En el Auditorio Blas Galindo
Ofrece Maia Baratashvili concierto de jazz en el Cenart
La intérprete georgiana cautivó con su voz al público mexicano
“Cuando el diafragma de Maia se expande, el mundo se encoge”,
aseguró la crítica de música Amy Spurling, tras escuchar a Maia
Baratashvili, intérprete georgiana con más de 15 años de trayectoria
en el género del jazz.
La cantante ofreció un concierto acompañada del pianista
George Rakviashvilli, la noche de este viernes 22 de mayo en el
Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
A lo largo de la presentación, Maia Baratashvili interpretó temas
como Endless love, de Lionel Richie; Summertime, de George
Gershwin, y Teach me tonight, de Gene de Paul.
La actual vocalista principal de la Orquesta Tbilisi, Big Band
utilizó un tipo de improvisación vocal, generalmente con palabras y
sílabas sin sentido (scat) para convertir su voz en un instrumento
musical poderoso y emotivo.
El programa incluyó canciones georgianas, como Dreams are my
companions, compuestas por la propia Maia Baratashvili; Roses are
no more, de B. Kvernadze y G. Tabidze, y The wind stills blows, de
David Toradze.
El idioma no fue una barrera para que la cantante interactuara
con el público y entre las piezas más celebradas por los asistentes
estuvo New York state of mind, de Billy Joel; Spain, de Chick Corea, y
Don´t explain, de Billie Holiday.
Baratashvili cuenta con cinco materiales discográficos. Su más
reciente proyecto es Georgia in my mind, en el que participa un grupo
de músicos de origen georgiano, afincados en Alemania, llamado
SHIN.
En el disco se pueden escuchar elementos de flamenco, el
groove neoyorquino, música de India, ritmos balcánicos y música
nacional de Georgia.
Maia Baratashvili estudió piano clásico en la Escuela de Artes
Escénicas, la más importante de Tiflis, Georgia, y fue en 1995 cuando
incursionó en el jazz al quedar cautivada con la voz de Diane Schuur.
Por su parte, George Rakviashvilli es considerado uno de los
intérpretes más profundos del jazz en Georgia por su manera
sofisticada de tocar el piano y su capacidad de transformar una
melodía ordinaria en una historia que captura a los escuchas.
CGP