Paula Villaurrutia lleva a escena unipersonal dancístico sobre la tiricia
Flores blancas asocia danza folklórica tradicional con movimientos corporales libres para retratar la llamada enfermedad del alma
Resultado de una exploración personal y de investigación coreográfica por parte de la bailarina Paula Villaurrutia, becaria del Programa Jóvenes Creadores 2017-2018 del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), es la coreografía Flores blancas (Cuando llorar no se puede), a estrenarse el lunes 2 de julio en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque.
La obra coreográfica, explica en entrevista la licenciada en Educación Dancística por la ENDNYGC – INBA, parte de la danza tradicional folclórica con una mirada y un tratamiento contemporáneo tomando como referencia a la tiricia, conocida como la enfermedad del alma, para contar la historia de una mujer con estados de ansiedad, estrés y depresión.
“Los textos La Tiricia de Rubén Luengas y Trenzare mi tristeza de Paola Klug, fueron mi inspiración para empezar la creación de la pieza donde el tema de la tiricia lo planteo en un contexto actual. La depresión, la ansiedad, y el stress son estados con los que convivimos a diario en menor o mayor medida”.
La bailarina explicó que el texto de Klug habla de una mujer que si se siente triste se trenza el cabello, atrapando de esa manera su dolor, mientras que el de Luengas habla de una fémina que desconocía estar enferma y que logra salir de su depresión.
“El título Flores blancas viene del texto literario de La Tiricia, que menciona que cuando estás con este padecimiento recojas flores y las tires al rio pues con ellas se va la tristeza, ese es el simbolismo, también lo es el trenzarse el cabello, que lo tomé como una extensión de nuestras emociones, pensamientos, y enredos mentales que tenemos y trenzamos para salir del caos mental y corporal”.
La bailarina que ha participado en diferentes compañías, abundó en que la obra integrará distintos elementos de la danza folklórica tradicional y elementos corporales libres para contar cómo una mujer, a través de su fortaleza, lucha por entender y escapar de una condición de vida que la aqueja física, espiritual y mentalmente.
“No se verán cuadros dancísticos de estados, la puesta es una integración de música, iluminación, y textos literarios. Es una pieza personal íntima que quiere tocarle el alma y el corazón al espectador”.
Paula Villaurrutia, expuso que siempre le han atraído las temáticas sobre tristeza y soledad, y que su propuesta dancística parte de una necesidad personal de exploración e investigación coreográfica, a partir del código dancístico de la danza tradicional y folclórica.
“Yo bailé en ballets folklóricos, conocí la parte tradicional de los fandangos y de las fiestas en el pueblo, llegó un punto en el que me cuestioné qué hacer con estas dos miradas. Yo quiero hablar de lo que veo, de lo que soy, de lo que siento, del arte, hablar del mundo desde mi herramienta, así comenzó el reto de expresarme desde mi visión del mundo”, abundó.
Paula Villaurrutia desde hace algunos años ha reunido diferentes lenguajes y expresiones creativas, con las cuales busca generar un lenguaje propio a partir del uso, experimentación y/o deconstrucción de la danza folklórica mexicana.
“Lo que hago es una experimentación, no es folklor como lo conocemos, no es danza contemporánea, tampoco es teatro, es la integración de varios elementos que hilo y que sigo desarrollando. Me considero en el camino y aún en la búsqueda de mostrar mi mundo desde el género dancístico que conozco”.
Agregó que su propuesta no es una fusión, “la llamo más una integración de danza, teatro, música, es la danza tradicional desde un lenguaje contemporáneo, pensando en el contemporáneo no como género dancístico sino como el tratamiento escénico que le doy a la danza”.
La también licenciada en Ciencias de la Comunicación, comentó que con Flores blancas (Cuando llorar no se puede) busca que el espectador se identifique con lo que alguna vez ha padecido como es la tristeza. “Creo que todos hemos tenido en mayor o menor medida episodios de depresión, de no saber que saber, es el identificarse y el poder encontrar flores blancas.
“La intención de la obra no es que digan: pobrecita, esta chica, está sufriendo, al contrario, ella está luchando por encontrar la salida. Todo mundo encontrará sus flores blancas que se traducirán en terapia, reiki o yoga, no se sabe, pero todos tenemos la fortaleza para superarlo”.
Finalmente Paula Villaurrutia compartió que baila por la necesidad de decir lo que es, ve y percibe. “Lo que hago es una experimentación, no quiero marcar pautas ni encontrar el hilo negro, es una necesidad como la que tienen todos los que crean”, puntualizó.
La bailarina presentará Flores Blancas (Cuando llorar no se puede) el 2, 3 y 9 de julio, a las 20:00 horas en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque, ubicado en Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional. Localidades: $120.
DAF