La Gala de Concertistas de Bellas Artes se llevó la ovación del público



· Presentó un amplio programa de música de cámara con obras de Fauré, Rossini, Guastavino, Márquez y Ponce, entre otros




Por tercer año consecutivo, el Instituto Nacional de Bellas Artes, a través de la Coordinación Nacional de Música y Ópera, presentó la Gala de Concertistas de Bellas Artes, la cual fue largamente ovacionada por el público.

El evento tuvo lugar en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, bajo la intención de ser una muestra representativa del trabajo que realiza el grupo de concertistas, destacando un rasgo que lo hace único: no es una orquesta ni un coro, está conformado por solistas de gran trayectoria.

El programa inició con Seis canciones de cuna de Carlos Guastavino, con textos de Gabriela Mistral, y fue interpretada por la soprano Zulyamir Lopezríos y el pianista Santiago Piñeirúa, quienes recordaron una frase de Walt Whitman: “La música una deidad, aunque completamente humana; avanza, prevalece y enaltece”.

Posteriormente fue el turno de las obras Pavana op. 50, de Gabriel Fauré, y España, de Emmanuel Chabrier, que los pianistas Claudio Herrera y Salomé Herrera tocaron a cuatro manos. Crearon dos auténticas ejecuciones dignas de alabanza, gracias a su interpretación llena de virtuosismo y sensibilidad.

El violinista Manuel Ramos y el violonchelista Adolfo Ramos engalanaron el evento con el Dúo para violín y violonchelo núm. 1 H. 157 de Bohuslav Martinu, obra de corte contemporáneo que requiere que el público mantenga su atención en la melodía.

Disco Toccata para clarinete y violonchelo fue una mezcla entre lo moderno y lo clásico, debido a que el compositor, Guillaume Connesson, tiene claras sus influencias musicales que van desde Bach hasta la música que se tocaba en el legendario Studio 54. Manuel Hernández (clarinete) y Adolfo Ramos (violonchelo) tenían claro el mensaje del autor y así lo demostraron al interpretar la pieza.

Fue un verdadero prodigio escuchar la transcripción que hizo el pianista Edison Quintana del Danzón núm. 2, perteneciente al mexicano Arturo Márquez. Su interpretación, al lado de su colega Manuel Delaflor, resultó simple y sencillamente indescriptible.

A cuatro manos, los pianistas Carlos Adriel Salmerón y Erik Cortés Alcántara deleitaron al público con obertura de Guillermo Tell, obra de Gioachino Rossini, en el marco de su 150 aniversario luctuoso.

Manuel M. Ponce no podía faltar en una gala de concertistas de Bellas Artes. El violinista Manuel Ramos, el violista Sergio Ortiz y el pianista Héctor Rojas interpretaron Trío para violín, viola y piano, y el resultado fue más que espectacular.

De Beethoven se presentó el Quinteto en mi bemol op. 16 para piano y alientos, a cargo de Alejandro Barrañón (piano), Carmen Thierry (oboe), Manuel Hernández (clarinete), Gerardo Ledezma (fagot) y Jon Gustely (corno).

Al final del recital, todos los concertistas subieron al escenario de Palacio de Bellas Artes para recibir la ovación completa por parte del público que llenó este recinto.