MUSEO DEL CARACOL RECUERDA SUS ORÍGENES CON
MATERIALES INÉDITOS
*** La exposición Aquí nació un caracol, que abrirá este 30 de mayo, reúne 50 documentos que
revelan el proyecto de avanzada que representó en su momento
*** Son planos y guiones originales, bocetos de sus dioramas y fotografías, fruto del trabajo de
un equipo de expertos, entre ellos el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez
Para celebrar su 55 aniversario, la Galería de Historia, Museo del Caracol, expondrá por vez
primera alrededor de 50 documentos entre planos y guiones originales, bocetos de sus
conocidos dioramas y fotografías, los cuales revelan el proyecto arquitectónico y museográfico
de avanzada que representó en su momento, siendo considerado el primer museo
contemporáneo del país.
Aquí nació un caracol, título de la muestra organizada por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), estará abierta al público a partir del 30 de mayo; fue curada por
los historiadores Pavel Luna Espinosa y Bertha Hernández, quienes, como resultado de sus
investigaciones sobre la concepción de la Galería de Historia, han encontrado documentación
inédita relativa a su creación.
En el transcurso de siete meses, de mayo a noviembre de 1960, un equipo de
profesionales —entre los que destacaban el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, el historiador
Arturo Arnaiz y Freg, el artista José Chávez Morado y el escenógrafo Julio Prieto, entre otros—
fue supervisado día a día y hasta el último minuto por Jaime Torres Bodet, entonces secretario
de Educación Pública, para inaugurar este espacio en el marco del cincuentenario de la
Revolución Mexicana.
Antes de la Galería de Historia, los museos en México eran observados como
repositorios de objetos antiguos que se adaptaban a las dimensiones de los edificios históricos,
tal era el caso del Museo Nacional, en la calle Moneda del centro de la ciudad. Con la idea de
Torres Bodet de crear un museo pedagógico —un concepto muy ligado a su vocación de
educador—, esto cambió.
“La Galería de Historia se concibió para brindar un mensaje pedagógico. Otra novedad
fue su planteamiento arquitectónico, porque el edificio fue creado ex profeso”, detalló Pavel Luna, historiador de este museo. A su vez, Bertha Hernández anotó que su forma obedece a que
Pedro Ramírez Vázquez consideraba que la historia era una suerte de línea espiral, de puntos
de partida y progresos, de continuidad.
La investigadora y periodista indicó que al principio se pensó en adaptar parte de La
Ciudadela para alojar la Galería de Historia; sin embargo, Ramírez Vázquez vio un terreno
inmediato al Castillo Chapultepec, ideal para instalar el nuevo recinto, que además serviría como
“introducción” al discurso del Museo Nacional de Historia.
El propio Torres Bodet le había dicho a Pedro Ramírez Vázquez: “Está muy bien el
contenido del Castillo pero, como es frecuente en los museos de historia, cuando se apoyan sólo
en los recuerdos físicos, en los vestigios, se desequilibra, porque hay personajes de quienes por
alguna circunstancia hubo más recuerdos físicos que de otros”.
Entre la “pandilla maravillosa” que ideó el Museo del Caracol, se encontraban los
museógrafos Carlos y Federico Hernández Serrano, Íker Larrauri Prado y Mario Vázquez
Ruvalcaba, los maquetistas Mario Cirett y Apolinar Gómez, más un equipo de estudiantes que
provenían de “La Esmeralda” y la Academia de San Carlos, refirieron los curadores de la
exhibición.
Las anotaciones del guión original, que se expone en Aquí nació un caracol, son un botón
de muestra de la “lluvia de ideas”, discusiones y correcciones que tenían lugar entre el equipo;
por ejemplo, el historiador Arturo Arnaiz y Freg consideraba necesario hacer 145 dioramas, algo
a lo que los museógrafos se opusieron rotundamente por cuestiones de espacio.
Así, tras consensos, se escogieron 66 “momentos estelares” que narraran la historia del
país, “De la Guerra de Independencia a la Constitución de 1917”, como reza en la entrada del
recinto.
A través del guión original de la Galería de Historia —destacaron Pavel Luna y Bertha
Hernández—, se rescata parte de su proceso de creación: el planteamiento histórico original de
Arnaiz y Freg, y el filtro que debió hacerse; así como las fuentes iconográficas sugeridas para
recrear tal o cual episodio: el asesinato de Melchor Ocampo se inspira en una litografía
contenida en El Libro Rojo, escrito por Manuel Payno y Vicente Riva Palacio; el perdón de
Nicolás Bravo toma como referencia un cuadro de Palacio Nacional, etcétera.
Lo mismo se observa en los bocetos de uno de los dibujantes, quien firmaba “Herrera”,
donde aparecen precisiones sobre las medidas adecuadas de personajes y objetos, así como
notas muy puntuales acerca de si la indumentaria y el mobiliario de las escenas son las
correctas o no para la época que se está tratando.
Para 1960, en la conmemoración del cincuentenario de la Revolución Mexicana, a través
de la Galería de Historia, Museo del Caracol, se quiso hacer una especie de “corte de caja” que
mostrara lo que la nación mexicana era después de medio siglo de concluido el movimiento
revolucionario.
Pavel Luna y Bertha Hernández consideran que, a 55 años de distancia, el Museo del
Caracol permanece como un espacio que estimula los valores cívicos de los mexicanos por
medio de la enseñanza de algunos episodios de su historia, con “escenas congeladas” pero
vibrantes porque invitan a la imaginación del visitante.
El museo se localiza en la rampa de acceso al Castillo de Chapultepec, Primera Sección
del Bosque de Chapultepec, col. San Miguel Chapultepec, México, D.F. Horario: de martes a
domingo de 9:00 a 16:15 horas.