Seminario de Historia y Literatura Poéticas del Presente, en el CIDE
Analizan estado actual de la literatura cubana de 1856-2015
Participaron los cubanos Walfrido Dorta, Jorge Enrique Lage, y
el mexicano Christopher Domínguez
El estado de la literatura cubana contemporánea, los tipos de autores
que se desarrollan en aquel país, así como la obra y pensamiento del
escritor José María Heredia, fueron los temas abordados en el primer
día del Seminario de Historia y Literatura Poéticas del Presente: Narrar
a Cuba 1956-2015, organizado por la División de Historia del Centro
de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la Dirección
General de Publicaciones (DGP) del Conaculta.
El crítico y escritor Walfrido Dorta, quien presentó el ensayo
Narrativa cubana de las últimas dos décadas políticas de la distancia y
el agrupamiento, habló sobre los novísimos, diásporas y generación
cero, diferentes grupos de autores que realizaron en los últimos años
literatura cubana.
Al referirse a los textos realizados por los novísimos, dijo que
estos eran vistos como un gran catálogo de un conjunto de
subjetividades que emergieron o se subrayaron en los años noventa
como los balseros, drogadictos, prostitutas, rockeros, gays, lesbianas.
“Hay una insistente preocupación por registrar subjetividades que
luego se convierten en fetiches mediáticos que van perdiendo esas
aristas.
“Es importante entender que estos autores novísimos pasaron
por talleres literarios que empezaron a realizarse en los ochenta; el
carácter institucional de estos talleres es un espacio que a mi juicio ha
incidido en cierta manera colectivista en imaginar la sociabilidad
intelectual en la isla y que ha producido capillas literarias y la
hegemonía de ciertos patrones estéticos”.
En su ponencia, Dorta diferenció los textos de autores
correspondientes a la generación cero y las diásporas, dijo que en los
primeros su eje central está en el universo de las series
estadounidenses, mientras que los escritores de diásporas se remiten
a un paradigma de la letra.
Abundó que los cuerpos de escritura de los novísimos y
diásporas son sobre los cuales se posicionan los escritores de la
generación cero, quienes, explicó, son los nacidos a finales de los
setenta y principios de los ochenta, y que en su opinión producen
algunos desplazamientos entre la escritura de diásporas y
publicaciones recientes.
“A mi juicio es inútil como guía identitaria, crónica o suplemento
para una antología, es difícil encontrar en los textos de la generación
cero suficiencia testimonial o una posición de creatividades sociales, y
en ellos figura un escenario narrativo alejado de la geografía cubana”.
Sobre las posibilidades de publicar en Cuba, indicó que éstas
son expeditas, siempre y cuando no se agredan ciertas intervenciones
ideológicas, además de estar penalizada cualquier actividad editorial
no institucional y que en su publicación predominan los cuentos y
novelas cortas.
“En Cuba está completamente ausente la lógica de mercado y el
tiraje de materiales, pues se imprime la misma cantidad de ejemplares,
más o menos, para un escritor consagrado y uno nuevo; las pocas
novelas que se han publicado no se reeditan y lo más lamentable es
que estos libros no pueden comprarse en ningún circuito editorial fuera
de Cuba, lo cual se hace bastante precario”, puntualizó Dorta.
Por su parte, el narrador cubano Jorge Enrique Lage expuso que
cuando se le pregunta por el estado de la literatura cubana responde
que lo que la singulariza es su orden productivo y de engranaje.
“En Cuba los escritores que hacen su obra literaria la publican en
revistas culturales que pertenecen al Estado, cuando terminan un libro
pueden entregarlos a diversas casas editoriales, las cuales están bajo
el control y supervisión del Estado, el libro se imprime en editoriales
gestionadas por el Estado, después un organismo llamado
Distribuidora Nacional del Libro se encarga con camiones de matrícula
estatal de mover lo que se imprime en las librerías del país. Todas las
librerías de novedad están administradas en locales que son
propiedad del Estado y a menudo los libros pasan mucho tiempo
durmiendo en almacenes del Estado”, apuntó.
Al tomar la palabra el historiador mexicano Christopher
Domínguez Michael entrelazó a México y Cuba a través del escritor
José María Heredia (Santiago de Cuba, 31 de diciembre,
1803–Toluca, México, 7 de mayo, 1839).
Indicó que las literaturas en lengua española al iniciar el siglo
XIX era de un retraso enorme, lo que se debía a que el final de la
cultura española del siglo XVIII era “calamitosa” comparada con
Francia o Estados Unidos y fue el escritor José María Heredia quien
rompió con esa situación.
“José María Heredia es una figura simbólica para el imaginario
cubano, él esencialmente es un escritor mexicano, aunque así no se le
reconoció y ahí está su tragedia de ser extranjero, lo que lo obligó a
regresar a Cuba, pese a lo mucho que se involucró en la política local
y los grandes deseos que tenía de documentar su mexicanidad”.
Christopher Domínguez destacó que José María Heredia quiso
hacer en México literatura moderna y descubrió que el instrumento
para hacerlo era la crítica literaria.
Poéticas del Presente: Narrar a Cuba, 1956-2015, se llevará a
cabo en las Salas 1 y 2 del CIB-CIDE, Carretera México Toluca n°
3655, colonia Lomas de Santa Fe; y concluirá el jueves 18 de junio
con la mesa Del relato postrevolucionario a la ficción global, con la
intervención del escritor Carlos Alberto Aguilera (República Checa),
Premio David de Poesía de La Habana 1995, y del narrador y editor
Ahmel Echevarría (Centro Onelio Jorge Cardoso, Cuba), Premio José
Soler Puig de Novela 2012. La clausura estará a cargo del periodista y
escritor Homero Campa y David Miklos.
DAF