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Libros 2015-06-11 14:50

El libro El Museo del Palacio de Bellas Artes. LXXX años continúa con la visión del recinto de ser el eje de la difusión del muralismo

El libro El Museo del Palacio de Bellas Artes. LXXX años continúa con la visión del recinto de ser el eje de la difusión del muralismo





Fue presentado el miércoles 10 de junio en el área de murales del recinto de mármol





Continuar con una de las visiones originales del Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), es decir, ser el eje de la investigación y la difusión tanto a nivel nacional como internacional del muralismo mexicano, es la génesis del libro El Museo del Palacio de Bellas Artes. LXXX años, el cual fue presentado la noche del miércoles 10 de junio en el área de murales del recinto de mármol.



En la ceremonia se contó con la presencia del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, y de la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda.



En entrevista, el director del MPBA, Miguel Fernández Félix, dijo que uno de los objetivos de la publicación del INBA, cuyo primer tiraje es de mil ejemplares, es reflexionar sobre ese arte enaltecido por sus tres principales representantes: José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.



Señaló que los antecedentes del MPBA se remontan a los años veinte del siglo pasado, cuando los artistas Carlos Orozco Romero y Carlos Mérida crearon la Galería de Arte Moderno, por ello el volumen abarca esa y otras historias, así como las distintas etapas en las que se transformó el recinto hasta la actualidad.



En la edición de lujo, agregó, aparecen dos extensos ensayos escritos por la investigadora estadunidense Mary K. Coffey y su colega mexicana Ana Garduño, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del INBA, quienes recogen la historia de la conformación del acervo del MPBA y reconstruyen su papel como centro de colecciones entre los herederos de la tradición museística. Además, se incluyen fotografías de Carlos Alcázar.



Comentó que el libro festeja los 80 años de un recinto esencial para la divulgación del arte mexicano, no solo muralístico, y también subraya lo que se hizo antes.



Luego de aseverar que el MPBA ha sido base fundamental en la red de los museos del INBA, el funcionario adelantó que actualmente se trabaja con el Museo de Arte de Filadelfia en un proyecto curatorial y de investigación relacionado con el periodo de los años veinte a los cuarenta del siglo pasado, primordial en la historia del muralismo mexicano.



El MPBA, sostuvo Fernández Félix, siempre ha tratado de materializar proyectos curatoriales de envergaduras y ecos internacionales “porque estamos convencidos de que enriquecen la visión de los espectadores mexicanos y extranjeros”.



Apuntó que el libro es el futuro y, a la vez, el presente del MPBA. “Espero que siempre se indaguen temas relacionados con el muralismo. Jamás ninguna investigación será suficiente en este sentido.



“La aparición de este importante volumen, que revisa el desarrollo del Museo del Palacio de Bellas Artes como institución, obedece a dar continuidad a su objetivo de ser referente de la historia y difusión del arte mexicano, con énfasis en el movimiento muralista, y al mismo tiempo a su compromiso con la conservación del acervo mural”, concluyó.



Durante la presentación del libro, Ana Garduño refirió que todo museo es un mapa en construcción y un proyecto a futuro.



De acuerdo con información del MPBA, este espacio (inaugurado el 29 de noviembre de 1934) fue el primer museo de arte en México, cuyo acervo incluía piezas desde el siglo XVI hasta los murales que alberga, así como salas de escultura mesoamericana y estampa mexicana, y una galería de arte popular donde se exhibía la colección de Roberto Montenegro.



En 1947, tras la creación del INBA, el museógrafo Fernando Gamboa y los artistas Julio Castellanos y Julio Prieto lo convirtieron en el Museo Nacional de Artes Plásticas, al incorporar un amplio panorama de arte mexicano, un nutrido programa educativo y un vasto plan de publicaciones, con lo cual se promovía, a distintos niveles, la riqueza artística nacional.



A partir de 1968 se conoce a las salas de exposiciones del máximo recinto cultural del país como Museo del Palacio de Bellas Artes, que fue el origen indiscutible del sistema de museos de arte en México. Desde entonces es el espacio de exhibición de creadores nacionales y extranjeros.





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