cuenta y en esta ocasión dirige el
montaje que la Compañía Nacional de Teatro estrenará como un
reconocimiento al autor mexicano; al compositor de la música original,
Rafael Elizondo, y al director de la puesta en escena de 1964, Juan José
Gurrola, el 22 de marzo en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del
Bosque, donde ofrecerá temporada hasta el 16 de abril con funciones de
miércoles a domingo.
La farsa detectivesca de Reyes utilizó el contexto criminal que rodeó a
Henri Désiré Landru, asesino serial de mujeres ejecutado en 1922, para
plantear una reflexión poética sobre la existencia humana. Reyes se
burlaba de sí mismo y de la solemnidad intelectual que pretendía hacer de
la sabiduría un asunto aburrido e inalcanzable.
La mano del comandante Aranda es una narración excepcional del mismo
autor que realiza un imaginativo juego cargado de humor sobre una mano
amputada, como la del general Obregón, que posee vida propia. Ambos
textos, escritos por uno de los mayores exponentes de la literatura
mexicana, dan muestra de su creación dramática, erudita, transgresora y
opuesta a la mayor parte de su obra.
Conocido como un exhaustivo investigador del teatro, desde los textos
griegos, pasando por el Siglo de Oro español, hasta los contemporáneos,
Alfonso Reyes inició la escritura de su opereta Landrú en Buenos Aires en
1929, a la que puso fin en 1953 en México, donde fue estrenada 11 años
después.
La historia de Landrú, conocido también como el moderno Barba Azul,
interesó a Orson Welles, quien se propuso realizar un documental y le pidió
escribir el guion a Charles Chaplin. Él declinó hacerlo, hasta que, en 1947,
el comediante escribió, dirigió y protagonizó la cinta Monsieur Verdoux,
sobre el famoso homicida.
Al respecto, Chaplin llegó a decir: “Lo que Verdoux proclama es que resulta
ridículo mostrarse impresionado por la amplitud de sus atrocidades, que
son una simple comedia de crímenes en comparación con los cometidos en
masa y legalizados por la guerra, que el sistema adorna con galones
dorados. Verdoux, con toda su palabrería, realiza una seria tentativa de
evaluar la calidad moral de sus crímenes”.
Por su parte, Claude Chabrol, filmó en 1963 Landru, película sobre el
mismo personaje, pero cuyo interés se enfocó en el significado social del
caso y cuyo tema de fondo es la moral y el derecho.
En México, Reyes, aficionado a la lectura de novelas policiacas y
especialmente a los textos de G.K. Chesterton, se anticipó a teatralizar un
suceso documental con un tono satírico en las acciones criminales.
El estreno de Landrú en la Casa del Lago en 1964 levantó polémica entre
los escritores y críticos de esa época como Jorge Ibargüengoitia, Carlos
Monsiváis, Juan Vicente Melo y Juan García Ponce, quienes, como dice
Adolfo Castañón, “acompañaron la vida póstuma de Reyes con entusiasta
algarabía. Esta banda de jóvenes escritores se reunía a la sombra del
poeta y diplomático Jaime García Terrés, discípulo de Reyes y entonces
director de Difusión Cultural de la UNAM”.
Marta Verduzco, actriz de número de la Compañía Nacional de Teatro, lleva
de nuevo al escenario una de las diez obras dramáticas escritas por Reyes,
que casi nadie conoce, y un cuento, ambos, divertimentos personales e
íntimos.
Para la directora y actriz, los años sesenta fueron un momento glorioso, y la
Casa del Lago tiene un amoroso significado para ella, porque fue ahí donde
se reunió una pléyade generadora de cultura que le mostró un mundo
desconocido en el que todos eran cómplices; no había sindicatos ni
intereses políticos, sino plena libertad de acción: “Era un México en el que
se podían hacer locuras con tres centavos y una época de aprendizaje para
mí, en la que tuve a los mejores maestros: Juan Vicente Melo, Manuel
Felguérez, Rafael Elizondo, Gurrola, Juan José Arreola”.
La polémica generada en ese entonces provocó que Jorge Ibargüengoitia,
quien deploró la puesta en escena dirigida por Juan José Gurrola, publicara
en la Revista de la Universidad de México, en 1964, su crítica, de la que a
continuación se reproducen dos de sus fragmentos:
“Los veinticuatro años que transcurrieron entre que Reyes comenzó la
opereta que nos ocupa y dejó de ocuparse de ella, no fueron bastantes,
porque la obra no está terminada, sino apenas comenzada.
“¿Le gustaba a Landrú asesinar señoras?, ¿qué hacía con ellas una vez
muertas?, ¿cómo seleccionaba a sus víctimas?, ¿por su dinero?, ¿por
cierta cualidad que le resultaba apetitosa?, ¿porque las circunstancias de
ellas le prometían impunidad? Según Chabrol, Landrú mataba el conejo
más cercano; según Chaplin, el más gordo. ¿Qué opinaba de todo esto don
Alfonso?”.
Por su parte, Carlos Monsiváis, quien defendió a Reyes y exhibió a
Ibargüengoitia como crítico, escribió: “El héroe de la Casa del Lago, sin
embargo, no fue, para mi modo de ver, Gurrola, sino Elizondo, que escribió
la música y la interpreta cada domingo, con su cannotier y su camisa
rayada. Este joven ya había escrito música para el teatro bastante mala,
pero esta vez logró algo verdaderamente importante: una música ligera en
el mejor sentido de la palabra, que sirve para bailar y para cantar, que
produce un efecto y se le queda a uno en la cabeza. El tango y el himno al
amor son magníficos y el coro de la policía, sin ser tan bueno, es
adecuado”.
En la puesta en escena participan Rocío Leal, Patricia Madrid, Gabriela
Núñez, Azalia Ortiz, Pilar Padilla, Violeta Sarmiento, Amanda Schmelz,
Roberto Soto y Marta Verduzco, actores del elenco estable de la Compañía
Nacional de Teatro. Se contará con la interpretación musical de Carlos
Pacheco, Edwin Tovar, Pablo Ramírez y Miguel Sandoval.
El diseño de escenografía e iluminación es de Gabriel Pascal; la dirección
musical y los arreglos musicales, de Alberto Rosas; la coreografía, de
Norma Yolanda López; el diseño de vestuario, de Sabina Aldana, y el
maquillaje y los peinados, de Maricela Estrada. El montaje contó con el
apoyo del laboratorio vocal para artistas escénicos impartido por Hernán del
Riego y la transcripción de partituras de Analí Sánchez Neri.
Landrú y La mano del comandante Aranda se escenificará en el Teatro El
Galeón del 22 de marzo al 16 de abril, de miércoles a viernes a las 20:00,
los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00. No habrá funciones los
días 13 y 14 de abril. Entrada general: 150 pesos. Jueves al teatro: 30
pesos. Viernes en bici: 45 pesos. Se aplican descuentos.