img
Libros 2018-05-17 14:40

Mi oficio lo ubico más cerca del placer que del deber: Alberto Ruy Sánchez

Mi oficio lo ubico más cerca del placer que del deber: Alberto Ruy Sánchez



· El escritor ofreció ayer una conferencia en el ciclo Encuentro con los Premios Nacionales, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes



Al hablar del oficio de escribir y responder a la pregunta de porqué escribo, diría que escribo sin disciplina, pero sin parar; la obsesión me ayuda a sustituir lo que falta de disciplina, y mi oficio lo ubico más cerca del placer que del deber.



Lo anterior lo aseguró el escritor Alberto Ruy Sánchez al participar, la noche del miércoles 16 de mayo, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, dentro del ciclo Encuentro con los Premios Nacionales.



En el acto, organizado por las secretarías de Cultura y de Educación Pública, Ruy Sánchez, ganador del Premio Nacional de Artes y Literatura 2017 en el campo de Lingüística y Literatura, fue presentado por la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho.



La funcionaria federal expresó que, desde su primer libro, Alberto Ruy Sánchez “demostró ser un escritor formado sin titubeos, poseído por los demonios de la lengua y creador de una prosa llena de intensidades que ilumina todo lo que a simple vista parecería común”.



En su vasta obra, aseguró, “brilla un tema que lo ha distinguido y ha conquistado a sus numerosos lectores: el deseo. A partir del deseo ha construido un espacio integral donde se privilegia el conocimiento de las formas más acabadas del erotismo y del amor.



“Sus lectores suman miles, a juzgar por sus reediciones y por la correspondencia que recibe de sus fieles que constantemente lo retroalimentan. En su mayor parte, sus corresponsales son mujeres de las más distintas latitudes que encuentran en él una comprensión inusitada para sus deseos y para las ideas que de sus deseos han tenido siempre, aun sin haberlas expresado o saber que las tenían”.



La directora general del INBA dijo también que en sus libros Ruy Sánchez “vierte una erudición sobre los territorios del deseo hasta llegar a culturas en apariencia distantes y de las que invariablemente nos convierte en sus adeptos”, al tiempo que destacó su labor como editor, junto con Margarita de Orellana, en la revista Artes de México, que, “como ellos mismos dirían, tiene como propósito sumar al gusto de contemplar nuestra cultura el placer inmenso de comprender”.



El poeta y escritor galardonado se mostró “contento de ver amigos y familiares de México y Marruecos, mi segundo país”, porque, agregó, “uno no es solamente del país donde nace, sino también del país con el que se casa, y yo soy de Mogador”.



En una larga charla ante un recinto lleno, el editor consideró que recibir el Premio Nacional es un privilegio, pero que quien lo recibe adquiere una especie de reto de merecerlo mejor y nunca acabar de merecerlo.



Se trata, comentó, de un premio por trayectoria, y “como la de los proyectiles, la del artista lleva implícita una mirada al futuro”, por lo que se impone la pregunta: “hacia dónde voy, considerando de dónde vengo, qué tipo de fuego continúa alimentando mi oficio que es mi manera de estar en el mundo y con ustedes”.



Subrayó que en México escribir es parte de los derechos fundamentales, como la paz, e hizo referencia a que la poesía y la paz le han dado al país dos premios Nobel: a Alfonso García Robles y Octavio Paz. “Ser Premio Nacional es defender esos espacios de excepción donde prevalece lo mejor de cada persona y de cada país”, indicó.

Refirió que los cuatro ganadores del Premio Nacional este año “son exploradores de una alteridad y diversidad”: Mercedes de la Garza es conocedora del mundo maya antiguo; Nicolás Echevarría ha filmado los rituales del mundo indígena cora y huichol, y el chamán seri Francisco Barnett practica el arte tradicional de convocar fuerzas invisibles que afectan a cada uno en su comunidad.



Yo, por mi parte, agregó, me he dedicado a escuchar a cientos de mujeres para “explorar esa alteridad fundamental que es el deseo femenino y comunicar en mis libros esas voces poderosas con la fuerza de la poesía”, y en la editorial Artes de México, estudiar el México profundo. Se trata, expresó, de cuatro grandes esfuerzos de diversidad, premiados por jurados distintos que ven “la necesidad de reconocer la alteridad con que vivimos y lo que somos”.



Asimismo, hizo hincapié en que “el oficio de escribir es anterior a las formas que vivimos ahora, de productividad económica, y entre sus intenciones hay varias que son rituales y que conectan a la poesía con sus orígenes más antiguos”, pues recordó que “escribir era obra de chamanes, oficio con funciones múltiples y muy variadas maneras de ejercerse”.



En ese sentido, consideró que, desde hace varias décadas ya, “tal vez desde que comencé a escribir, pensé que mi oficio es el de un artesano, uno que en cada obra tiene sobre todo la meta esencial de crear lo mejor de lo que es posible, poner en el mundo algo inusitado que sea de verdad una obra".



Y agregó: “Cada uno de mis libros, cada uno de mis textos, se alimentan abiertamente de las técnicas artesanales y sus soluciones creativas. Son tejidos, composiciones cerámicas, imágenes en movimiento, ámbitos todos que pretenden dar sentido a la vida".





Además, señaló, “cada cosa que se tiene necesidad de contar requiere su propia forma artística”, y destacó que a diferencia con los autores que publican un libro por año, “yo no soy un escritor profesional en ese sentido; lo soy, en cambio, en el sentido de asumir los retos de mi oficio y enfrentarme a ellos para solucionarlos de la mejor manera de la que cada vez soy capaz.



"Cada libro es un reto de vida que cuestiona y pone al borde del abismo todo lo que creo que puedo hacer y toda la relación de mi quehacer con el mundo. No dejar nada para después, todo lo que soy y lo que creo que puedo, debe estar en cada nuevo libro".

Mas Articulos